Un Berlioz inolvidable
Subi¨® a la gran pasarela de grandes orquestas que exhibe el Consorcio de Madrid Capital de la Cultura Europea, con el patrocinio de la Cajamadrid, la formidable Orquesta de Par¨ªs, dirigida por su titular, el leningrad¨¦s Semyon Bychkov, sucesor de Baremboim en 1989.El programa estaba totalmente dedicado a lo franc¨¦s y abord¨® obras de dos grandes representantes del Grupo de los Seis -Milhaud y Poulenc- y la Sinfon¨ªa fant¨¢stica de Berlioz, el gran aldabonazo rom¨¢ntico de 1830, junto al Hernani, de V¨ªctor Hugq.
No me pareci¨® que Bychkov sienta con la necesaria exactitud ni el mundo brasileiro evocado por Darius Milhaud ni el m¨¢s aseado y de tan bella escritura de Francis Poulenc, en Les biches, suite orquestal del ballet que estrenara Diaghilev y su compa?¨ªa en 1923. Estamos, en suma, como dentro del esp¨ªritu de los felices veinte y el patetismo queda sustituido por la iron¨ªa y la sacralizaci¨®n del arte por la cotidianeidad.
Orquesta de Par¨ªs
Director: S. Bychkov. Obras de Poulenc, Milhaud y Berlioz. Auditorio Nacional. Madrid, 7 de mayo.
Aires de Brasil
En el caso de El buey sobre el tejado, genial amasijo de aires del Brasil, estrepitosamente vivos y coloristas, como la samba, o te?idos de melancol¨ªa sin drama, manda el ritmo y las partes mel¨®dico-l¨ªricas de esta suerte de rond¨®, deben insertarse en ¨¦l con flexibilidad pero sin romper nunca la continuidad. Hay una grabaci¨®n dirigida por el propio Milhaud que constituye una verdadera declaraci¨®n de principio, un ejemplo de lo que el m¨²sico quer¨ªa y, por lo mismo, una orientaci¨®n segura. M¨¢s sutiles son los cinco n¨²meros de la Suite de Poulenc y es dificil dar con el punto exacto entre una cierta formalidad cl¨¢sica y el desenfado que anima estas frivolidades casi trascendentes.La Orquesta de Par¨ªs es un instrumento formidable y Bychkov cuida su sonido hasta el punto de que no se pierde la belleza ni siquiera en los puntos culminantes de intensidad. Bien se apreci¨® en la fabulosa versi¨®n de La sinfon¨ªa fant¨¢stica, m¨²sica tan de su tiempo, en el esp¨ªritu, como cargada de premoniciones, en los procedimientos. La Orquesta Sinf¨®nica se torna en Berlioz en "otra cosa", lecci¨®n que aprendieron bien Liszt, Wagner y Strauss.
Ha debido pasar mucho tiempo hasta que una formaci¨®n como la Orquesta de Par¨ªs convierta en realidad sonora, en sugesti¨®n literaria, gestual y pl¨¢stica, el arriesgado ideario de Berlioz. Porque esta centuria de solistas, hecha orquesta por Andr¨¦ Malraux en 1967 para situar a Par¨ªs en el nivel de la mejor l¨ªnea sinf¨®nica europea, es capaz de los m¨¢s refinados matices y del mejor equilibrio entre las partes no s¨®lo por la labor del maestro, sino tambi¨¦n por el constante saber escucharse unos profesores a otros.
Su poder expresivo es enorme y anteayer hab¨ªa momentos, como La marcha al suplicio y El aquelarre que parec¨ªa animados por un soplo goyesco. Muchas veces hemos escuchado La sinfon¨ªa fant¨¢stica, pero esta versi¨®n de Bychkov y los intrumentistas parisienses, quedar¨¢ en la memoria como algo verdaderamente "fuera de serie".
Tras las ovaciones recibidas, nuestros visitantes regalaron dos propinas de La arlesiana, de Bizet. Resulta sorprendente que la presencia en Madrid de una orquesta como la de Par¨ªs no llegase a agotar las localidades.
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