Precios sin competencia

LA UNI?N econ¨®mica y monetaria est¨¢ un poco m¨¢s lejos para Espa?a desde que el pasado lunes se hiciera p¨²blico el aumento registrado por los precios en el mes de marzo. El incremento del 0,4% sit¨²a la tasa de inflaci¨®n en la cota m¨¢s alta desde octubre de 1990 y se lleva por delante, en s¨®lo tres meses, la mitad del objetivo que el Gobierno se ha marcado para todo el a?o. Adem¨¢s, el ¨ªndice de marzo vuelve a poner de manifiesto la necesidad de actuar r¨¢pidamente en la desregulaci¨®n de determinados sectores de la econom¨ªa que, a resguardo de la competencia exterior, trasladan a los consumidores no s¨®lo sus costes laborales o salariales, sino todas sus ineficiencias.Mientras los precios de los bienes industriales se mantienen desde hace seis meses ligeramente por encima del 4%, los precios de los servicios est¨¢n en el 10,8%, pr¨¢cticamente al mismo nivel que en febrero del a?o pasado. Acercarnos a Europa supone reducir las tasas de inflaci¨®n y ello requiere actuar all¨ª donde ¨¦sta se muestra m¨¢s resistente. Ya en agosto del a?o pasado el vicepresidente del Gobierno indic¨® la necesidad de atacar por este frente. Pero las medidas liberalizadoras adoptadas hasta ahora no se han mostrado suficientes, como bien reflejan los datos. Bien es verdad que la m¨¢s importante de todas, la liberalizaci¨®n anticipada del movimiento de capitales, s¨®lo puede tener efectos sobre el consumidor a largo plazo y siempre que vaya acompa?ada de una pol¨ªtica monetaria m¨¢s relajada. El resto se qued¨® en el anuncio de reducci¨®n de aranceles, obligatorio en todo caso por nuestra pertenencia a la Comunidad Europea.

El ministro de Econom¨ªa rechaza ahora la posibilidad de acometer medidas de desregulaci¨®n al margen de las que prev¨¦ el programa de convergencia. Pero ¨¦stas, ni son nuevas, ni de su lectura se deriva que vayan a tomarse con la rapidez que cabr¨ªa esperar a tenor de los datos de inflaci¨®n. Por ejemplo, el Tribunal de Defensa de la Competencia no tendr¨¢ que presentar hasta el ¨²ltimo trimestre del a?o un estudio de legislaci¨®n sobre precios administrados, exclusividades, monopolios y condicionamientos al ejercicio profesional (colegiaci¨®n obligatoria). Y, seg¨²n dice el propio plan de convergencia, ser¨¢ ese estudio el que suministre la informaci¨®n necesaria "para llevar a cabo la mayor parte de liberalizaci¨®n pendiente de nuestro sistema productivo", que, en consecuencia, no se acometer¨¢ antes de fin de a?o.

El plan incluye actuaciones para eliminar comportamientos monopolistas, pero tambi¨¦n en este caso se trata de medidas marcadas por Bruselas. Prev¨¦ tambi¨¦n, pero sin fijar plazos, iniciativas tendentes a la eliminaci¨®n de cl¨¢usulas oscuras en los contratos con entidades bancarias o aseguradoras. Pero m¨¢s que en funci¨®n del ¨ªndice de precios, esas medidas eran obligadas por motivos de decencia. Tampoco hay fechas para las reformas en sanidad ni para la eliminaci¨®n de organismos p¨²blicos.

En definitiva, s¨®lo tienen plazo fijo el recorte del subsidio de paro y las modificaciones en la contrataci¨®n. Otras medidas que incluye el programa de convergencia se preparan desde hace ya casi un a?o. Por ejemplo, el plan de vivienda, bander¨ªn del PSOE en las elecciones municipales del pasado a?o y que apenas ha empezado a andar. La nueva Ley de Arrendamientos Urbanos, anunciada en la misma fecha y a¨²n no presentada en las Cortes, o la Ley del Suelo, que tendr¨¢ que revisarse tras dos a?os en los que ha demostrado su escasa utilidad. Por lo dem¨¢s, prop¨®sitos como el de "acentuar la colaboraci¨®n de notarios y registradores" para establecer las condiciones de m¨¢xima transparencia en el mercado suscitan el escepticismo a la vista de esc¨¢ndalos como el de Renfe, demostrativos de que es posible comprar y vender el mismo terreno, en la misma notar¨ªa y el mismo d¨ªa, con diferencias sustanciales en el valor.

En fin, las medidas de desregulaci¨®n que incluye el plan parecen una declaraci¨®n de intenciones, por lo dem¨¢s ya conocidas. Mientras tanto, los aumentos de precios de servicios m¨¦dicos llegan ya al 10,3%, los de transportes al 7,3% y los de vivienda al 6,1%.