"Los varones apenas dejan rastro en sus basuras"
Desde el momento en que se le ve vestir un chubasquero con la palabra basur¨®logo escrita en la espalda, cualquiera puede pensar que es un tipo poco convencional. Desde luego, sus conclusiones son rompedoras. William Rathje ha venido recientemente a contarlas a Santander, invitado por la Fundaci¨®n Espa?ola de los Pl¨¢sticos para la Protecci¨®n del Medio Ambiente.Primera conclusi¨®n: "A los beb¨¦s se les detecta bien por los pa?ales desechables que hay en un vertedero. A los ni?os, por el material escolar. A las mujeres, por los cosm¨¦ticos y productos de higiene femeninos. Pero los hombres adultos apenas dejan rastro en sus basuras. Pasan inadvertidos".
Segunda: "El nivel de ingresos es muy f¨¢cil de analizar en un vertedero. Hay elementos muy claros. Los residuos t¨®xicos de automoci¨®n, como aceites usados, abundan en las clases bajas. Los productos de bricolaje -barnices, pinturas-, en las clases medias. Y los restos de jardiner¨ªa -pesticidas, insecticidas-, en las clases altas".
Tercera: "Los grupos ¨¦tnicos, en las comunidades hispanas, se determinan f¨¢cilmente por los restos de comidas, ya que tienen una cocina muy variada, pero con unos pocos ingredientes b¨¢sicos. Las casas anglosajonas despilfarran m¨¢s".
Secretos sociales
En estos 20 a?os al frente del Proyecto Basura de la Universidad de Arizona, ha analizado diez vertederos en Estados Unidos -incluido el gigantesco Fresh Kills, de Nueva York, con unos mil millones de metros c¨²bicos- y cuatro en Toronto (Canad¨¢). Estos ¨²ltimos, cuyo estudio fue encargado por el Gobierno canadiense para comprobar la eficacia del plan de reciclado que hab¨ªa puesto en marcha, son los que m¨¢s satisfacciones le han dado. Y es que las basuras guardan muchos secretos. "No creo", dice Rathje, "que la gente intente ocultar conscientemente cosas; lo que sucede es que desconocen el contenido real de sus vidas. Por ejemplo, sociedades que beben m¨¢s alcohol o comen m¨¢s grasas de lo que dicen"."La gente", sigue Rathje, "hace deducciones y saca porcentajes sin pruebas emp¨ªricas. Concluyen lo que hay en los basureros a partir de lo que se produce. Y nada m¨¢s falso. Por ejemplo, antes de mis trabajos, se dec¨ªa que un 30% de las basuras eran pl¨¢sticos. No es verdad. Hay s¨®lo un 15%. ?C¨®mo puede ser esto si casa vez hay m¨¢s objetos de pl¨¢stico? Porque este material cada vez es m¨¢s ligero, y delgado. El gran problema ahora es el papel, que ocupa el 50% de la masa de un vertedero". William Rathje, cuyo desinhibido car¨¢cter le lleva a quitarse el diente postizo ante los comensales de una cena y posarlo junto a su plato, confiesa que nadie en el mundo sigue sus pasos porque, a pesar de que pol¨ªticos, cient¨ªficos y empresarios est¨¢n interesados en conocer la aut¨¦ntica composici¨®n de las basuras, "nadie quiere hacer el trabajo sucio".
Un filete de 1973
Para sus investigaciones utiliza una m¨¢quina similar a una perforadora de petr¨®leo. El aparato extrae muestras con un cilindro de un metro de di¨¢metro que va mordiendo el vertedero hasta 30 metros de profundidad. De su maloliente chistera, el arque¨®logo de la basura extrae sus objetos favoritos. Son cosas que se suponen biodegradables y de r¨¢pida descomposici¨®n y que, sin embargo, se han mantenido a lo largo de los a?os: perritos calientes con dos d¨¦cadas; una lechuga que ha aguantado diez a?os en mejores condiciones que otra metida una semana en el frigor¨ªfico; un filete entero de 1973 encontrado fresqu¨ªsimo en 1988; una mazorca de ma¨ªz que ha resistido los lustros con todos sus granos; y un ejemplar de 1952 del Temple Daily News (un diario de Arizona), encontrado perfecto 30 a?os despu¨¦s. Ah¨ª est¨¢ la clave para datar los residuos: siempre hay alg¨²n peri¨®dico con la fecha visible.Los proyectos de Rathje son estudiar vertederos en Europa y Jap¨®n. Sus grandes ilusiones: el basurero de la ciudad de M¨¦xico -"podemos llegar hasta los restos aztecas"- y un terreno cerca de Londres donde se han tirado desperdicios desde el a?o 1200.
?Tiene alguna idea de las diferencias que hallar¨¢ en los vertederos europeos respecto a los norteamericanos? Contesta con un extraordinario sentido del humor: "Creo que encontrar¨¦ menos papel, porque en Europa los peri¨®dicos son m¨¢s delgados que en Estados Unidos. No es que den menos noticias, sino que hay muchos menos anuncios".
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