Un equipo econ¨®mico moderado
Clinton tranquiliza a Wall Street con sus primeros nombramientos
Warren Christopher, el nuevo director de la transici¨®n del presidente electo (hay tambi¨¦n un presidente, Vernon Jordan), afirm¨® que la nueva Administraci¨®n dem¨®crata de EE UU dar¨¢ prioridad a los temas econ¨®micos y anunci¨® que Bill Clinton se concentrar¨¢ en la selecci¨®n de sus principales asesores econ¨®micos y del nuevo secretario del Tesoro. Los tres puestos clave a cubrir son el presidente del Consejo de Asesores Econ¨®micos, el secretario del Tesoro y el director de la Oficina del Presupuesto.
El nombramiento de Warren Christopher ha enviado un mensaje de tranquilidad a Wall Street, ya que es un hombre del establecimiento tradicional. El hecho de que Christopher desempe?e un papel importante en asesorar a Clinton sobre el nombramiento de los miembros del nuevo Gabinete ha incrementado las sospechas de que el puesto de secretario del Tesoro ser¨¢ toda una se?al de la orientaci¨®n moderada de la nueva Administraci¨®n.Los mercados reaccionaron con cautela al triunfo de Clinton, con una baja de Wall Street al d¨ªa siguiente, mi¨¦rcoles, una peque?a subida el jueves y una nueva ca¨ªda el viernes. La gente se pregunta si el presidente electo va a poner en marcha un paquete para estimular la econom¨ªa en 1993 y cu¨¢nto va a suponer de incremento en el d¨¦ficit p¨²blico.
Las encuestas realizadas a la salida de los colegios electorales, han sido muy elocuentes. El 43% dijo que la econom¨ªa hab¨ªa determinado su elecci¨®n de candidato, el 23% que el d¨¦ficit p¨²blico le hab¨ªa influido y el 14% que el tema fiscal era fundamental. En los discursos de aceptaci¨®n de Clinton y su vicepresidente, Albert Gore, la noche del d¨ªa 3, en Little Rock, se asumi¨® el compromiso de lanzar el programa de cambio en 100 d¨ªas.
"No estamos en una situaci¨®n econ¨®mica y financiera t¨ªpica, en la que se puede adoptar un fuerte est¨ªmulo fiscal sin alterar el comportamiento econ¨®mico futuro y afectar a los mercados financieros. Lo que necesitamos es una conducta fiscal moderada, que genere un crecimiento gradual", piensa Henry Kaufman, uno de los hombres que mejor conoce la estructura del sistema financiero de EE UU. "Hay suficiente gente de Wall Street muy cerca de Clinton que le ha explicado qu¨¦ tipo de est¨ªmulo fiscal. se puede adoptar sin causar serios problemas. Bob Rubin, por ejemplo, es la gente a la que me refiero", dice.
Est¨ªmulo fiscal
Un est¨ªmulo fiscal supondr¨ªa incrementar el endeudamiento del Gobierno en 1993 y aumentar el d¨¦ficit p¨²blico en la misma cantidad. "En 12 meses, el mercado estar¨ªa en condiciones de absorber un est¨ªmulo de 25.000 a 35.000 millones de d¨®lares, lo que no ser¨ªa el caso con 50.000 u 80.000 millones de d¨®lares", se?ala Kaufman.
Clinton se ha comprometido a reducir el d¨¦ficit p¨²blico a la mitad (de 290.000 millones de d¨®lares en 1992 deber¨ªa pasar a 145.000 millones a finales de 1996). Sin embargo, este planteamiento no ha ganado todav¨ªa credibilidad en Wall Street. ?Qu¨¦ piensa, por ejemplo, Robert Rubin, copresidente de Goldman Sachs, pr¨®ximo a Clinton y, tal vez, pr¨®ximo secretario del Tesoro? Subraya que, ciertamente, la "gente ha votado por Clinton en funci¨®n del estado de la econom¨ªa, de la p¨¦rdida de puestos de trabajo, pero tambi¨¦n porque ha visto que Bush no se ocupaba de estas cosas". Seg¨²n Rubin, "se trata de combinar el est¨ªmulo fiscal con una reducci¨®n a largo plazo del d¨¦ficit p¨²blico". Pero la confianza es fundamental: "El arte consiste en lograr que la parte que corresponde a la reducci¨®n del d¨¦ficit tenga credibilidad".
"Clinton ha heredado una econom¨ªa en mala situaci¨®n. Su responsabilidad no consiste en hacerla marchar inmediatamente. Tiene cuatro a?os para conseguirlo. Y creo que el presidente electo es sensible, inteligente y posee una gran intuici¨®n pol¨ªtica", opina Kaufman.
Todos los indicios se?alan a que en el primer a?o, el presidente Bill Clinton buscar¨¢ el apoyo de Wall Street, para lo cual prestar¨¢ atenci¨®n al d¨¦ficit, aunque ¨¦ste conozca un incremento inicial.
En este contexto se abocar¨¢ a modificar algunas partidas importantes del gasto, en primer lugar del de defensa, lo que permitir¨¢ hacer una redistribuci¨®n de recursos.
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