El botón
Lo que más impresiona del caso Ollero es la inteligencia natural de don Jorge, hermanísimo del ex director general de Carreteras de la Junta de Andalucía y presunto gánster adscrito a esa presunta ffiafia que parece crecer a la sombra del poder establecido. He leído de este presunto se?or que tiene un botón con el que maneja a distancia las persianas de su casa, quizá porque ha comprendido que la metáfora de la riqueza es un botón. El poder para el presunto hermano consiste en estar en el cuarto de ba?o descargando la vejiga y arríar al mismo tiempo las persianas del dormitorio. La bandera de Ollero es una persiana manejada por control remoto que iza al amanecer y arría cuando le da la gana, que para eso es el due?o del botón, que es su patria.Franco tenía en la sala de su Consejo de Ministros dos botones, uno para hacerles hablar y otro para que se callaran. Quienes hemos hecho la mifi sabemos que la jerarquía militar no se nota tanto esi las estrellas como en los botones. Los generales, que son los que más mandan, llevan el uniforme lleno de botones, como los cardenales y los papas. Más aún: los buenos pantalones vaqueros, los que encargamos a los amigos que van a Nueva York, no llevan cremallera, sino botones, que el botón da status y estimula el sexo. Por eso, lo asombroso es que el presunto Ollero, que por sus declaraciones parece tener un puré de guisantes por cerebro, hubiera comprendido que entre el poder y los botones hay una relación inversamente proporcional: a menos botones más poder. De hecho, el presidente de Estados Unidos, que es la máxima representación del poder sobre la Tierra, sólo tiene un botón, el nuclear. El hermanísimo y Bush son, pues, los únicos que han comprendido que para muestra basta un botón.
Ollero for president.
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