40 jornadas sin mancha
El Milan no conoce la derrota en la Liga desde el 19 de mayo de 1991
La noticia escueta es que el Milan de Silvio Berlusconi entra en los anales del calcio por el hecho puramente estad¨ªstico de haber permanecido invicto durante 40 partidos consecutivos de Liga. Lo m¨¢s llamativo, sin embargo; es que no se trata de un equipo que especule con las cifras, m¨¢s bien todo lo contrario, porque provoca la multiplicaci¨®n de goles. Este Milan no es noticia por haber sabido evitar la derrota, sino por buscar la victoria y hacer vibrar al p¨²blico con un f¨²tbol extraordinario que en algunas fases de su juego parece simplemente imparable.
La plusmarca que igual¨® el Milan del t¨¦cnico Fabio Capello con el 5-3 en San Siro frente al Lazio fue establecida por el Florentina con una racha de 40 partidos invictos entre el 24 de abril de 1955 y el 3 de junio de 1956. No perdi¨® en los ¨²ltimos siete encuentros de la campana 1954-1955, y en la siguiente no perdi¨® hasta la ¨²ltima jornada, cuando, con el t¨ªtulo en el bolsillo, sucumbi¨® por 3-1 contra el G¨¦nova.Aquel Fiorentina puede presumir de igualar la estad¨ªstica de este Milan que aparece 36 a?os despu¨¦s. El resumen arroja 27 victorias y 13 empates desde que el Milan de Arrigo Sacchi cay¨® por 2-1 en el campo del Bari el pasado 19 de mayo de 1991. Pero si estamos condenados a estudios estad¨ªsticos, la cifra reveladora es que el Fiorentina sum¨® 65 goles durante su racha triunfal. El Milan ha marcado 93. Es decir, un 43% m¨¢s. Mientras los partidos del Florentina produjeron 88 goles, los del Milan han producido 124. Las cinco victorias con las que ha iniciado la temporada han brindado al p¨²blico 29 goles.
Si ahora el Milan puede marcar ¨¦poca, se debe a un c¨²mulo de circunstancias extraordinarias, empezando con los 6.000 millones de pesetas invertidos por el presidente Berlusconi en b¨²squeda de un ideal que se encuentra lejos del alcance del prototipo del club de f¨²tbol normal.
Hac¨ªa tiempo que Berlusconi pregonaba la necesidad de formar no s¨®lo un equipo de ensue?o, sino dos. Se encontr¨® al principio con la resistencia del entrenador Arrigo Sacchi que preve¨ªa problemas y traumas humanos en el manejo c¨ªclico de dos barajas de ases, los conocidos por entonces Milan A y Milan B.
Con Capello en el banquillo, las indicaciones de Berlusconi encontraron mejor acomodo. Capello esperaba compaginar la gloria continental con el ¨¦xito dom¨¦stico -una cosa que Sacchi jam¨¢s consigui¨®, puesto que gan¨® m¨¢s Copas de Europa que Ligas- y por ello admiti¨® a Papin, Boban y Savicevic para permutar con el consagrado tr¨ªo holand¨¦s de Gullit, Rijkaard y Van Basten y a los italianos, Lentini, Eranjo y De Napoli.
La filosof¨ªa de Capello
Hasta aqu¨ª, lo que ha hecho el presidente. Lo llamativo es lo que- ha hecho despu¨¦s el entrenador. Capello ha decidido que no tiene sentido contar con la mejor materia prima y no hacer valer su calidad sin disimulo. El resultado es un equipo inaudito en los ¨²ltimos tiempos del f¨²tbol italiano. Que juega, que deja jugar y que pone en pr¨¢ctica la filosof¨ªa que parec¨ªa obsoleta, la de "te dejamos marcar tres pero metemos cuatro".
En los cinco partidos de Liga y el 3-0 frente al Cagliari en los octavos de final de la Copa, Capello ha alineado a una veintena de sus joyas. Las presencias de figuras como Papin, Savicevic, Evani, Massaro y Simone han sido dosificadas. Gullit, tras quejarse de tres domingos en blanco, ha sido puesto en marcha y ha marcado tres goles en sus dos apariciones. Lo importante, sin embargo, es la tremenda y arrolladora vocaci¨®n ofensiva de un conjunto volcado hacia la porter¨ªa contraria y que invita al tuteo. Ha desesperado a sus rivales. El Pescara le marc¨® cuatro goles y perdi¨®. El Fiorentina le meti¨® tres y sali¨® goleado de su propio campo. El Lazio marc¨® tres goles en campo contrario y viaj¨® el rebufo goleador del super Milan.
Que supere en Parma el pr¨®ximo domingo la plusmarca del Fiorentina d¨¦ hace siete lustros ser¨ªa un dato agradable, pero anecd¨®tico. Lo extraordinario de este Milan es la calidad del espect¨¢culo que es capaz de ofrecer al p¨²blico.
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