Julio Iglesias filosof¨® en su recital sobre c¨®mo se hace el amor en Espa?a
El cantante abarrot¨® anoche de incondicionales la plaza de Las Ventas, en Madrid
Una turbamulta de gente fervorosa y seguidores del artista abarrot¨® ayer la plaza de Las Ventas de Madrid. En el coso ol¨ªa no s¨®lo a Chenel sino, sobre todo a Chanel. Durante todo el concierto, gritos enardecidos, suspiros entrecortados, lucecitas, pasi¨®n y mucho calor. Calor, en efecto, es el t¨ªtulo del ¨²ltimo disco de Julio Iglesias, del que en estos momentos se han vendido en Espa?a 250.000 ejemplares, y en todo el mundo cerca de tres millones.
El montaje es un alarde de t¨¦cnica. En cuanto al sonido, es la primera vez que se utilizan los altavoces Meyer modelo MSL10, cada uno mide dos metros y medio, y tiene un peso de 400 kilos. Los amplificadores tienen una potencia de 80.000 vatios. La iluminaci¨®n, con 220.000 vatios de intensidad, est¨¢ controlada por dos ordenadores que regulan 77 unidades.En la gira que se realiza por toda Espa?a, intervienen siete trailers de 15 metros para transportar decorados, sonido, luces generadores y escenario. Un contingente de 54 personas, viaja por carretera para montar todo este inmenso ingenio.
Para hacerse una idea de todo el tinglado, hay que constatar que representa por su volumen el equivalente a un edificio de cuatro plantas por 40 metros de largo.
Adem¨¢s de todo esto, en cada localidad donde act¨²a el artista se contratan no menos de 60 personas para colaborar en el montaje.
Personajes
En la presentaci¨®n que tuvo lugar ayer en Madrid, con las localidades m¨¢s caras, de pista -de ruedo- a 8.000 pesetas y las m¨¢s alejadas del artista al precio de 3.000-, los rostros de personalidades de la mundo de la cultura, de los deportes y de la alta sociedad eran casi infinitas.Aparec¨ªan por all¨ª personas tan dispares como la adolescente Irene Villa -v¨ªctima de uno de los atentados de ETA en Madrid- (Irene fue recibida al inicio del concierto con una impresionante ovaci¨®n de toda la plaza puesta en pie), el juez Baltasar Garz¨®n, Pitita Ridruejo, la duquesa de Franco, el doctor Iglesias (que estaba encantado saludando por doquier y retrat¨¢ndose para la prensa con unas se?oritas que portaban esta pancarta: "Contigo, Julio, la vida sigue igual"), Nati Abascal, los dos hijos de Julio Iglesias, Jos¨¦ Enrique y Julio Jos¨¦... y sobre todo, la condesa de Barcelona, madre del Rey Don Juan Carlos, que ocupaba el palco real, al que suele acudir con mucha frecuencia para presenciar los festejos taurinos.
El momento culminante y m¨¢s enfervorecido del concierto tuvo lugar cuando Julio Iglesias interpret¨® la canci¨®n Bamboleo, aut¨¦ntica bandera del artista espa?ol por esos mundos.
Julio Iglesias, en intermedios de la interpretaci¨®n de esa canci¨®n, dijo cosas sorprendentes a cerca del amor en Espa?a: "En Espa?a se empieza a hacer el amor a los 10 a?os con la mirada y la cabeza. A los 13 o 14 a?os, ya se quiere hacer el amor de verdad. Y a los 17 o 18, se hace el amor con toda el alma y todo el cuerpo".
El p¨²blico, arrebatado, sobre todo las mujeres, corroboraban cada afirmaci¨®n del artista con gritos desaforados. Julio Iglesias consigui¨® en su recital que hubiera un calor, una ternura y un sublime desatino en ellas, en las madres, en las hijas, en las nietas y en la madre que pari¨® a todas ellas.
Quiz¨¢ nadie, ning¨²n artista, ni ning¨²n pol¨ªtico, ni ning¨²n soci¨®logo, ni nadie, ha logrado entusiasmar de forma tan estruendosa con el tema de c¨®mo se hace el amor en Espa?a a un p¨²blico que, oficialmente, quiz¨¢ sea conservador.
Julio Iglesias iba a actuar un solo d¨ªa en Madrid, pero los organizadores se han visto desbordados hasta el punto de tener que repetir el concierto.
Julio Iglesias sali¨® al escenario vestido como un se?or, quiz¨¢ como un truh¨¢n, con un traje veraniego azul.
No escatim¨® el cantante esa clase de gestos que de ¨¦l esperan sus incondicionales. De vez en cuando, el artista se llevaba la mano al coraz¨®n, y de vez en cuando se la llevaba a la tripa. Estaba exultante.
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