La presi¨®n ciudadana fuerza a dimitir al gobernador de Guadalajara

El gobernador de Guadalajara, Guillermo Cos¨ªo, present¨® ayer su dimisi¨®n ante la fuerte presi¨®n ciudadana, que le ven¨ªa exigiendo la renuncia de su cargo por considerarle tambi¨¦n culpable de la cat¨¢strofe que hace 10 d¨ªas arras¨® parcialmente esta ciudad mexicana y provoc¨® m¨¢s de 200 muertos. Cos¨ªo, prototipo de la vieja guardia del Partido Revolucionario Institucional (PRI) hab¨ªa perdido horas antes la confianza del presidente de la Rep¨²blica, Carlos Salinas de Gortari.

Abandonado pr¨¢cticamente por todos los sectores pol¨ªticos y sociales del Estado de Jalisco, incluido el propio partido en el poder, Cos¨ªo, de 62 a?os, aguant¨® numantinamente hasta el ¨²ltimo momento ofreciendo un bochornoso espect¨¢culo, justificado en su inter¨¦s por no perder las prebendas del cargo.

La dura advertencia que Salinas de Gortari lanz¨® el martes contra aquellos funcionarios p¨²blicos que hacen del poder privilegio particular, interpretado como un aviso a Cos¨ªo para que abandonara voluntariamente su cargo, fue el primer s¨ªntoma de que el hasta ahora gobernador de Jalisco lo ten¨ªa ya todo perdido.

Pese a ello, Cos¨ªo, que desde que se produjo la cat¨¢strofe ha venido autoexculp¨¢ndose reiteradamente y justificando su presunta inocencia en que el d¨ªa de autos estaba ausente de Guadalajara, aguant¨® todav¨ªa 24 horas m¨¢s en el cargo.

Mientras Salinas, desde la capital mexicana, pr¨¢cticamente le dec¨ªa que se marchara, Cos¨ªo se afanaba, con el Palacio de Gobierno pr¨¢cticamente rodeado de manifestantes, en decir que no se iba, e incluso compromet¨ªa al presidente de la Rep¨²blica asegurando, en declaraciones p¨²blicas, que gozaba de su "respaldo irrestricto".

Jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica

Hasta la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica de Guadalajara rompi¨® su habitual prudencia con el poder pol¨ªtico y, a trav¨¦s del arzobispo Juan Jes¨²s Quesada, lanzaba el jueves una advertencia a Cos¨ªo para que se marchara a casa. Sin embargo, no fue hasta esa misma noche (madrugada del viernes en Espa?a) cuando Cos¨ªo decidi¨® poner fin al espect¨¢culo que ven¨ªa protagonizando con su resistencia a presentar la renuncia y anunciaba que ped¨ªa licencia por un a?o para apartarse de sus funciones como gobernador constitucional.La f¨®rmula escogida por Cos¨ªo es una de las muchas cortes¨ªas que las leyes no escritas de la pol¨ªtica mexicana brindan a los funcionarios ca¨ªdos en desgracia para que sean ellos quienes voluntariamente renuncien a sus responsabilidades y eviten as¨ª el decreto presidencial o la acci¨®n de la justicia en una primera instancia.

Guillermo Cos¨ªo, elegido constitucionalmente en 1989 para un mandato de seis a?os, deber¨ªa volver a su puesto dentro de un a?o si sale indemne de las acusaciones de negligencia criminal que le formulan los vecinos de Guadalajara, pero nadie apuesta por ello, porque se le considera un cad¨¢ver pol¨ªtico que ayer trunc¨® definitivamente su carrera.

La salida de Guillermo Cos¨ªo supone un respiro para el presidente Carlos Salinas de Gortari, porque le permite renovar la direcci¨®n administrativa de uno de los Estados m¨¢s importantes de la Rep¨²blica (Guadalajara es la segunda ciudad del pa¨ªs) y poner este caso como ejemplo de lo que no se debe hacer en pol¨ªtica, especialmente en un momento de saneamiento y modernizaci¨®n de los direcci¨®n de la naci¨®n, con fuertes resistencias por parte de grupos de veteranos pri¨ªstas que no quieren perder sus privilegios de que est¨¢n gozando.