Enfebrecida lucha en Brasil para captar los votos que decidan la suerte de Collor
Rivales y defensores del presidente de Brasil, Fernando Collor de Mello, de 43 a?os, llevaron adelante una lucha encarnizada y entre bastidores a lo largo de todo el fin de semana en Brasilia, para, conseguir los votos de diputados indecisos y preparar, con toda clase de argucias, la votaci¨®n en la C¨¢mara de Diputados, que ma?ana debe decidir la suerte del primer mandatario.
La oposici¨®n a Collor asegura que tiene ya asegurados 361 votos de diputados (25 m¨¢s de los necesarios) para el proceso de destituci¨®n del presidente. Si la oposici¨®n logra una mayor¨ªa de dos tercios de la C¨¢mara, establecida en los 336 diputados, a favor del proceso de destituci¨®n, la decisi¨®n pasar¨ªa al Senado, donde deber¨ªa quedar aprobada en un plazo m¨¢ximo de 180 d¨ªas. Si pierde en la C¨¢mara, el presidente Collor quedar¨¢ inmediatamente suspendido de su cargo, y el vicepresidente, Itamar Franco, asumir¨¢ provisionalmente la presidencia.Franco, de 61 a?os, guarda silencio. Lleg¨® el s¨¢bado a Brasilia, procedende de su ciudad, Juiz da Fora, en el Estado de Minas Gerais, recibi¨® aplausos en el aeropuerto y de all¨ª se retir¨® a su casa sin hacer declaraciones. Los defensores de Collor argumentan que la llegada a la presidencia de este oscuro pol¨ªtico significar¨¢ el fin del programa de modernizaci¨®n de Brasil y una vuelta hacia posiciones nacionalistas en la econom¨ªa.
Los defensores de Collor, llamados fuerza de choque y escuadr¨®n de la muerte, tambi¨¦n afirman que tienen votos de sobra para rechazar la destituci¨®n o impedir con su ausencia, por falta de qu¨®rum, la votaci¨®n, prevista para ma?ana. Brasilia registr¨®, cosa ins¨®lita un fin de semana, una actividad febril en las casas de los l¨ªderes a favor de la destituci¨®n de Collor, en la residencia particular del presidente y en las oficinas del palacio presidencial de Planalto.
Se trataba de una actividad nerviosa, con poca gente y mucho tel¨¦fono. Brasilia, una ciudad engendrada por mentes en las que se concentraban el estalinismo y la visi¨®n del Big Brother de Orwell, se vac¨ªa en los barrios del Gobierno durante los fines de semana y se convierte en un desierto de cemento que s¨®lo invita al suicidio. Todos los que pueden huyen hacia lugares menos inh¨®spitos, pero en esta ocasi¨®n los que mueven los hilos se han quedado para engrasar los mecanismos, que deben funcionar a la perfecci¨®n ma?ana en lo que casi todos los, medios llaman ya "la hora de la verdad".
Los opositores se reunieron en la casa de la diputada Roseana Sarney, hija del anterior presidente. La votaci¨®n depende en buena parte de problemas log¨ªsticos. Los opositores han preparado varios aviones, repartidos por la gigantesca geograf¨ªa brasile?a, para asegurar el traslado a Brasilia de los diputados favorables. Con un ordenador, tel¨¦fonos celulares y jefes de grupo se tratar¨¢ de controlar a los diputados favorables a la destituci¨®n de Collor y no dejarlos ni a sol ni a sombra. Los seguir¨¢n por los corredores, cantinas y hasta en los retretes de la C¨¢mara de Diputados, para no perder ni un solo voto.
Diputados vergonzantes
Las fuerzas de choque de Collor actuaron desde el palacio presidencial, adonde llegaban de forma m¨¢s o menos vergonzante diputados durante el fin de semana. La prueba palpable de la impopularidad de Collor la sirvieron varios de los diputados, que se tapaban la cara al entrar a la sede de la presidencia. Algunos coches merodeaban por los alrededores y s¨®lo entraron cuando pudieron hacerlo por los garajes subterr¨¢neos.El presidente permaneci¨® en su residencia Casa da Dinda, donde no recibi¨® visitas, pero mantuvo contactos telef¨®nicos en lo que parece un intento desesperado por convencer a los ¨²ltimos indecisos. Desde el poder parece que llueven ofertas para los diputados de cargos p¨²blicos, beneficios para los distritos y se habla incluso de sobornos y de indecisos que subastan su voto al mejor postor.
El Gobierno presentar¨¢ su dimisi¨®n a Collor, sea cual sea el resultado de la votaci¨®n, para permitirle, si gana, rehacer su Gabinete. Todos coinciden en que, gane o pierda Collor, Brasil no ser¨¢ el mismo pa¨ªs a partir de la votaci¨®n.
Circula un sinfin de sospechas sobre la compra de votos por parte del Gobierno. Por eso a la fuerza de choque de Collor la llaman tambi¨¦n fuerza de cheque. El dirigente socialdem¨®crata en el Senado Fernando Henrique Cardoso dijo que la oposici¨®n traba ja a la luz del d¨ªa, y el presidente de la noche. M¨¢s dr¨¢stico estuvo el, gobernador de Paran¨¢, Roberto Requi¨¢o, del Partido del Movimiento Democr¨¢tico Brasile?o (PMDB), quien declar¨® que dentro de 48 horas el presidente Collor "ya no nos incomodar¨¢".
Requi¨¢o cree que el voto abierto influir¨¢ en la votaci¨®n "sin sombra de duda, pero habr¨¢ sinverg¨¹enzas que van a vender su voto".
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