Alemania e Italia acaban imponiendo en Granada la construcci¨®n del 'Columbus'
El laboratorio espacial europeo Columbus se empezar¨¢ a construir inmediatamente, pero su futuro estar¨¢ pendiente de una revisi¨®n que tendr¨¢ lugar en febrero de 1995 y que afectar¨¢ a todo el programa tripulado de la Agencia Europea del Espacio (ESA). Francia consigui¨® ayer en el ¨²ltimo d¨ªa de la reuni¨®n de ministros europeos del espacio en Granada introducir esta revisi¨®n, aunque suaviz¨® su contenido respecto al planteamiento que realiz¨® el lunes. El resto del plan de la ESA hasta el a?o 2000, que incluye el cohete A riane 5 y sat¨¦lites de telecomunicaciones, fue aprobado sin problemas.
"Estoy asombrado de lo que escriben ustedes", ri?¨® ayer al centenar largo de periodistas presente en Granada el presidente de la conferencia ministerial de la ESA, el franc¨¦s Hubert Curien. "S¨®lo hablan del Hermes y del Columbus, cuan do lo esencial de esta reuni¨®n es el programa de observaci¨®n de la Tierra, que se va a aprobar con un presupuesto suficiente y que va a afectar a millones de personas". Aunque Curien intentase desviar la atenci¨®n respecto al programa tripulado, esta era la preocupaci¨®n ayer de todas las delegaciones, que tuvieron que trabajar duro para conseguir un compromiso entre Francia y Alemania de forma que el laboratorio espacial Columbus se pueda empezar a construir en 1993.Francia quer¨ªa el lunes que la revisi¨®n del programa espacial tripulado se efectuara entre los a?os 1994 y 1995, y que entonces la continuaci¨®n del Columbus se decidiera por unanimidad de los participantes. Ayer qued¨® fijada la fecha de febrero de 1995 para este rendez-vous y reducida la posibilidad de que un pa¨ªs se excluya en 1995 del Columbus, a no ser que se produzca una verdadera cat¨¢strofe respecto a las previsiones; por ejemplo, que EE UU decida no hacer la estaci¨®n Freedom a la que se acoplar¨¢ en 1999 el laboratorio Columbus.
A cambio de esto Francia logra, seg¨²n fuentes de la ESA, frenar la europeizaci¨®n del Centro Espacial de Kourou en la Guyana francesa, que ha quedado sin fecha fija.
Explotaci¨®n
Alemania admiti¨® la revisi¨®n a cambio de que s¨®lo afecte a los gastos de explotaci¨®n; es decir, a la discusi¨®n de cu¨¢nto debe pagar la ESA cuando el Columbus ya est¨¦ en el espacio, que era lo inicialmente previsto. Se intenta garantizar as¨ª la construcci¨®n del laboratorio, en el que la industria no se implicar¨ªa si el horizonte presupuestario fuera de s¨®lo tres a?os.
Francia, sin embargo, insisti¨® en, que la revisi¨®n ser¨¢ de todo el programa tripulado, que incluye el nuevo Hermes, reducido a estudios hasta esa fecha. Fuentes de la agencia indicaron que esta exigencia se debe a que Francia pretende poder replantear en 1995 la recuperaci¨®n del proyecto Hermes de transbordador espacial, que ha pasado a ser un programa en colaboraci¨®n con Rusia, aunque para ello tenga que poner en peligro el Columbus.
La financiaci¨®n del Columbus ocup¨® igualmente a las delegaciones. Al final, se decidi¨® recortar en otro 5% el presupuesto total, que es de unos 350.000 millones de pesetas hasta el a?o 2000 y repartir lo que falta entre los pa¨ªses que participan; entre ellos est¨¢ Espa?a, que subir¨ªa ligeramente su contribuci¨®n sobre la prevista al comienzo de la conferencia, que se hab¨ªa reducido de un 6% al 3%. Francia ha bajado tambi¨¦n su participaci¨®n, de un 13% a un 10%.
