Yeltsin promete a los rusos que no pasar¨¢n hambre

El presidente de Rusia, Bor¨ªs Yeltsin, asegur¨® ayer que el pueblo no pasar¨¢ hambre el pr¨®ximo invierno y que no habr¨¢ un nuevo golpe de Estado como el de los nost¨¢lgicos comunistas de hace un a?o. Al mismo tiempo, reconoci¨® que existe descontento entre la poblaci¨®n por la situaci¨®n econ¨®mica actual, pero subray¨® que ¨¦sta tiende a mejorar. El l¨ªder ruso insisti¨® en que la tarea principal ahora es la privatizaci¨®n masiva y opino que el desempleo que surgir¨¢ como consecuencia de ¨¦sta no alcanzar¨¢ los niveles occidentales.

"Lo m¨¢s importante es pasar este a?o; en 1993 la vida ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil para todos nosotros", dijo Yeltsin en su primera conferencia de prensa, que estuvo consagrada al aniversario de la victoria de las fuerzas democr¨¢ticas sobre los golpistas.El pr¨®ximo mes transcurrir¨¢ normalmente, seg¨²n Yeltsin, pero en octubre la situaci¨®n se complicar¨¢, pues "de nuevo comenzaran los juegos pol¨ªticos". No obstante, espera que los cheques de privatizaci¨®n, que se empezar¨¢n a repartir ese mes, suavizar¨¢n las tensiones.

"El Gobierno y el presidente garantizan que este invierno no traer¨¢ hambre al pueblo ruso", dijo Yeltsin. La cosecha de granos este a?o se calcula que ser¨¢ de 103 millones de toneladas, mejor que en 1991, lo cual permitir¨¢ "disminuir considerablemente" las importaciones.

La privatizaci¨®n "es el problema m¨¢s dif¨ªcil" de la segunda etapa de reformas que comienza en octubre, e indudablemente una de sus consecuencias ser¨¢ el aumento del desempleo. Pero no se puede continuar con una econom¨ªa "deformada, terriblemente militarizada" como era la sovi¨¦tica.

Esta reforma es muy dura, porque "no hay parang¨®n en el mundo" de una reducci¨®n tan dr¨¢stica de los encargos militares estatales como los que se har¨¢n este a?o: "?disminuir¨¢n en un 68%!", dijo Yeltsin. Sin embargo, gracias a las medidas de protecci¨®n social que se est¨¢n introduciendo, el l¨ªder ruso cree que el desempleo en Rusia "no tendr¨¢ la envergadura que posee en los pa¨ªses occidentales".

"No habr¨¢ un segundo golpe", declar¨® convencido Bor¨ªs Yeltsin, ya que para ¨¦l "no hay base" ni en el Ej¨¦rcito ni en las estructuras estatales. Y las fuerzas "nacionalcomunistas" s¨®lo representan un 3% de la poblaci¨®n, a?adi¨®.

Recordando el fallido golpe de Estado del a?o pasado, Yeltsin se mostr¨® convencido de que el principal ide¨®logo y organizador hab¨ªa sido Vlad¨ªmir Kriuchkov, entonces jefe del KGB, con el cual dijo haber jugado una especie de partida de ajedrez. El l¨ªder ruso logr¨® vencer cuando dio resultado su treta para sacar a los golpistas del Kremlin, dici¨¦ndoles que deb¨ªan ir a For¨®s para convencer al presidente sovi¨¦tico Mijail Gorbachov de que firmara su dimisi¨®n. "Y los muy ingenuos fueron", concluy¨® Yeltsin su relato.

En pol¨ªtica interior, Yeltsin anunci¨® que el pr¨®ximo mes presentar¨ªa al Soviet Supremo el nuevo proyecto de Constituci¨®n, y entonces se decidir¨¢ cu¨¢l ser¨¢ el procedimiento de su aprobaci¨®n.

El problema es que el Congreso de Diputados del Pueblo -supraparlamento, el m¨¢ximo ¨®rgano de poder seg¨²n la actual Constituci¨®n-, dif¨ªcilmente aceptar¨¢ el nuevo texto, pues en ¨¦ste queda eliminado. Por eso, Yeltsin no descart¨® la convocatoria a una Asamblea Constituyente para aprobar la nueva ley fundamental o la celebraci¨®n de un plebiscito.