El Madrid exprime el minuto de tregua rival
El Madrid jug¨® mal contra la zona de Floro. Se mir¨® en su espejo y se vio feo, como pesadote, muy poco favorecido. Puesto a elegir, el p¨²blico se qued¨® durante la primera parte con la copia original, el Albacete, y con un jugador de aspecto fond¨®n, culibajo, de paso corto: Zalazar. El resultado explic¨® mal las dificultades del Madrid, que cobr¨® los dos goles en el ¨²nico minuto de tregua que le dio el Albacete. Despu¨¦s se abandon¨® de nuevo a un f¨²tbol monocorde, cuando ten¨ªa al rival sonado y la porter¨ªa de Unanua medio abierta.
El Albacete tiene lo mismo que el pasado a?o, pero le falta m¨ªstica. Est¨¢ bien perfilado en el campo, se maneja con mucha propiedad en todos los aspectos y dispone de un pu?ado de futbolistas aceptables. No es suficiente. El Albacete es el ¨²ltimo de la Liga, sin un punto. Esta a falta de todas esas cosas intangibles que al final son esenciales en el f¨²tbol: la fe, la autoestima, la seguridad y esa relaci¨®n positiva con el futuro que impide creer en la mala suerte y en los malos resultados. El Albacete dispuso de esa reserva de optimismo durante tres a?os e hizo un poco de historia en la Liga espa?ola. Ahora tiene el mismo sistema que ide¨® Floro, los mismos jugadores y m¨¢s experiencia. No le sirve de nada. Le falta m¨ªstica y parece dispuesto a comenzar el camino de retorno.
El due?o de la zona
Mientras el partido se disput¨® de forma acad¨¦mica, el Albacete fue due?o del juego. Se med¨ªan los mismos sistemas en la cancha, con las defensas zonales, los cuatro zagueros atr¨¢s, las l¨ªneas apretadas para recuperar la pelota y la sensaci¨®n constante de que hab¨ªa mucha pizarra en Chamart¨ªn. La superioridad del Albacete quedaba establecida por la participaci¨®n de Jaro en el encuentro. El portero madridista tuvo un primer tiempo muy duro. Aguant¨® como pudo un remate de Meri¨¦ndez, otro de Zalazar y se salv¨® de un error de Pinilla, que levant¨® la pelota cuando todos anunciaban el gol. No era una extravagancia que Jaro apareciera como el mejor del equipo. Ten¨ªa m¨¢s trabajo que nadie y lo resolv¨ªa perfectamente. Pero era un mal s¨ªntoma que el portero estuviera de figura. A la hinchada le gustan los porteros para resolver casos extremos, no en plan acaparador. Y as¨ª andaba Pedro Jaro, de poste a poste durante toda la primera parte.
La nota corr¨ªa a cargo de Zalazar. El futbolista uruguayo negoci¨® el poco f¨²tbol de la noche y desarm¨® a los te¨®ricos del metrochenta. Este Zalazar es un insulto a la proporci¨®n, pero dio un repaso a Hierro, el futbolista exuberante, largo, de m¨²sculo prieto, muy aparente. Al fondo de la comparaci¨®n aparece uno de los problemas capitales del Madrid: su primer pasador no sabe pasar, o no dispone de criterio con la pelota. Hierro pega muy duro al bal¨®n, lo transporta con mucho poder¨ªo y golea con regularidad. Es un futbolista de mucho provecho, aunque no dirige, corta poco. y se pierde cuando el partido est¨¢ crudo. Milla le acompa?¨® con su aseo habitual, pero no cuenta con el calor de los hinchas y no tiene el rango del gran futbolista. Al Real Madrid le falta en ese punto un jugador que tenga carisma y clase.
Contra las defensas muy organizadas, la ausencia de un regidor multiplica los obst¨¢culos del Madrid. Se atasca y se queda en manos de sus rivales. Mientras Zalazar tocaba y sal¨ªa, buscaba el pasecito o el tiro largo, siempre con limpieza y eficacia, el Madrid ten¨ªa que echarse hac¨ªa un juego m¨¢s voluntarista que otra cosa. Sin embargo, encontr¨® su oportunidad y la exprimi¨® al m¨¢ximo. Cuando el partido se iba hacia un choque sordo y nervioso, el Albacete perdi¨® reflejos y permiti¨® dos estiradas de Hierro y Milla, los dos criticados precisamente. Uno encontr¨® a Luis Enrique y el gol de Alfonso; otro busc¨® el penalti. Todo en un minuto.
El partido se hab¨ªa vencido del lado madridista. Quedaba por saber si habr¨ªa alg¨²n apunte m¨¢s, una nota que diera un poco de brillo a un encuentro fastidioso. No hubo nada. Apenas dos intervenciones de Toril en el pico izquierdo del ¨¢rea. Luego, nada. A esas horas, Zalazar ya no estaba para trotes y menos el Albacete. El Real Madrid estaba rutinario, satisfecho con el trasteo y con la victoria. La asignatura del juego qued¨® para la pr¨®xima convocatoria.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.