Espa?a, Italia y el Reino Unido aprovecharon la reuni¨®n ministerial para plantear la reforma del actual mecanismo de pagos y cobros de forma que incluya las modificaciones de los tipos de cambio, como las devaluaciones que han sufrido recientemente las monedas de estos pa¨ªses. La decisi¨®n fue aplazada hasta la pr¨®xima reuni¨®n ordinaria del consejo de la ESA en diciembre.
Pesimismo
La industria espacial europea en pleno ha estado presente en Granada, tratando de influir en los ministros para que se salve todo lo posible de los grandes programas sin los cuales muchas empresas no sobrevivir¨¢n. El clima era de pesimismo frente a una situaci¨®n de crisis econ¨®mica y cambios radicales internacionales que han replanteado totalmente las prioridades espaciales.
Adem¨¢s del programa a largo plazo, se aprobaron dos resoluciones sobre cooperaci¨®n internacional y con Rusia. La primera recomienda la cooperaci¨®n con la CEI, para evitar duplicaci¨®n de esfuerzos, aunque Curien se?al¨®: "La ESA debe permanecer como organizaci¨®n independiente". La segunda, que costar¨¢ a Europa 14.000 millones de pesetas hasta 1995, se centra en la definici¨®n del nuevo Hermes y la participaci¨®n en misiones en la estaci¨®n orbital ex-sovi¨¦tica Mir.
Los pa¨ªses que integran la ESA como miembros de pleno derecho son 13: Alemania, Austria, B¨¦lgica, Dinamarca, Espa?a, Francia, Irlanda, Italia, Holanda, Noruega, Reino Unido, Suecia y Suiza. Finlandia y Canad¨¢ tienen acuerdos especiales.
Guerra y paz
Enfrentada a la crisis m¨¢s grave de su historia, la Agencia Europea del Espacio (ESA) es objeto de deseo y de odio. Fue fundada en 1973 para trabajar en proyectos con exclusivo car¨¢cter pac¨ªfico y tiene prohibido entrar en temas militares. Lo que hasta ahora se consideraba una ventaja porque permit¨ªa una cooperaci¨®n entre los pa¨ªses miembros exenta de suspicacias comienza a ser cuestionado por casi todos, por la desaparici¨®n de los bloques militares y por la crisis econ¨®mica.La CE desea hacerse cargo de los temas espaciales para poderlos coordinar con su pol¨ªtica, especialmente en el aprovechamiento de los datos procedentes de sat¨¦lites de observaci¨®n de la Tierra. ?ste es el objetivo principal de la resoluci¨®n aprobada en Granada sobre cooperaci¨®n con la CE. Pero la ESA es dif¨ªcilmente reciclable porque algunos de sus miembros no lo son de la CE y hay pa¨ªses de la CE que no son miembros. La actual debilidad de Bruselas hace m¨¢s dif¨ªcil que se tomen medidas inmediatas.
La industria desear¨ªa participar bajo el paraguas de la ESA all¨ª donde haya mercado, sea civil o militar. El fortalecimiento de la Uni¨®n Europea Occidental (UEO) plantea adem¨¢s la necesidad de que Europa cuente con medios espaciales propios para defensa. El tema m¨¢s urgente son los sat¨¦lites para vigilancia y detecci¨®n, cuya importancia se demostr¨® durante la guerra del Golfo. El primer paso de este programa es el centro de entrenamiento para la utilizaci¨®n de sat¨¦lites que la UEO construye en Torrej¨®n de Ardoz (Madrid). La ESA est¨¢ plante¨¢ndose entrar en el dise?o de estos sat¨¦lites, que luego ser¨ªan fabricados fuera de su ¨¢mbito, como sucede actualmente con el cohete Ariane, pero no est¨¢ claro que los pa¨ªses miembros acepten esta interpretaci¨®n liberal de la carta fundacional.
La soluci¨®n a estas tensiones es incierta, pero muchos piensan que tarde o temprano la ESA ser¨¢ dinamitada desde dentro y desde fuera para dar lugar a otro organismo, probablemente integrado en la CE, que satisfaga a las principales potencias espaciales europeas, y que la crisis actual es el primer paso en esa direcci¨®n.
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