"Exceso de peso" en el avi¨®n de Miami
Pod¨ªa haber tomado un avi¨®n y, volver sin m¨¢s. Pero la vuelta de M¨¢ximo San Rom¨¢n se convirti¨® en la aventura de un hombre que cree en la democracia "a costa de la propia vida".En el aeropuerto de Miami, con la tarjeta de embarque en la mano, hab¨ªa declarado: "Me siento muy tranquilo. No tengo miedo. Estoy muy feliz de regresar a mi pa¨ªs. Se trata de una cuesti¨®n de conciencia e integridad personal".
Indio de Cuzco, de 46 a?os, el primer vicepresidente peruano se reconoce a s¨ª mismo cuando, mestizo como es, le llaman "cholo bravo y orgulloso". Por eso se embarc¨® en el vuelo 987 de American Airlines con destino a Lima. Subi¨® al Boeing 757 acompa?ado de su mujer, Irene Guerra, y del diputado Pedro Cateriano. Rodaba ya el avi¨®n por la pista cuando el piloto, llamado Ron Reagan, anunci¨® que llevaba "exceso de peso". Vuelta atr¨¢s, nervios, tabaco... ?Qu¨¦ pasaba? Dos agentes de seguridad con cara de pocos amigos trajeron el mensaje: "Por su propia seguridad, le pedimos que abandone el avi¨®n". Entre aplausos, lo hizo. Poco antes comentaba: "El exceso de peso debe ser el m¨ªo". Es fuerte, bajo, y le sobra alg¨²n kilo.
El vicepresidente, su esposa y el diputado pasaron tres horas en una oficina del aeropuerto pidiendo explicaciones. Hubo pocas, pero s¨ª otro intento, el definitivo. Los tres pudieron tomar el vuelo 917. El aparato era un Airbus. San Rom¨¢n me pidi¨® que le acompa?ara. "Para m¨ª y mi mujer", indic¨®, "es usted una garant¨ªa m¨¢s de seguridad". Aunque estaba tranquilo: "No habr¨¢ autoridad, ni civil ni militar, con fuerza moral para detenerme".
Al llegar a Lima no le detuvieron, aunque le requisaron el pasaporte diplom¨¢tico. Fue aclamado. Y dijo, en espa?ol y quechua: "Tengo el inmenso orgullo de volver a mi tierra. Y por la puerta grande, un S¨¢bado de Gloria". En Espa?a era ya el Domingo de Resurrecci¨®n.
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