La nueva izquierda
De la III Asamblea de Izquierda Unida (IU) han salido unos resultados m¨¢s que preocupantes. Pero no ha ocurrido s¨®lo eso. Vale la pena detenerse en algunos de sus aspectos.La nueva izquierda se construye tambi¨¦n asumiendo realidades como la identidad nacional catalana. La Ill Asamblea Federal de IU ha roto, con las f¨®rmulas tradicionales de relaci¨®n entre las izquierdas catalanas y espa?olas. El PSUC (con mayor independencia en su pr¨¢ctica posterior) y el PSC (con una permanente supeditaci¨®n a los intereses del PSOE) participaban en los congresos del PCE y del PSOE como una federaci¨®n m¨¢s: aplicaban las normas de convocatoria, opinaban y votaban, se integraban en las candidaturas a los ¨®rganos de direcci¨®n y, a pesar de su personalidad jur¨ªdica propia, los acuerdos adoptados con su participaci¨®n les compromet¨ªan pol¨ªtica y moralmente.
La relaci¨®n entre Iniciativa per Catalunya (IC) e IU es radicalmente distinta: se establece a trav¨¦s de una comisi¨®n de enlace paritaria y se concreta en el grupo parlamentario IU-IC, creado por la libre voluntad de ambas partes. Iniciativa ha participado en la asamblea de Izquierda Unida sin voto, a trav¨¦s de la voz de su presidente, Rafael Rib¨®, y con una delegaci¨®n reducida elegida con criterios distintos a los de los dem¨¢s. Iniciativa ha seguido con inter¨¦s y respeto los debates, desde la apuesta conjunta por el avance de la izquierda, pero desde la soberan¨ªa indiscutible que supone no estar, ni jur¨ªdica, ni pol¨ªticamente, supeditados a las decisiones de la asamblea.
Esta relaci¨®n no es m¨¢s d¨¦bil, sino m¨¢s libre; coherente con la apuesta de IC por una Catalu?a soberana y solidaria, y superadora de uno de los viejos vicios de la izquierda (y, por supuesto, de la derecha) espa?ola: el centralismo. Estos principios est¨¢n por encima de las pol¨¦micas que hemos vivido en la asamblea: y los primeros en asumirlo estoy seguro que son los que piensan que los resultados de algunas votaciones hubieran variado sustancialmente en el caso de participar en ellas los 150 delegados que, aproximadamente, correspond¨ªan a IC si se hubieran aplicado los sistemas de participaci¨®n tradicionales.
La III Asamblea de IU ha adoptado decisiones muy preocupantes: destaca la retirada del apoyo cr¨ªtico al Tratado de Maastricht; las repercusiones de este lamentable acuerdo han sido ya muy comentadas. Pero eso es s¨®lo la punta del iceberg: por debajo encontramos concepciones anacr¨®nicas de desconfianza hacia las instituciones, de duda sistem¨¢tica sobre la actuaci¨®n de todos los cargos p¨²blicos, de radicalismo que conduce a confundir la necesaria cr¨ªtica a un tema con su rechazo total y sin matices, de automarginaci¨®n por miedo a asumir las responsabilidades que puede implicar el gobernar con otras fuerzas pol¨ªticas, olvidando que ello no tiene por qu¨¦ suponer la renuncia a unos principios.
Todo esto estaba all¨ª presente: pero ser¨ªa injusto atribuir todas estas posiciones a todos los delegados de la heterog¨¦nea mayor¨ªa que apoy¨® a Julio Anguita. Y ser¨ªa una simplificaci¨®n olvidar que tambi¨¦n hab¨ªa en la asamblea, en la inmensa mayor¨ªa de delegados, voluntad de transformar la sociedad, ideas nobles, deseo de construir un mundo m¨¢s justo, convicci¨®n de la necesidad de buscar nuevos caminos para la izquierda.
Hay que tomar nota de algunos datos. Por un lado, el fracaso espectacular, y pienso que definitivo, de los partidos pol¨ªticos que componen Izquierda Unida. Las dos grandes corrientes y sus correspondientes candidaturas se estructuraron con militantes de todos los partidos e independientes en los dos lados. Significativamente, fue Julio Anguita quien mayor ¨¦nfasis puso en destacar la presencia de miembros del Pasoc, Izquierda Republicana, ecosocialistas e independientes, junto a miembros del PCE, en su candidatura.
Se imponen ahora algunas preguntas. Si la gente de IU se agrupa al margen de los partidos, ?cu¨¢l es la funci¨®n de ¨¦stos en IU? Si, tal como se anunci¨®, las dos tendencias van a funcionar organizadamente, ?cu¨¢ntos militantes podr¨¢n soportar la participaci¨®n activa en IU, en su corriente organizada y en su partido, sin volverse locos? Si en muchos casos la preservaci¨®n de unas siglas es en gran parte un respetable sentimiento personal, ?no ser¨ªa posible buscar f¨®rmulas que contemplen este aspecto y, al mismo tiempo, respondan con realismo a las preguntas anteriores?
Un segundo dato esencial es la decisi¨®n de Nicol¨¢s Sartorius de presentarse no como candidato a coordinador general de IU, sino como cabeza de lista del sector renovador. El error que supuso la resoluci¨®n sobre Maastricht y la intervenci¨®n de Sartorius alteraron el previsto resultado de las votaciones. Y esa tendencia no hizo sino comenzar tanto entre los delegados como entre los militantes que a partir de ahora empezar¨¢n a pronunciarse. Porque Nicol¨¢s Sartorius, por muy variadas razones, es quiz¨¢ el ¨²nico l¨ªder de la tendencia renovadora capaz de incidir en sectores de la mayor¨ªa que apoy¨® a Julio Anguita. Al mismo tiempo puede mantener una relaci¨®n fruct¨ªfera con los actuales dirigentes de CC OO y UGT.Un proyecto pol¨ªtico nuevo como Izquierda Unida no puede funcionar sobre la confrontaci¨®n de un 60% contra un 40%. Tampoco si la correlaci¨®n de fuerzas fuera a la inversa. Es necesaria una nueva mayor¨ªa en Izquierda Unida, plural en diversos aspectos, pero que coincida en lo fundamental. ?Es esto posible? Si se extreman las posiciones seguramente no; pero de los discursos pronunciados por Julio Anguita y Nicol¨¢s Sartorius al presentar sus candidaturas podr¨ªa deducirse que s¨ª. Aunque es preciso reconocer que el sacrificio mayor podr¨ªa corresponder a Anguita, que, inevitablemente, perder¨ªa el apoyo de los sectores m¨¢s radicales y ortodoxos.
De todas maneras vale la pena intentarlo. Sin fantasmas: la tentaci¨®n de muchos de los que apostamos por una nueva izquierda no es entrar en el PSOE, sino irnos a casa. Y esto ser¨ªa imperdonable. ?Es que es incompatible el realismo con la voluntad de transformaci¨®n? Queremos cambiar las cosas, creemos en la solidaridad, trabajamos por mejorar, d¨ªa a d¨ªa, en cosas concretas, las condiciones de vida de los sectores m¨¢s desfavorecidos; defendemos las libertades personales, colectivas y nacionales; apostamos por el socialismo democr¨¢tico. Por todo ello, tiene hoy m¨¢s sentido que nunca militar en Izquierda Unida o en Iniciativa per Catalunya. A pesar de todo; a pesar de nosotros mismos.
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