Demirel quiere zanjar en Mosc¨² sus divergencias con Yeltsin sobre el C¨¢ucaso
El primer ministro turco, Suleim¨¢n Demirel, lleg¨® ayer a Mosc¨² para rirmar un documento sobre relaciones bilaterales y tratar con el l¨ªder uso, Bor¨ªs Yeltsin, el problema de la guerra no declarada entre Azerbaiy¨¢n y Armenia, en la que Turqu¨ªa apoya al primero de estos pa¨ªses ranscauc¨¢sicos, mientras que Rusia se inclina por el segundo.
Por otra parte, Yeltsin firm¨® ayer un acuerdo de amistad y cooperaci¨®n con el presidente de Kazajst¨¢n, Nursult¨¢n Nazarb¨¢iev, quien el domingo regres¨® de su visita a Estados Unidos.La tarea de Demirel en Mosc¨² no es f¨¢cil: debe convencer a Yeltsin de que la expansi¨®n de la influencia de Turqu¨ªa en las rep¨²blicas asi¨¢ticas de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) y en Azerbaly¨¢n no representa una amenaza para Mosc¨². Y, adem¨¢s, quiere que Rusia adopte una posici¨®n m¨¢s fuerte frente a lo que Ankara califica de "agresi¨®n armenia" contra Azerbaiy¨¢n.
Turqu¨ªa ha reaccionado duramente ante la ca¨ªda de Shush¨¢, la ¨²ltima ciudad azerbaiyana en Nagorni Karabaj -ca¨ªda que hizo posible la apertura a trav¨¦s del territorio azer¨ª de un corredor entre este enclave y Armenia-, y, sobre todo a los enfrentamientos en la frontera entre Armenia y el enclave de Najichev¨¢n. El pasado martes, el presidente turco, Turgut Ozal, declar¨® que hab¨ªa que enviar inmediatamente tropas a Najichev¨¢n, rep¨²blica aut¨®noma azer¨ª lim¨ªtrofe con Turqu¨ªa y separada de Azerbaiy¨¢n por una franja de territorio armenio.
El peligro de una guerra en la que se ver¨ªan involucrados terceros pa¨ªses preocupa en Europa y Estados Unidos.
"Una intervenci¨®n exterior podr¨ªa llevar a una tercera guerra mundial", declar¨® al d¨ªa siguiente Yevgueni Sh¨¢poshnikov, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de la CEI. Turqu¨ªa es miembro de la OTAN y Armenia firm¨® hace 10 d¨ªas un acuerdo de seguridad colectiva con otros cinco pa¨ªses de la CEI. Pero el mariscal no se limit¨® a las palabras, y la semana pasada orden¨® reforzar la frontera entre la CEI y Turqu¨ªa.
Los armenios no s¨®lo hablaron con los rusos. Lev¨®n Ter-Petrosi¨¢n mantuvo una conversaci¨®n telef¨®nica con su hom¨®logo norteamericano, George Bush, y su ministro de Exteriores, Raffi Ovanisi¨¢n, hizo lo propio con el secretario de Estado, James Baker. Tanto Bush como Baker, seg¨²n Ovanisi¨¢n, manifestaron que era inaceptable que Turqu¨ªa interviniera en el conflicto, y prometieron que as¨ª se lo har¨ªan saber a Ankara.
Presiones de los radicales
Demirel ha mantenido una posici¨®n moderada frente a Armen?a, pero no puede ignorar la presi¨®n de las fuerzas turcas que abogan por una ayuda directa a los azer¨ªes, arguyendo su cercan¨ªa cultural y ¨¦tnica -el azerbaiyano es un idioma de ra¨ªces turcas y los azer¨ªes, como los turcos, son musulmanes- y el pacto de 1921, por el cual Turqu¨ªa figura como uno de los garantes de la seguridad de Najichev¨¢n.
La inclinaci¨®n de Rusia por Armenia es bastante natural. Tanto rusos como armenios son de religi¨®n ortodoxa, factor este que hoy en Rusia no se puede ignorar. Adem¨¢s, Armenia es el ¨²nico aliado seguro que Mosc¨² tiene en Transcaucasia.
En otro orden de cosas, el presidente de Moldavia, Mircea Snegur, en una sesi¨®n parlamentaria a puerta cerrada, llam¨® ayer a declarar el estado de guerra con Rusia a causa del conflicto que le enfrenta con los rusohablantes de la orilla izquierda del Dni¨¦ster. "El Parlamento tiene dos opciones: o detener las acciones militares en el Transdni¨¦ster, cosa que en mi opini¨®n no se debe hacer, o declarar a Moldavia en estado de guerra con Rusia", dijo Snegur, quien se quej¨® de que Yeltsin no hubiera contestado ninguno de los telegramas en los que protestaba por la "agresi¨®n del 14? Ej¨¦rcito ruso", al que acusa de apoyar a los separatistas del Transdni¨¦ster.
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