Los grandes partidos bloquean un cambio radical del sistema pol¨ªtico italiano
La Democracia Cristiana (DC), el Partido Socialista Italiano (PSI) Y el Partido Democr¨¢tico de la Izquierda (PDS), ex comunista, las tres formaciones que mejor representan la pol¨ªtica de consenso sin opos¨ªpi¨®n, caracter¨ªstica de la Italia de la posguerra, hoy en abierta crisis, han confluido en el Parlamento para rechazar tanto la evoluci¨®n hacia el presidencialismo como la elecci¨®n directa del presidente del Gobierno y la introducci¨®n del sistema electoral mayoritario.
Esta actitud excluye, en la pr¨¢ctica, una reforma radical del sistema. Las decisiones, adoptadas por votaci¨®n en el seno de una comisi¨®n que agrupa a la C¨¢mara de Diputados y al Senado para acelerar el debate sobre la reforma de las instituciones, tienden a configurar un n¨²cleo de resistenc¨ªa al cambio, que se define, por exclusi¨®n, frente a los reformistas m¨¢s declarados.Entre estos se hallan el l¨ªder de la Liga Norte, Umberto Bossi, que habla de "destruir" el sistema para alumbrar un nuevo Estado federal, rechazado tambi¨¦n por la comisi¨®n bicameral; el disidente democristiano Mario Segni, que amenaza con introducir mediante un refer¨¦ndum la ley electoral mayoritaria que el Parlamento no quiere, y el republicano Giorgio La Malfa, dispuesto acompartir incluso con Bossi la pol¨ªtica de oposici¨®n frontal que su partido descubri¨® hace poco m¨¢s de un a?o.Pero el acuerdo tripartito en torno al n¨²cleo duro es todav¨ªa ambiguo, en primer lugar, porque los grandes partidos no han logrado un consenso sobre cu¨¢les son los poderes efectivos de la comisi¨®n bicameral ni sobre la tramitaci¨®n precisa que seguir¨¢ una reforma legal que deber¨ªa implicar modificaciones constitucionales.El otro gran fundamento de la criticada "partitocracia" es la desmesurada extensi¨®n del sector p¨²blico, fuente del poder social de los partidos pol¨ªticos, que el Gobierno de Gluliano Amato trata de recortar con un plan de privatizaciones llamado a encontrar enormes resistencias en el Parlamento.La ambig¨¹edad y las dudas del l¨ªder del PDS, que hace s¨®lo una semana promov¨ªa el sistema mayoritario franc¨¦s a doble vuelta junto al disidente socialista Claudio Martelli, como eje de un segundo frente reformista ahora incierto, se corresponden con las propias dudas de la opini¨®n p¨²blica italiana. De ah¨ª la importancia que adquieren las elecciones municipales del 13 de diciembre, en las que participar¨¢n cerca de un mill¨®n de italianos.Conexiones mafiosasLa acusaci¨®n que la magistratura de Reggio Calabria acaba de lanzar contra tres ex diputados democristianos y uno socialista, como presuntos instigadores del asesinato mafloso de un ex presidente democristiano de los ferrocarriles italianos, se?ala un hito sin precedentes en la conexi¨®n entre Mafia y pol¨ªtica que pesar¨¢ sobre los resultados de los partidos tradicionales, tanto en el sur como en el norte.Otro suceso sangriento registrado ayer en Palermo vino a acentuar la tensi¨®n en torno a estos hechos: Domenico Signorino, de 48 a?os, uno de los fiscales del gran proceso contra la Mafia de 1984, se dispar¨® un tiro en la cabeza, tras haberse publicado la noticia de que un arrepentido le acusa de ser amigo de mafiosos.
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