Aventura extrema
Como una necesaria addenda a la exposici¨®n antol¨®gica de 1989 que resum¨ªa la trayectoria art¨ªstica de Jos¨¦ Luis Zumeta (Usurbil, 1939) entre 1961 hasta ese momento, las dos exposiciones que ahora presentan paralelamente el Museo de San Telmo y la galer¨ªa Altxerri nos muestran el resultado del febril proceso creativo vivido por el artista en estos ¨²ltimos tres a?os.A la luz de la treintena de grandes obras que componen la muestra, aunque parezca extra?o al hablar de un pintor con las virtuosas dotes de colorista de Zumeta, podemos constatar el reencuentro del pintor con la pintura. Aquello que, con el estr¨¦pito de su huida de la abstracci¨®n, que domin¨® su obra hasta 1979, hab¨ªa dejado de lado, para comprometerse radicalmente con la realidad durante el largo e intenso periodo figurativo, que, ha durado hasta ahora.
Jos¨¦ Luis Zumeta
Pinturas, 1990-1992Museo de San Telmo, plaza de Ignacio Zuloaga, s/n, San Sebasti¨¢n. Del 27 de septiembre al 1 de noviembre. Galer¨ªa Altxerri, Boulevar, 5, San Sebasti¨¢n. A partir del 2 de octubre.
Rebeld¨ªa
Empe?ado en una batalla contra el estilo, o, lo que es lo mismo, no dej¨¢ndose atrapar por las redes de una prematura madurez creativa que por edad le podr¨ªa corresponder, la rebeld¨ªa con la que ha actuado Zumeta a lo largo de todos estos a?os le ha llevado a enfrentarse con los muchos peligros que contrae toda aventura extrema, llevada al l¨ªmite, y que ¨¦l ha sabido sortear con la agon¨ªstica vitalid¨¢d que ha caracterizado siempre a su trabajo.Tras estos a?os de b¨²squedas inciertas buceando entre las im¨¢genes de su experiencia de las cosas; Zumeta ha logrado reencontrarse con el hedonista ejercicio de pintar, sin tener, por ello, que dejar de hablar de la realidad. Para esto se ha sometido a un disciplinado m¨¦todo de trabajo, forzando un ritmo intenso en cada sesi¨®n, concentr¨¢ndose de lleno, de principio a fin, con cada una de sus obras.
A diferencia de la serie de cartones que realiz¨® entre 1984 y 1986, los cuadros actuales se someten estrictamente al marco. Encerrados en s¨ª mismos, van acumulando toda la tensi¨®n creativa del momento de ejecuci¨®n, que termina por explotar ante el espectador en un luminoso alarde de formas y de color.
A pesar de la poderosa individualidad que ha sabido imprimir a cada una de sus ¨²ltimas obras, que cubren, como si de un gran tapiz se tratara, las paredes de los tres ¨¢mbitos en los que se han instalado, no restan efecto a la visi¨®n de conjunto de lo ahora expuesto.
?stas provocan la misma sensaci¨®n que sentimos al adentrarnos en un frondoso bosque, donde las formas, entre luces y sombras, se confunden con los susurros misteriosos de los seres que lo habitan, cuya diversa naturaleza no consigue ocultar una rotunda unidad.
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