Se?ales a ninguna parte

?Se pueden recorrer 11 kil¨®metros hacia atr¨¢s avanzando 500 metros en coche por una carretera? Parece un imposible metaf¨ªsico, algo as¨ª como la paradoja de Aquiles y la tortuga, pero le pasa a cualquier conductor que tome la N-525 en Santiago de Compostela con direcci¨®n a Orense. No es que le ocurra realmente, pero as¨ª se lo hacen creer los indicadores kilom¨¦tricos. A la salida de Santiago se encontrar¨¢ una se?al que le anuncia un trayecto de 99 kil¨®metros, y unos 500 metros m¨¢s adelante contemplar¨¢ perplejo c¨®mo la distancia ha aumentado m¨¢gicamente a 110.No es ¨¦sa la ¨²nica contradicci¨®n entre los indicadores colocados en la N-525 por el Ministerio de Obras P¨²blicas y Transportes (MOPT). Por si no fuera ya bastante complicado descifrar los n¨²meros entre trozos de hierro corro¨ªdo por el ¨®xido y pintadas superpuestas de los activistas en favor de la toponimia aut¨®ctona -corrigen las se?ales con spray para escribir Ourense, la forma correcta en gallego-, conforme avanza la carretera el desbarajuste de distancias se va tornando indescifrable.

Si en 500 metros el trayecto aumenta de 99 a 110 kil¨®metros, seis m¨¢s adelante vuelve a reducirse a 93. Del mismo modo que, seg¨²n el cl¨¢sico, el veloz y liviano Aquiles nunca alcanzar¨ªa a la tortuga, el viaje de Santiago a Orense parece el camino a ninguna parte: tras recorrer otros cuatro kil¨®metros -de acuerdo con las marcas de los propios mojones de la carretera-, la distancia aumenta de nuevo a 94; cinco kil¨®metros m¨¢s adelante se reduce a 84; dos kil¨®metros despu¨¦s aumenta a 86. Desde aqu¨ª, avanzar otros dos kil¨®metros m¨¢s supone retroceder a 89 del lugar de destino.

Conclusi¨®n: desde el primer cartel el coche ha avanzado realmente 20 kil¨®metros, aunque s¨®lo 10 seg¨²n las se?ales. De fiarse de ellas habr¨ªa que suponer que, o bien se ha estado haciendo un extra?o movimiento en zig-zag, o una man¨® misteriosa ha decidido desterrar el sistema m¨¦trico decimal.

Muchos gallegos han utilizado esta carretera sin reparar en el disparate, pero algunos que s¨ª prestaron atenci¨®n a los carteles terminaron indignados, como un lector que escribi¨® una carta de protesta a EL PA?S. En la delegaci¨®n del MOPT en La Coru?a tratan de quitarle importancia. "Hay errores, es cierto, pero las cosas deben valorarse en su justa medida. A m¨ª me preocupar¨ªa mucho m¨¢s que faltase, por ejemplo, una se?al de prohibido adelantar", afirma el ingeniero Valero Tello, responsable de se?alizaciones en la oficina provincial de Obras P¨²blicas.

La cabriola de saltar de 99 a 110 kil¨®metros de distancia en s¨®lo 500 metros se explica por la t¨ªpica descoordinaci¨®n administrativa, seg¨²n el ingeniero: "En ese lugar la Empresa de Autopistas del Atl¨¢ntico construy¨® un enlace y coloc¨® equivocadamente el cartel de 'Orense, 110', incoherente con el nuestro". Valero cree que el resto de contradicciones entre los indicadores se fueron acumulando a medida que se realizaban nuevas variantes en la carretera. La delegaci¨®n provincial del MOPT asegura que los errores quedar¨¢n subsanados antes de final de a?o, cuando se renueven las se?alizaciones de todas las carreteras de La Coru?a.

Hasta entonces, los pintorescos carteles de la.N-525 seguir¨¢n invitando al visitante a tomarse en serio el viejo dicho de que nunca se puede adivinar la direcci¨®n que lleva un gallego. Eso s¨ª, deber¨¢n saber que, mientras no se demuestre lo contrario, entre Santiago y Orense hay 99 kil¨®metros de 1.000 metros cada uno.