Yeltsin celebra con jam¨®n y chorizo espa?oles el aniversario de su elecci¨®n
El 12 de junio de 1992, ayer, no fue para Rusia una fecha m¨¢s: fue su primer D¨ªa de la Independencia y el primer aniversario de la elecci¨®n de Bor¨ªs Yeltsin como presidente. Para celebrarlo, Yeltsin se dio una vuelta por Mosc¨², en la que incluy¨® una visita de media hora a la f¨¢brica de embutidos hispano-rusa Campom¨®s. All¨ª, el presidente ruso confirm¨® su pr¨®ximo viaje a Espa?a: "Habr¨¢ dos d¨ªas de visita oficial. Tambi¨¦n pasar¨¦ medio d¨ªa en Sevilla y medio d¨ªa en la clausura de los Juegos Ol¨ªmpicos".
Bor¨ªs Yeltsin ocup¨® media hora de tan se?alada fecha en visitar concienzudamente los talleres de producci¨®n y los frigor¨ªficos de la f¨¢brica de embutidos. Incluso se entretuvo unos minutos en degustar, con esa expresi¨®n en el rostro que delata a los buenos catadores, las lonchas de jam¨®n, chorizo, mortadela y dem¨¢s productos de chaciner¨ªa que los anfitriones hab¨ªan desplegado para tan ilustre hu¨¦sped. Le agrad¨® sobre todo un lomo de aspecto apetecible, aunque opin¨® que "quiz¨¢ sea un poco picante para los gustos rusos".
"?Seguir¨¢ usted encabezando el Gobierno cuando vaya a Espa?a en agosto?". Yeltsin no entr¨® al trapo, aunque aprovech¨® la ocasi¨®n para dejar claro que sigue confiando en Yegor Gaidar, pese a los cambios que ha hecho en el Gobierno y a los rumores de involuci¨®n. "Cuando vea que el equipo de Gaidar se ha fortalecido lo suficiente como para que yo pueda dejar ese cargo" para seguir s¨®lo ocupando la presidencia, "dar¨¦ ese paso. Ni antes ni despu¨¦s. Ser¨¢ dentro de varios meses, pero este a?o".
Pese a ser festivo, los talleres de producci¨®n de Campom¨®s siguieron en marcha, lo que permiti¨® al presidente ver esa f¨¢brica de 120 trabajadores, entre los que hay tres espa?oles, tal como es. En el ambiente ruidoso generado por las m¨¢quinas a pleno rendimiento y junto a recipientes llenos de carne perfectamente troceada, se le explic¨® c¨®mo funciona la empresa, los beneficios que tiene, la decisi¨®n de reinvertir todos los beneficios, los salarios... "?Tanto cobra!", coment¨® Yeltsin refiri¨¦ndose al director de la planta. "O lo m¨ªo es poco o lo suyo inucho".
Adolfo P¨¦rez Cuevas, subdirector de la f¨¢brica en representaci¨®n de la empresa espa?ola Campofr¨ªo, dice que los trabajadores vienen a ganar al mes unos 8.000 rublos (8.000 pesetas, al cambio), y que los directivos pueden llegar a los 12.000, cantidades ambas muy por encima de los 900 rublos que suponen el salario m¨ªnimo. La f¨¢brica produce actualmente 17 toneladas diarias de productos para el mercado moscovita. "Yeltsin ha venido a vernos porque somos una de las pocas empresas mixtas de dicadas a producir bienes", dice P¨¦rez Cuevas para hacer notar la diferencia entre su compa?¨ªa y la mayor¨ªa de las otras, que ha optado por el comercio o la especulaci¨®n.
De pie, rodeado de directivos y periodistas y profundamente concentrado en su escrito, Yeltsin estren¨® el libro de honor de la empresa con una extensa dedicatoria en la que record¨® que en 1987, cuando ¨¦l estaba al frente del partido comunista en Mosc¨², se elabor¨® el programa de creaci¨®n de 20 f¨¢bricas al que pertenece Campom¨®s. "La calidad es excelente y con esos sueldos se puede vivir", subray¨® en su escrito. "?Bien por los moscovitas y los espa?oles!", termin¨®.
Cuando dio por finalizada la visita, una ¨²ltima pregunta: "?Seguir¨¢ la reforma?". Con su voz potente, iniciando ya el avance hacia la limusina presidencial, Bor¨ªs Yeltsin respondi¨®: "Sin ninguna duda. Ni un paso atr¨¢s. S¨®lo adelante. Por duro que sea para el pueblo y para el presidente". En otra parte de Mosc¨², mientras, varios centenares de nost¨¢lgicos del comunismo se manifestaron con banderas y pancartas contra Yeltsin y su reforma econ¨®mica. Los manifestantes reclamaron la dimis¨®n del Gobierno.
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