Angola acude a las urnas con esperanzas de paz y tiroteos entre rivales
"?Nuestro gallo vuela!, ?nuestro gallo vuela!", grita a la multitud, desde su tribuna, Jonas Savimbi, el l¨ªder de la UNITA, el movimiento guerrillero angole?o que nunca acept¨® que el NPLA, el Movimiento Popular para la Liberaci¨®n de Angola, acaparase el poder tras la salida de los colonizadores portugueses, hace 16 a?os. UNITA constituye el principal rival del partido gubernamental en las elecciones que hoy y ma?ana resolver¨¢n en las urnas la guerra civil. El desenlace est¨¢ a un paso, pero las nubes siguen planeando sobre este proceso de paz bajo control de la ONU, especialmente en Luanda, donde todos los d¨ªas se registra un tiroteo entre militantes de los dos partidos.
Mientras ruge el lema de guerra de su movimiento, en el ¨²ltimo mitin de la campa?a electoral de su partido en Luanda el s¨¢bado, Savimbi agita sus brazos recreando el aleteo del vol¨¢til. Sus gestos son como una batuta para la gente que responde con un s¨®lo y exaltado rugido: "?Vuela!, ?vuela!". Entre los asistentes al mitin, un hombre alza entre sus brazos un gallo negro todav¨ªa vivo, aunque evidentemente aturdido por el calor asfixiante del mediod¨ªa africano, la polvareda que hiere los ojos y el continuo manoseo al que es sometido por los inflamados militantes que quieren sobar y besar el s¨ªmbolo viviente.
"El gallo negro es nuestra bandera, nuestro talism¨¢n", asegura un militante al se?alar la ominipresencia en las banderas de la UNITA, panfletos y pegatinas de la efigie de un gallo negro. Mientras, Savimbi ha pasado a incitar a sus oyentes con unos aullidos casi guturales cuya entonaci¨®n es bien conocida para sus partidarios que lo siguen en coro como si se tratase del estribillo de una canci¨®n de moda. Savimbi promete un futuro mejor en el que, asegura, entre las pesadillas a eliminar, figura la guardia antidisturbios entrenada por Espa?a a la que habitualmente llama ninjas.
T¨¦cnicos de la Guardia Civil
La campa?a electoral de Savimbi, aseguran fuentes espa?olas, ha exagerado el n¨²mero de integrantes de esta unidad de 1.800 hombres preparados por t¨¦cnicos de la Guardia Civil espa?ola y los han convertido en un sin¨®nimo de terror.
"Dicen que queremos la guerra, pero ?qui¨¦n derrot¨® a los sovi¨¦ticos y cubanos? ?qui¨¦n acept¨® negociar la paz?", contin¨²a el l¨ªder de la UNITA. La multitud responde un¨¢nime: "Savimbi!".
Mientras los partidarios de la UNITA reverencian el gallo negro, los responsables del MPLA acusan a Savimbi de estimular pr¨¢cticas fetichistas ancestrales que no se adec¨²an a las tareas de reconstrucci¨®n que deber¨¢ acometer el nuevo Gobierno elegido por las urnas en un pa¨ªs arrasado por una guerra que enlaz¨® la lucha anticolonial de los a?os sesenta con el conflicto civil.
El MPLA, que en su propaganda televisiva prefiere la imagen m¨¢s universal de las palomas lanzadas al aire, tambi¨¦n critica los ramalazos de "autenticidad africana" que recuerdan la escuela del dictador zaire?o, Mobutu Sese Seko -uno de los m¨¢s firmes aliados del l¨ªder de la UNITA-. El propio presidente Dos Santos tuvo que desmentir p¨²blicamente las advertencias intimidatorias lanzadas por la UNITA a la poblaci¨®n de que los hechiceros estar¨ªan vigilando las mesas electorales y sabr¨ªan a trav¨¦s de sus facultades adivinatorias a qu¨¦ partido vot¨® cada angole?o.
Con una campa?a dirigida especialmente a la poblaci¨®n urbana, que a causa de la guerra suma la mitad de los 11 millones de habitantes de Angola, el MPLA ha seguido las directrices de un eficiente equipo de profesionales de imagen brasile?os.
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