Amigo / 4
Los componentes de la pe?a del Caf¨¦ Gij¨®n estamos expuestos en el primer ventanal como en el diorama de un museo y nuestro destino consiste en ir envejeciendo a la vista del p¨²blico. A veces, Jos¨¦ Luis Coll se sienta a mi lado en la tertulia del s¨¢bado a media tarde y por regla general permanece callado. Jos¨¦ Luis Coll sabe guardar silencio en varios idiomas. Despu¨¦s de una hora de estar absolutamente impasible, de pronto, sin mover un m¨²sculo de la cara, se echa mano al bolsillo y saca un bol¨ªgrafo, y entonces te explica que ese bol¨ªgrafo escribe a 20 metros bajo el agua, pero al mismo tiempo tambi¨¦n sirve de arm¨®nica, de linterna, de arp¨®n para pesca, de cron¨®metro y de llave inglesa. Se lo acaban de traer de Canarias. Si se calienta un poco explic¨¢ndote eso, puede que Jos¨¦ Luis Coll se despierte del todo y rompa a hablar: entonces te cuenta que en Am¨¦rica un se?or se acaba de comer un coche o te calcula con el peque?o ordenador que siempre lleva consigo los kilos de fideos que se necesitan para rodear el planeta. Y dicho esto vuelve al silencio. La gente pasa por la acera; algunos se detienen ante el ventanal; Coll es el m¨¢s codiciado por el dedo de los transe¨²ntes, que lo se?alan con curiosidad; pero, inm¨®vil como un ¨ªdolo, ¨¦l ni siquiera agita una pesta?a. A veces tuerce el cuello y al o¨ªdo, en voz baja, suelta una maravillosa crueldad o tiene un golpe de humor por el que un empresario de c¨®micos le dar¨ªa 100.000 duros. El surrealismo no funciona del todo en literatura ni en pintura, puesto que lo autom¨¢tico ah¨ª no es posible. Lo surreal s¨®lo puede ejecutarse sobre la marcha, de palabra o en pacto, como hace este humorista. Jos¨¦ Luis Coll es un maestro en destripar vocablos comunes, frases consabidas hasta sacar de sus entresijos extra?as iron¨ªas, afinidades con el absurdo y desconcertantes significados que crean un mundo. Mientras en el Caf¨¦ Gij¨®n envejecemos en p¨²blico dentro de un diorama, all¨ª puede que te salve tener al genio de Coll al lado sopl¨¢ndote en la oreja cualquier insospechada locura.
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