Miriam Defensor exigir¨¢ nuevas elecciones en Filipinas si no se ataja el supuesto fraude
La militancia de Miriam Defensor Santiago en la t¨®rrida isla de lloilo, arengada por el exaltado discurso de la candidata que ha denunciado fraude en las presidenciales de Filipinas, deliraba ayer de entusiasmo cuando Defensor anunci¨® que pedir¨¢ la convocatoria de nuevos comicios si en el plazo de dos d¨ªas la Comisi¨®n Electoral (Comelec) no acaba con el fraude denunciado. En Manila, a 300 kil¨®metros de la tierra natal en la que ha perdido el liderato de] escrutinio en favor de Fidel Ramos, el millonario Eduardo Cojuangco se declaraba, asimismo, el vencedor.
El archipi¨¦lago de los golpes de Estado y los desastres naturales ha entrado de nuevo en un proceso de creciente confusi¨®n e inestabilidad.Uno de los guardianes de Miriam Defensor Santiago en esta isla del Pac¨ªfico, cuyos habitantes son todav¨ªa llamados en espa?ol cari?osos y celebra la fiesta de La Candelaria, se ha empastado el colmillo izquierdo con un cristal de color rosado y parece un pirata malayo cuando advierte: "No nos dejaremos robar la presidencia".
En una de las plazas de Iloilo reventada por 10.000 incondicionales y un fervor que arrancan pocos pol¨ªticos, Defensor Santiago pregunt¨® a su gente si iba a permitir que "el n¨²mero dos [en referencia a Ramos] robase la voluntad del pueblo". "?Noooo! ?Noooo!", clamaba la muchedumbre, y la fan¨¢tica determinaci¨®n de algunas expresiones y el violento movimiento de algunos pu?os asustaban. Tambi¨¦n los seguidores del general que apoya la presidenta Coraz¨®n Aquino y encabeza el escrutinio oficial se aprestan a la lucha y nadie en Filip¨ªnas parece querer aceptar, si no le favorece, el recuento de la Comelec, un organismo que ha demostrado sinceridad en su trabajo en pro de la limpieza de los comicios.
Sudor y l¨¢grimas
"El n¨²mero dos es un mentiroso y est¨¢ robando la voluntad del pueblo", acusaba Defensor, mientras un ventilador de aspas le evitaba el s¨ªncope. Las 10.000 personas apretadas en la plaza Basa cantaban el himno de Miriam, reventaban los t¨ªmpanos coreando su nombre y en muchas caras juveniles las l¨¢grimas se mezclaban con el sudor y el embobamiento cuando sentenciaba la nueva mes¨ªas de Filipinas: "La Comelec debe detener el fraude, permitir una revisi¨®n de los votos, prohibir los viajes de esos funcionarios de la Administraci¨®n que se desplazan por el pa¨ªs impartiendo instrucciones para arrebatarnos el triunfo". Tampoco ayer aport¨® Defensor Santiago pruebas que demuestren sus cargos ni Eduardo Cojuangco proporcion¨® en Manila los avales de su autoprocIarnada victoria. Miriam Defensor lleg¨®, a lloilo poco despu¨¦s de las tres de la tarde para comenzar una campa?a de concentraciones y protestas que continuar¨¢ en Manila y en otras grandes ciudades. Su avioneta aterriz¨® en un, aeropuerto abrasado por el sol y la recibieron mil entregados seguidores que parec¨ªan no entender que, incluso una candida.ta que promete acabar con la corrupci¨®n en un pa¨ªs de graves fraudes, puede perder las elecciones.
"Ramos quiere hacer con Miriam lo que hizo con Ferdinand Marcos: traicionarle", acusaba una joven en uno de los m¨¢stiles de una pancarta que anunciaba la presidencia de Defensor. "Las elecciones son verdaderamente sucias en Filipinas".
De pie, en un todoterreno descapotable, acompa?ada por su candidato a la vicepresidencia, Ram¨®n Magsaygay, la candidata m¨¢s discutida de los siete contendientes a la jefatura de Gobierno, recorri¨® despacio un trayecto de 10 kil¨®metros hasta el centro de la ciudad.
T¨¦cnica depurada
Decenas de miles de personas le salieron al paso y se apelotonaban para besar la mano y tocar a la contestataria jurista. Con depurada t¨¦cnica Miriam Santiago acarici¨® ni?os, estrech¨® brazos y correspondi¨® a efusivos apretones de manos en las breves paradas de una caravana con bombos y griter¨ªo. En las aceras, la seriedad y la ausencia de entusiasmo de algunos espectadores demostraba que Cojuangco o Ramos tambi¨¦n tienen apoyo en lloilo. "Aqu¨ª vot¨® a Miriam un 90%, no un 96%", precisaba uno de los adolescentes m¨¢s gritones. El entorno de la candidata sonre¨ªa complacido detr¨¢s de su tribuna cuando Miriam Defensor, en ingl¨¦s y tagalo, despertaba la ruidosa adhesi¨®n de una concurrencia mayoritariamente joven y sinceramente leal. "?No puede ser! No puede ser!", se lamentaban cuando Defensor insist¨ªa en que no acepta los actuales resultados electorales, porque es imposible que una persona que durante tres a?os ha ocupado el n¨²mero uno de los sondeos y a lo largo de cinco d¨ªas mantiene la cabeza del escrutinio, se convierta repentinamente en perdedora. Estas eran su l¨®gica y sus razones. "Quieren colocarme despu¨¦s de Ramos y Cojuangco". "?Noooo! Noooo!", correg¨ªa el pueblo.
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