Suchinda acepta la responsabilidad por los disturbios pasados y dimite
Los tailandeses que ayer honraban a sus muertos en la avenida de la Democracia de Bangkok recibieron con desconfianza la dimisi¨®n del general Suchinda. ?nicamente la noticia del ajusticiamiento del ya ex primer ministro habr¨ªa despertado inter¨¦s entre los miles de personas que escuchaban arengas, rele¨ªan comunicados de protesta o rend¨ªan tributo a las v¨ªctimas de la represi¨®n militar con nuevas ofrendas florales. "Para expresar mi responsabilidad y facilitar el debate parlamentario sobre la nueva Constituci¨®n, he presentado mi dimisi¨®n al rey", anunci¨® Suchinda.
Al filo del mediod¨ªa, las cadenas de televisi¨®n interrumpieron sus emisiones y un hombre derrotado, aborrecido y de quien el d¨ªa anterior se dijo que hab¨ªa huido del pa¨ªs, aparec¨ªa en las pantallas para comunicar su "profundo pesar" por los da?os ocasionados a la naci¨®n. Flanqueado por dos banderas nacionales y el retrato de los reyes, que aconsejaron su renuncia para lograr la pacificaci¨®n, el general que ha gobernado oficialmente Tailandia durante 48 d¨ªas reconoci¨® la existencia de "un gran rencor entre el pueblo". "Conf¨ªo en que, a partir de ahora, las partes intentar¨¢n superar sus diferencias para que la unidad, la reconciliaci¨®n y la cooperaci¨®n faciliten la normalizaci¨®n del desarrollo en el inter¨¦s del pa¨ªs y de sus habitantes".
Suchinda Kraprayoon, cuyos negocios con empresas japonesas le han reportado m¨¢s beneficios que su infame jefatura de Gobierno, se reuni¨® durante 15 minutos con el gran patriarca budista de Bovornivet y recibi¨® en este templo la bendici¨®n espiritual que le niegan los compatriotas que ayer se manifestaban en Bangkok con crespones y encono.
"Debe ser castigado"
"No es suficiente que dimita, Suchinda debe ser castigado igual que sus comandantes y los cinco partidos que enga?aron al pueblo llev¨¢ndole al poder", dec¨ªa la joven acad¨¦mica que denunciaba en el monumento a la democracia una amnist¨ªa que iguala a v¨ªctimas y verdugos. Aseguraba que el Ej¨¦rcito continuar¨¢ dando ¨®rdenes en el Consejo de Ministros, porque se han quedado Ios pol¨ªticos de siempre". El decreto de amnist¨ªa fue conocido el s¨¢bado y est¨¢ firmado por Suchinda -uno de sus beneficiarios- y los comandantes de las tres divisiones que participaron en la represi¨®n y en las miles de detenciones. Para entrar en vigor deber¨¢ ser ratificado por el Parlamento. El general Chavalit Yongchaiyudh, designado por el rey l¨ªder de la oposici¨®n, manifest¨® que "quienes est¨¢n implicados (en la matanza) deben ser castigados".
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