Violencia en el ring
Las pel¨ªculas de boxeo tienen una larga y buena tradici¨®n dentro del cine norteamericano, hasta convertirse casi en un interesante subg¨¦nero que enlaza directamente con el cine negro y el de g¨¢nsteres. A ra¨ªz del tan enorme como incomprensible ¨¦xito de la serie Rocky, protagonizada, escrita y o dirigida por Sylvester Stallone, esta tradici¨®n se rompe y las pel¨ªculas de boxeo se convierten en una excusa para plantear una burda lucha ideol¨®gica o, en el mejor de los casos, que la m¨¢s brutal violencia invada el ring.
?xito americano
Gladiator
Director: Rowdy Herrington.Guionistas: Lyle Kessler, Robert Mark Kamen. Fotograf¨ªa: Tak Fujimoto. Int¨¦rpretes: James Marshall, Cuba Gooding Jr., Robert Loggia. Estados Unidos, 1992. Estreno en Madrid: Rialto, Ideal, Vaguada, Parquesur, S¨¦ptimo Arte, Multicines Coslada, Multicines Fuenlabrada.
Esto es lo que ocurre en Gladiator, una producci¨®n de gran ¨¦xito en Estados Unidos, que narra c¨®mo un decidido universitario no s¨®lo logra pagar las deudas de juego de su padre con sus pu?os, sino destruir al impulsor de una organizaci¨®n de combates ilegales de boxeo, pero en el fondo s¨®lo es una excusa para mostrar una cruda y gratuita violencia a lo largo de una serie de combates de boxeo donde todo est¨¢ permitido.La ¨²nica novedad que presenta Gladiator respecto a las reaccionarias producciones de Sylvester Stallone, es que el combate final no acaba con la amistad entre el boxeador blanco y el negro, sino que la sella definitivamente, y supone el final de la triunfal carrera del malo, un siempre espl¨¦ndido Brian Dennehy, aunque sea en papeles tan desagradecidos como ¨¦ste.
Tercera pel¨ªcula del irregular especialista en narraciones violentas Rowdy Herrington, Gladiator est¨¢ rodada con la aburrida y eficaz rutina de un telefilme. Salvo los combates de boxeo donde Herrington no duda en recurrir a todo tipo de artificios, desde objetivos grandes angulares a la denominada c¨¢mara lenta, sin olvidar el sudor y la abundante sangre, para conseguir las dosis de violencia en que se apoya la pel¨ªcula y constituyen su ¨²nica raz¨®n de ser.
El mensaje de que la uni¨®n entre blancos y negros puede acabar con la opresi¨®n que sufren las clases bajas respecto de los poderosos, aparece demasiado entre l¨ªneas para ser algo m¨¢s que un truco de un burdo gui¨®n que en ning¨²n momento se propone nada que no sea utilizar la violencia, una vez m¨¢s, para alcanzar un gran ¨¦xito de p¨²blico.
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