La esencia del lenguaje
A la vista de la serie de ¨²ltimas obras que Jordi Colomer (Barcelona, 1962) presenta ahora en su ciudad natal, uno tiene la sensaci¨®n de hallarse ante una especia de revisitaci¨®n de algunos de los puntos clave que se han ido desarrollando a lo largo de su trayectoria, como si se tratara de un regreso, a medio camino entre lo sentimental y lo necesario, para empezar un proyecto -no por incipiente menos ambicioso- de redefinici¨®n de algunos de esos elementos fundamentales que han ido sustentando su discurso art¨ªstico, y que ha convertido a su obra en uno de los trabajos m¨¢s apasionantes que est¨¢n ocurriendo en la escena art¨ªstica espa?ola reciente: una incesante multiplicaci¨®n de voces y modos expresivos que sirven de perfecta indumentaria a la progresiva implicaci¨®n del mundo experiencial del artista con lo que supone su obra desde el punto de vista de la creaci¨®n directamente pl¨¢stica.Hay en esta exposici¨®n algunas piezas imprescindibles para comprender no s¨®lo las l¨ªneas maestras que rigen su trabajo (concretamente el de los ¨²ltimos tiempos), sino tambi¨¦n para acceder paulatinamente a todo el ampl¨ªsimo campo operativo que se est¨¢ desarrollando por debajo de ¨¦ste: los tres Nou Com a casa, las seis Puces y la serie de doce Nova opereta. En ellas se encuentra la m¨¢s eficaz esencia del lenguaje que Jordi Colomer puso en circulaci¨®n hace a?os y cuyos polos expresivos principales se sit¨²an entre una reconversi¨®n ling¨¹¨ªstica de los materiales de la proximidad y de su consiguiente puesta en escena, y una hermetizaci¨®n de sus resultados, gracias, parad¨®jicamente, a las progresivas implicaciones del estatuto altamente subjetivo que se desprende artista como ser pensante. Ah¨ª, entre el uso de la privacidad del lenguaje y una cierta propensi¨®n a presentar obras cada vez m¨¢s cercanas a los espacios cerrados de la construcci¨®n , hallar¨ªamos la pertinencia de la m¨¢xima de Wittgenstein: "Cuando construimos casas, hablamos y escribimos".
Jordi Colomer (de particular a particular)
Galer¨ªa Carles Tach¨¦. Calle del Consell de Cent, 290. Barcelona. Hasta el 6 de junio.
Fragmentos
Fotograf¨ªas, piezas en el suelo, dibujos, serigraf¨ªas, objetos y esculturas -si es que en realidad algo de todo ello puede, o debe, denominarse as¨ª- no son, finalmente, m¨¢s que fragmentos epis¨®dicos de una suerte de discurso global -y de necesaria comprensi¨®n y aproximaci¨®n globales-, cuyas ra¨ªces est¨¢n ancladas en un mundo regido por los funcionamientos de la subjetividad, de lo emotivo, de la memoria y, casi, del recuerdo, siguiendo sus propias pautas de conducta y mostr¨¢ndose apenas, haciendo de la dificultad y la inaccesibilidad perceptuales y del mencionado e imparable proceso de hermetizaci¨®n dos de sus principales modos de presentaci¨®n, no s¨®lo como recursos expresivos, sino tambi¨¦n como sistemas de la representaci¨®n.
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