"La democracia, como nuestra identidad, es mejorable"
Pregunta. ?De qu¨¦ manera se inserta su obra en el arte hisp¨¢nico contempor¨¢neo?Respuesta. M¨¢s que tener la sensaci¨®n de que me inserto, durante los ¨²ltimos a?os he descubierto que hay afinidades, lo cual me ha tranquilizado acerca de cosas que hab¨ªa hecho o que quer¨ªa hacer. En realidad, si nos referimos al contexto cultural hisp¨¢nico, de lo que nye siento m¨¢s pr¨®ximo es de la m¨ªstica castellana. Claro que, al hablar de m¨ªstica, no puede hablarse de nacionalidades, porque este modo de captar la realidad m¨¢s profunda del ser es un aspecto de la naturaleza humana que viene de m¨¢s lejos y est¨¢ presente en todas las culturas. Y no s¨®lo en todas -las culturas: todos los individuos tienen una vertiente m¨ªstica.
P. ?Cu¨¢l es su actitud ante la cultura espa?ola?
R. Yo recib¨ª una educaci¨®n de la ¨¦poca de la dictadura. La cultura castellana era la ¨²nica que se impart¨ªa, era obligada. Ahora amo m¨¢s la cultura espa?ola, porque ya no me parece impuesta. Y adem¨¢s, como principio, tengo la voluntad de ser solidario y considerar a todos los pueblos hisp¨¢nicos de una manera fraternal. Creo que cualquier artista, por principio, tiene la obligaci¨®n de propiciar el. entendimiento hisp¨¢nico. Hemos, de hacer nuestras muchas cosas que son comunes y, por tanto, nos unen en lugar de separarnos.
P. ?Qu¨¦ piensa de la hostilidad que despierta la noci¨®n de cultura espa?ola en algunos sectores de Catalu?a?
R. A veces he lamentado ciertas actitudes de rechazo desde Catalu?a. Eso ten¨ªa sentido durante la dictadura, pero ahora lo considero contraproducente. Lo vi durante la celebraci¨®n, en Bruselas, de la Europalia dedicada a Espa?a. Entonces hubo, desde Catalu?a, actitudes contrarias a la participaci¨®n de artistas catalanes, cuando lo bonito hubiese sido lo contrario; hacer sentir la presencia y la importancia del arte catal¨¢n en el contexto espa?ol., As¨ª, por ejemplo, hubiese quedado claro que muchos de los artistas m¨¢s interesantes del momento son catalanes. Y, desde luego, no lo digo s¨®lo por m¨ª. P. ?Espa?a la ha hecho el centro o la periferia?
R. Si aceptamos que Espa?a es un conjunto de pueblos y nacionalidades, lo l¨®gico es que a su construcci¨®n hayan contribuido todos. Espa?a es un v¨ªnculo pol¨ªtico que ha durado desde el matrimonio de los Reyes Cat¨®licos hasta hoy, con altibajos. Que Catalu?a ha tenido un peso enorme en la construcci¨®n de Espa?a es inequ¨ªvoco, y as¨ª lo han se?alado muchos pensadores.
P. ?No le parece como si la actitud catalana frente a Espa?a fuese, hist¨®ricamente, de fluctuaci¨®n constante entre la participaci¨®n y la ruptura?
R. Lo que me parece m¨¢s evidente es que, en los momentos en que han predominado la democracia, la apertura y el progresismo en el centro de la Pen¨ªnsula, Catalu?a ha salido beneficiada. La gente, hoy, suele olvidarlo, pero a¨²n padecemos muchas de las consecuencias de la dictadura: esa postura de dar la espalda por principio a lo que venga del centro es todav¨ªa un residuo de la hostilidad que inspiraba la dictadura.
P. Alg¨²n pol¨ªtico catal¨¢n dice que Espa?a no existe. ?Existe?
R. Hombre, a determinado nivel, todas las cosas pueden calificarse de ilusi¨®n o de invento. Pero muchas cosas existen de un modo natural. Cada vez soy m¨¢s refractario a mirar las cosas dentro de una dicotom¨ªa de bien y mal. A veces, los pol¨ªticos tratan de imponernos sus ideas y al final es la corriente de la sociedad que acaba por hacerles cambiar a ellos. P. ?Podr¨ªa suceder en Espa?a lo que sucede en Yugoslavia?
