Tres titulares
Desde la perspectiva que uno tiene de la vida sociopol¨ªtica espa?ola desde varios miles de kil¨®metros de distancia, no dejan de ser sorprendentes tres titulares aparecidos en la primera semana de octubre en su peri¨®dico, en los que subyace un hilo conductor com¨²n que bien puede definir a la sociedad espa?ola actual. Me refiero a ellos por orden de aparici¨®n.Primero. Que Guerra disponga de una encuesta privada sobre el apoyo electoral a su partido es algo que toda formaci¨®n pol¨ªtica relevante debe procurar tener. Que en beneficio de la informaci¨®n general esa encuesta sea inmediatamente publicada y aireada por los medios de comunicaci¨®n dice mucho de la profesionalidad de ¨¦stos. Pero ?cu¨¢l era el verdadero inter¨¦s de Guerra?: ?hacer la encuesta para uso exclusivo del partido?, ?que su resultado se convirtiera en un bumer¨¢n pol¨ªtico contra ciertos sectores de su partido, desacredit¨¢ndoles mediante la raz¨®n de los cuestionarios sobre la marcha de la confianza de los ciudadanos?
Segundo. Que los profesores de ense?anzas medidas deseen una promoci¨®n en su trabajo, caracterizado, entre otras cosas, por la falta de est¨ªmulos profesionales y materiales, es absolu-
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tamente l¨ªcito. Que el Ministerio de Educaci¨®n establezca un tipo de concurso para atender parcialmente dicho deseo parece razonable. Pero ?qu¨¦ significado social tiene, por encima del meramente reivindicativo o instrumental, que un 25% de ellos presente la misma memoria?: ?menosprecio a lo establecido por el ministerio?, ?incapacidad personal para redactar la memoria? Lo que queda es que un cuarto de los profesores se copian para obtener ventajas.
Tercero. Que el Real Madrid quiera ganar la Liga es un deseo normal en cualquier club de f¨²tbol. Que los jugadores profesionales que son se muevan por intereses cremat¨ªsticos resulta normal. Pero ?c¨®mo entender las descalificaciones y los comentarios hirientes vertidos contra Mart¨ªn V¨¢zquez y Mendoza hace dos a?os con el presente abrazo de Vergara?; ?qu¨¦ responsabilidad econ¨®mica tiene el presidente merengue en este asunto y qui¨¦n va a pedirle cuentas alguna vez?; ?qui¨¦n puede confiar en la palabra de alguno de los dos? Irresponsabilidad e imposibilidad de confianza es el hilo conductor.-
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