Obra de c¨¢mara

Poco conocido en Espa?a y no demasiado apreciado por la cr¨ªtica, no cabe duda de que Michel Deville es uno de los grandes del actual cine franc¨¦s. De manera callada, poco a poco, a lo largo de m¨¢s de treinta a?os de trabajo continuado, no s¨®lo se ha convertido en un garn t¨¦cnico, sino en un realizador personal con una importante obra a sus espaldas.Durante los a?os sesenta rueda una docena de pel¨ªculas sobre guiones escritos en colaboraci¨®n con Nina Companeez, que le convierte en un buen especialista en comedias. Tienen m¨¢s inter¨¦s las primeras y m¨¢s personajes Esta noche o nunca (1960), Por culpa de una mujer (1962) o Lapartement des filles (1963), pero sus grandes ¨¦xitos de estos a?os son Benjamin (1967), Bye, bye Barbara (1968), La mu?eca y el bruto (1969) y Rafael el libertino

En la segunda parte de su carrera coexisten comedias en una l¨ªnea similar, como La dama de azul (1972) o El trepa (1973), con policiacos que le dan un gran prestigio, como Le dossier 51 (1978), Eaux profondes (1981), sobre la novela de Patricia Higsmith, y Peril en la demeure (1981). Sin olvidar relatos con un marcado car¨¢cter literari o, como Le voyage en douce (1979), La paltoquet (1986) y La lectora (1988), una de las pocas pel¨ªculas del ¨²ltimo periodo de su obra estrenada en Espa?a.

Noche de verano en la ciudad enlaza directamente con estos relatos de subrayado car¨¢cter literario, lo que podr¨ªa denomianerse "cine de c¨¢mara", en trasposici¨®n del t¨¦rmino "m¨²sica de c¨¢mara". Est¨¢ basado en un argumento original de Rosalinde Deville y muestra el enfrentamiento entre una pareja, Louls y Emile, que acaba de conocerse y de hacer el amor, en un ¨²nico decorado, un t¨ªpico piso parisiense, durante unas horas de una noche, casi en tiempo real.

Poco despu¨¦s de conocerse, Emile lleva a Louis a su piso y, tras copular, hablan de lo que pueda ser su posible vida en com¨²n, desnudos, semidesnudos, mientras pasan de una habitaci¨®n a otra, lejos de cualquier trascendencia, dentro de una conversaci¨®n de lo m¨¢s normal.

El resultado es un duelo interpretativo, un di¨¢logo entre dos cuerpos, que demuestra que Jean-Hugues Anglade es un gran actor, muy conocido y apreciado en Francia, pero casi desconocido entre nosotros, y que Marie Trintignant es un hermoso proyecto de actriz que sabe defender bien su personaje. Al tiempo que confirma a Michel Deville como un gran director de actores.

El m¨¢ximo atractivo de Noche de verano en la ciudad, de esta obra menor, clara muestra del

cine de c¨¢mara" que le gusta cultivar a Deville de cuando en cuando, es tanto la calidad interpretativa como la discreci¨®n de la realizaci¨®n. Un juego de c¨¢mara que apenas se hace notar, que se limita a recoger la acci¨®n y subrayar algunos aspectos de ella, dentro de la discreci¨®n general de la pel¨ªcula.

Esto lleva, a pesar de que Noche de verano en la ciudad es un texto fluido que f¨¢cilmente podr¨ªa representarse sobre un escenario, a que no resulte nada teatral, poco tenga el com¨²n con lo que en tiempos se llamaba "teatro filmado" y en todo momento quede muy claro su tono cinematogr¨¢fico, la sabidur¨ªa del hombre responsable de la pel¨ªcula, de un Michel Deville que deb¨ªa visitar m¨¢s las pantallas de los cinemat¨®grafos espa?oles.