R. No, pienso que no. Tendr¨ªa que cambiar mucho la situaci¨®n de Espa?a y de todo el mundo. Yo creo que hoy, aqu¨ª, la gente tiene muchas m¨¢s posibilidades de conocerse, de viajar. Hablando y viajando la gente se entiende. Espa?a es un conjunto de tantas cosas, que ha quedado un p¨®sito muy interesante y desde que hay democracia tenemos medios para comunicamos mas y mejor; eso ha propiciado una comprensi¨®n mu cho mayor entre los pueblos de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica. Yo nunca hab¨ªa ido a Andaluc¨ªa hasta este a?o, por ejemplo, y me he quedado maravillado del paisaje, de la musicalidad de la gente y su simpat¨ªa. All¨ª se ve la impronta ¨¢rabe, y lo digo en sentido admirativo, de ninguna manera peyorativo. Ves que es un pa¨ªs antiguo y refinado, en el que la gente sabe vivir.
P. ?Qu¨¦ le pareci¨® la campa?a independentista Freedom for Catalonia?
R. Yo no soy contrario a la expresi¨®n de la disidencia, de la discrepancia. Forman parte de la libertad de expresi¨®n. La autonom¨ªa que ha conseguido Catalu?a es quiz¨¢ muy grande, pero es cierto que hay que perfilar algunas cosas. Tal vez el modo de lograrlo sea llamar la atenci¨®n. De todos modos, vivimos uno de los mejores momentos que ha vivido este pa¨ªs; pero las autonom¨ªas son siempre mejorables, como la democracia y como nuestra propia identidad. Nada est¨¢ fijado ni es perenne; lo reinventamos cada d¨ªa. Puede ser que eso que llamamos identidad catalana tenga una parte perenne, pero la otra parte est¨¢ en continua transformaci¨®n, como todas las cosas.
P. ?Qu¨¦ piensa de Franco, del franquismo? -
R. Recordar y pensar en ello me inspira incluso una cierta repugnancia. Pienso en un golpe de Estado grotesco. Por principio, una dictadura tan cruel y tan larga es injustificable. En lugar de arreglar las cosas, las estrope¨® m¨¢s; lo retras¨® todo: la educaci¨®n, el desarrollo art¨ªstico y literario, todo. Suerte que la sociedad es como unr¨ªo que ha buscado sus propios cauces.
P. ?C¨®mo pudo ser que bajo una dictadura surgieran artistas mundialmente respetados?
R. Era la fuerza de la necesidad. A m¨ª me parec¨ªa natural. Hay que decir que debemos mucho a las personas de generaciones anteriores, que, como Joan Mir¨® o el poeta J. V. Foix, ofrec¨ªan un ejemplo moral desde el interior, as¨ª como a otras que, desde el exterior, representaban modelos de actitud humana y cultural, como Picasso y Pau Casals. Tambi¨¦n debemos mucho a la ayuda extranjera; hubo mucha gente que nos ayud¨®.
P. ?Qu¨¦ han supuesto la Expo 92 y los Juegos Ol¨ªmpicos para la imagen de Espa?a?
R. Al estar m¨¢s abiertos, nos miran m¨¢s, y eso, de alg¨²n modo, nos obliga a actitudes m¨¢s correctas. A veces incluso sobrevaloramos lo que puedan pensar de nosotros en el extranjero; pensamos que tiene mucha importancia y no tiene tanta. Al fin y al cabo, no somos tan diferentes.
P. ?Qu¨¦ suceder¨¢ si la situaci¨®n econ¨®mica se deteriora?
R. Hay gente muy pesimista, que dice que a partir de este a?o todo ir¨¢ muy mal. Quiz¨¢ eso sea cierto para los poderosos, o en las grandes magnitudes de la econom¨ªa, pero los ciudadanos en general estamos m¨¢s acostumbrados a apretarnos el cintur¨®n. En todo caso, todos tenemos que plantearnos las cosas de modo distinto. Lo que sucede en Yugoslavia, en Somal¨ªa o en otros lugares deber¨ªa afectarnos mucho m¨¢s. La crisis econ¨®mica que podamos padecer aqu¨ª no es nada al lado de eso.
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