El Barcelona se encontr¨® con la victoria
Johan Cruyff deber¨ªa cambiarse de apellido, al menos por un d¨ªa, y adoptar el del t¨¦cnico del Real Madrid, Benito Floro. Una gran flor surgi¨® de repente en el Camp Nou, cuando tan s¨®lo faltaban tres minutos para la conclusi¨®n del primer encuentro de esta Liga que enfrentaba a los dos grandes del f¨²tbol espa?ol. Stoichkov fue el jardinero y proporcion¨® al Barcelona la primera victoria del presente ejercicio. El Bar?a lo ha comenzado con la misma suerte que concluy¨® el anterior y, una vez m¨¢s, el perjudicado ha sido el Real Madrid, que anoche no mereci¨® perder, aunque esa circunstancia sea cosa de hombres, seg¨²n opina el nuevo y controvertido conductor del colectivo madridista.El Real Madrid parec¨ªa que iba camino del G¨®lgota, a tenor de sus actuaciones en la pretemporada. Los ex¨¦getas de Chamart¨ªn no daban un duro por su equipo e incluso cuestionaban el tiempo de permanencia de su entrenador en el cargo. A tenor de lo visto en el Camp Nou, el Madrid no es un Tit¨¢nic. De momento, tampoco es un destructor que pueda arrasar por las peligrosas aguas de la Liga. Es un equipo en formaci¨®n con muchos defectos al que le cuesta asimilar las ense?anzas de un pedagogo at¨ªpico que cree en sus ideas y est¨¢ dispuesto a llegar hasta donde pueda defendi¨¦ndolas.
Ayer super¨® el ex¨¢men de selectividad, a pesar de la derrota e ingres¨® en la Universidad de la Liga con un aprobado alto. Lo mismo que su rival que hizo como los malos estudiantes y obtuvo el pase en el ¨²ltimo momento, cuando nadie lo esperaba y todo el mundo daba por bueno el empate.
Cruyff sigue siendo m¨¢s listo que los ratones colorados. Dijo que no se fiaba de este nuevo Real Madrid y acert¨®. Por eso plante¨® el partido de una forma mucho m¨¢s conservadora de la habitual, dejando inicialmente en el banquillo a Goikoetxea, un hombre te¨®ricamente fijo en la alineaci¨®n. Los hechos parec¨ªan darle la raz¨®n cuando a los cuatro minutos justos Bakero pon¨ªa en entredicho la nueva defensa en l¨ªnea del Madrid e inaguraba el marcador.
Y es que el Barca sali¨® arrasando, en plan avasallador, utilizando sus mejores armas. Es decir, moviendo el bal¨®n con pases cortos para atraer a los rivales y desplaz¨¢ndolo despu¨¦s a larga distancia para sorprender a una defensa inadaptada en la que adem¨¢s no estaba el brasile?o Rocha, que se cay¨® de la alineaci¨®n en el ¨²ltimo momento, siendo sustituido por el veterano Chendo.
Parad¨®jicamente, la desgraciada lesi¨®n de Chendo favoreci¨® al Real Madrid y perjudic¨® de forma ostensible al Barcelona. Benito Floro tuvo la inspiraci¨®n de realizar un cambio clave. Dispon¨ªa de Villarroya en el banquillo, pero prefiri¨® dar entrada a Luis Enrique en la banda izquierda y traslad¨® a Llorente al lateral derecho, mientras Sanchis pas¨® al centro de la defensa. Esa combinaci¨®n de piezas volvi¨® loco al Bar?a, que dej¨® de mover el bal¨®n y psicol¨®gicamente se movi¨® entre el miedo a perderlo y el temor a encajar un gol. Zubizarreta no tuvo que recoger el bal¨®n del fondo de sus mallas durante los primeros 45 minutos porque el Madrid todav¨ªa parece un equipo activado por control remoto, carece de profundidad, tiene el lastre de Butrague?o y no aprovecha las cualidades de Zamorano, que no se semeja en nada a Hugo S¨¢nchez.
El segundo acto fue de puro sufrimiento para el Bar?a, que acab¨® jugando con cuatro defensas -Cruyff intercal¨® a Nadal entre Ferrer, Koeman y Juan Carlos- y un Goikoetxea m¨¢s atento a labores de destrucci¨®n que de creaci¨®n.
O fue cuesti¨®n de amor propio o labor del psic¨®logo, pero lo cierto es que los jugadores madridistas asfixiaron a los del Bar?a con una presi¨®n agobiante en el centro del campo. Prosinecki tom¨® el mando de las operaciones y el mejor juego del Real Madrid tuvo su recompensa en el gol de penalti de Michel, dos minutos despu¨¦s de que Floro se atreviera a cambiar a Butrague?o, que hasta entonces hab¨ªa estado viviendo de la sopa boba. Stoichkov cercen¨® las ilusiones madridistas, pero no sus ambiciones. La Liga empieza con la misma emoci¨®n con que finaliz¨®.
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