El mal fario de la vicepresidencia
En v¨ªsperas de la votaci¨®n sobre la destituci¨®n del presidente Fernando Collor de Mello, muchas voces en Brasil expresaron su desconfianza hacia el vicepresidente, Itamar Franco. La reciente historia brasile?a refuerza estos temores, porque las experiencias con vicepresidentes que llegaron a la presidencia resultaron negativas.
La abrumadora derrota de Collor en la C¨¢mara de Diputados, obligar¨¢ al vicepresidente de Brasil, Franco, a desempe?ar provisionalmente la presidencia hasta la decisi¨®n del Senado que tendr¨¢ 180 d¨ªas para destituir definitivamente al presidente o reponerlo en el cargo.
El 25 de agosto de 1961, sin motivo aparente y sin haber cumplido siquiera siete meses de mandato, el presidente Janio Quadros dimiti¨® de la presidencia de Brasil. Quadros fue un demagogo que, como Collor, hab¨ªa llegado a la presidencia con la escoba como s¨ªmbolo de que pensaba barrer la corrupci¨®n. La dimisi¨®n de Quadros desencaden¨® un proceso que acab¨® con la ¨²ltima dictadura militar en Brasil, que dur¨® m¨¢s de dos d¨¦cadas.
Cuando Quadros dimiti¨®, el vicepresidente Jo¨¢o Goulart, a quien correspond¨ªa la sucesi¨®n, se encontraba en China. Los militares se opon¨ªan a la subida del populista de izquierda Goulart a la presidencia, pero con el apoyo de su cu?ado, el entonces gobernador de R¨ªo Grande do Sul, Leonel Brizola, asumi¨® la presidencia, el 7 de septiembre de 1961, dos semanas despu¨¦s de la dimisi¨®n de Quadros. El 1 de abril de 1964 un golpe militar derrib¨® a Goulart.
Primer presidente civil
Despu¨¦s de la retirada de los generales, m¨¢s de dos d¨¦cadas despu¨¦s, un colegio electoral eligi¨® el 15 de enero de 1985 a Tancredo Neves como primer presidente civil de Brasil. Neves cay¨® fulminado dos meses despu¨¦s en la v¨ªspera de su toma de posesi¨®n, el 15 de marzo. El vicepresidente, Jos¨¦ Sarney, qued¨® as¨ª instalado en la presidencia de Brasil.
Durante el nuevo Gobierno circularon tres monedas diferentes: el cruceiro, el cruzado y el nuevo cruzado. Cuando abandon¨® el poder, Brasil estaba sumido en una hiperinflaci¨®n anual del 2.750%, ten¨ªa un d¨¦ficil fiscal del 6,5% del producto interior bruto, los pagos de la deuda externa suspendidos y un Gobierno sobre el que llov¨ªan las acusaciones de corrupci¨®n.
El desencanto del pueblo con la presidencia de Sarney dej¨® abiertas las puertas para que Collor, con sus promesas de modernizaci¨®n y lucha contra la corrupci¨®n, conquistase la confianza de 35 millones de brasile?os, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciles de 1989. El resultado del primer presidente elegido de forma directa est¨¢ a la vista.
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