El pianista ruso
Eldar Nebolsin, de 17 a?os, ganador el pasado fin de semana del Concurso Internacional de Piano de Santander, uno de los m¨¢s importantes y prestigiosos del mundo, compiti¨® con 41 concursantes de muy diversos pa¨ªses. "Ni soy un joven prodigio ni voy para genio", fue lo primero que dijo este hijo de pianistas, empe?ado en que se le considere un "joven normal"."Vine al certamen prohibi¨¦ndome con todo rigor pensar ni un solo instante en cu¨¢les ser¨ªan mis posibilidades, sino en tocar y repasar los conciertos que hab¨ªa preparado. No pod¨ªa perder la concentraci¨®n ni un solo instante. La m¨²sica era lo que me importaba, y nada mas". Cuando tuvo uso de raz¨®n aprendi¨® enseguida que aquel objeto grande y oscuro apoyado sobre unas patas que hab¨ªa en su humilde casa paterna era un piano vertical.Yevgueni Nebolsin, su padre, hoy profesor en la Escuela de M¨²sica de Tashkent (rep¨²blica de UzbekIst¨¢n), en Asia Central, donde vive la familia, le sent¨® ante el instrumento cuando apenas contaba cinco a?os. Fue su primer juguete, al que dedicaba en principio una hora diaria a una edad en que todos los ni?os del -mundo tratan de darle patadas a una pelota de goma o acariciar una mu?eca.
Cree Eldar Nebolsin que sin la ayuda de su profesor en Madrid, su compatriota Dimitri Bashkirov, responsable de la c¨¢tedra de piano en la Escuela Reina Sof¨ªa, no hubiera sido el clamoroso triunfo obtenido aqu¨ª. Bashkirov hab¨ªa volado hace tres a?os Tashkent para dar un concierto. Fue entonces cuando se conocieron. "Hace dos a?os, Bashkirov me propuso venir a Madrid a estudiar con una .beca en la Reina Sof¨ªa. No lo dud¨¦ un instante, atra¨ªdo por la admiraci¨®n que le profeso. Creo que en los ¨²ltimos 12 meses, junto a ¨¦l, he ganado en disciplina y dado un gran paso adelante en mi carrera art¨ªstica".
Nebolsin, que desea quedarse un a?o m¨¢s en Madrid para perfeccionar sus conocimientos de armon¨ªa, contrapunto, an¨¢lisis y m¨²sica de c¨¢mara, afirma que los habitantes de la capital de Espa?a le parecen constituir una comunidad muy libre y carente de complejos. "No, a m¨ª no me llame uzbeko, yo soy ruso, as¨ª consta en mi pasaporte", dice. Y a?ade: "No somos tan libres en Tashkent, yo creo".
Simultaneando el estudio del castellano -una media de cuatro horas diarias- con la m¨²sica -entre cuatro y ocho horas sentado al plano- se le ha pasado el primer a?o espa?ol sin darse cuenta, por lo que no ha tenido, tiempo de nadar, correr y jugar al ajedrez, que son sus distracciones predilectas cuando se olvida de la m¨²sica. Unos cien conciertos por todo el mundo esperan al triunfador de Santander a partir de ahora mismo. "Este premio me obliga a muchas cosas, soy consciente de ello; a trabajar m¨¢s que hasta ahora. Es el programa que me he trazado para este segundo a?o de estudios en Madrid".
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