Gal¨¢n de cine, mirada de franciscano
Luciano Benetton explica a futuros empresarios como adiestrarse para llegar a rico
Es uno de los s¨ªmbolos de la nueva clase empresarial -y tambi¨¦n pol¨ªtica- italiana. Sin embargo, Luciano Benetton se ha paseado por Madrid durante poco m¨¢s de treinta horas, como el que no quiere la cosa. El presidente de uno de los grupos industriales m¨¢s activos de la Comunidad Europea explic¨® ayer a los aprendices de empresarios del Instituto de Empresa que para triunfar hay que romper moldes."Hay una palabra para resumir casi treinta a?os de empe?o y trabajo del grupo Benetton: innovaci¨®n, entendida como b¨²squeda constante de lo que es nuevo, como factor relevante de desarrollo", explicaba en un acto solemne en el que recibi¨® el t¨ªtulo de MBA honoris causa por esta escuela de negocios madrile?a. Los alumnos le miraban con admiraci¨®n, pero ¨¦l intentaba quitarse importancia con un aire entre provocativo y humilde. Aunque, eso s¨ª, cada gesto lo tiene perfectamente estudiado: es un maestro de la imagen.
Luciano Benetton lleg¨® a la capital de Espa?a el martes por la tarde en uno de los tres jets de su compa?¨ªa. No vest¨ªa la ropa que le ha hecho tan famoso ni tampoco los colores que le han llevado al ¨¦xito r¨¢pido. Al contrario, el mayor de los cuatro hermanos Benetton llevaba un atuendo cl¨¢sico de profesor de universidad -pantal¨®n gris, camisa azul, corbata discreta y chaqueta azul marino-. El empresario italiano tiene un aspecto en cierto modo contradictorio. Una mirada de gal¨¢n de cine, con una melena renacentista, un tipo de atleta y unas manos de descargador de muelles. Aunque cada elemento forma parte de su propia historia.
El mismo ha explicado en p¨²blico y en privado que sus or¨ªgenes pobres le han marcado, y en su autobiograf¨ªa llegaba a afirmar: "Siempre me ha gustado vender, y me he adiestrado para llegar a ser rico". ?sta ha sido su primera obsesi¨®n. Aunque, una vez lograda, se est¨¢ dedicando a otros menesteres. Hace ya bastantes meses que ha emprendido una aut¨¦ntica revoluci¨®n en el terreno de la publicidad, que le ha costado los m¨¢s duros ataques de distintos colectivos en la mayor¨ªa de los 100 pa¨ªses en donde vende sus productos. "Mi publicidad no es provocativa", respond¨ªa, con cierto aire c¨ªnico, en una comida con empresarios y periodistas horas antes de abandonar Espa?a.
Ese aire contradictorio le llev¨® el martes a cenar torreznos y migas con huevos fritos en un conocido mes¨®n madrile?o, mientras explicaba a sus contertulios que llevaba una vida sana y que desayuna una ensalada de zanahorias, apio y eneldo. O tambi¨¦n a afirmar que no cree en la pol¨ªtica, para a continuaci¨®n explicar que se present¨® a las ¨²ltimas elecciones al Parlamento italiano -y sali¨® elegido por el Partido Republicano-, porque est¨¢ convencido de que hay que hacer una aut¨¦ntica revoluci¨®n pol¨ªtica en su pa¨ªs.
Con ese aire de franciscano, Benetton iba entremezclando frases provocadoras, duras acusaciones pol¨ªticas, respuestas diplom¨¢ticas y mucho ingenio. El banquero Rafael Su?ol, el empresario Juan Miguel Anto?anzas y el propio director del Instituto de Empresa, Diego del Alc¨¢zar, se divert¨ªan con su conversaci¨®n. Aunque todos ellos sab¨ªan que no les estaba contando todo lo que piensa. Una filosof¨ªa que ¨¦l mismo,resume en un viqjo dicho veneciano, su regi¨®n: "El que no se arriesga, no cruza el mar".
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