Ganaderos vascos

Por los pagos del Pa¨ªs Vasco no han pastado reses bravas, en contraposici¨®n a lo acontecido en Navarra, en donde, entre otras, pastaron las famosas reses de Lecumberri, Carriquiri y Zalduendo, cuyos encastes hoy pueden darse por desaparecidos. Sin embargo, la antigua afici¨®n a la fiesta predominante en el Pa¨ªs Vasco movi¨® a algunos conspicuos aficionados de este solar a dedicarse al rom¨¢ntico oficio de criar reses bravas, aunque esa actividad la desarrollaran en otras latitudes. Todos dieron lustre a la fiesta.En 1892, Jos¨¦ Echevarr¨ªa Bengoa, marqu¨¦s de Villagodio, inici¨® la formaci¨®n de esta ganader¨ªa con vacas de Veragua (la antigua Vacada Real, de pura raza vazque?a) y sementales de Trespalacios. En 1915 busc¨® un toro m¨¢s cortejano con la cruza de sementales de Santa Coloma. Fallecido el marqu¨¦s en 1920, se libr¨® del disgusto de presenciar c¨®mo el toro Bellotero, jabonero, lidiado en tercer lugar en Madrid el 5 de junio de 1921, infiri¨® una cornada al diestro puertorrique?o Ernesto Pastor que a los siete d¨ªas result¨® mortal. Esta ganader¨ªa fue vendida en 1924, y nada tiene que ver, ni la procedencia ni el hierro, con la que en 1934 adquiri¨® Alfredo Echevarr¨ªa, marqu¨¦s de Villagodio, con reses de Coquilla y ra¨ªz Vistahermosa.

F¨¦lix Urcola ganadero bilba¨ªno, casado con la sevillana Manuela Ternero, era un hombre "serio y brusco", seg¨²n lo define Chaves Nogales. El primer tentadero al que asisti¨® Juan Belmonte es en casa de Urcola, quien le pronostica un brillante porvenir, si bien le aconseja estirar m¨¢s los brazos, pues ese defecto de codillear cuesta muchas y serias cornadas, conforme nos relata Antonio de la Villa en la biograf¨ªa del trianero. La ganader¨ªa tiene ilustres antecedentes. Arranca del tronco de Vistahermosa, de la rama de El Barbero de Utrera, y tras diversas transmisiones llega al marqu¨¦s de Gandul, de quien la adquiere el ganadero vasco. Sus reses pastaban en Zahariche, donde lo hacen hoy los miuras. Enormemente presuntuoso, pues todo lo suyo era lo mejor, sus amigos sevillanos, cuenta Fern¨¢ndez Salcedo, le gastaron una broma dirigi¨¦ndole un telegrama a Bilbao con el siguiente texto: "Por causas desconocidas ardieron hoy las fincas tal, tal y Zahariche. El mejor incendio, el tuyo".

Pedro Gandarias y Urquijo es otro ganadero vasco, cuyas reses pastaban en la finca Castillo de Higares, del t¨¦rmino de Mocej¨®n, en la provincia de Toledo. Adquiridas las reses a Jos¨¦ Escobar -puras grafiliano-, aument¨® la ganader¨ªa con Urquijo, lo que dio un excelente resultado. Con distinto hierro, esta ganader¨ªa se lidia hoy a nombre de la viuda de Mart¨ªnez Benavides.

En la dehesa Fr¨ªas de Hueznar, del t¨¦rmino sevillano de Constantina, pastan las reses de la ganadera vasca Dolores Aguirre Ibarra. Con fundamental procedencia de Atanasio Fern¨¢ndez y sementales del conde de la Corte, la ganadera, aficionada de independiente criterio, viene manteniendo un tit¨¢nico esfuerzo por conseguir lidiar sus toros sin acceder a esa vergonzosa lacra, que hoy invade el mundillo taurino, de la manipulaci¨®n de las astas. Prop¨®sito dif¨ªcil, que s¨®lo puede alcanzarse si, como Dolores Aguirre, se tiene una concepci¨®n rom¨¢ntica, casi decimon¨®nica, de la crianza.