La funci¨®n p¨²blica

La reciente jornada de huelga convocada en las administraciones p¨²blicas puede ser, entre otras muchas cosas, un buen motivo para reflexionar sobre: la funci¨®n p¨²blica y la imagen que la sociedad tiene de la misma o que los medios de comunicaci¨®n transmiten (a veces se confunde).No al estigma de carga para la sociedad en vez de considerarnos profesionales de los servicios p¨²blicos. No al prejuicio de ineficacia, al descr¨¦dito, a la mala imagen. No al silencio empobrecedor de quien nada puede sugerir, proponer, reivindicar, porque agradecido debe estar con lo que tiene. Culpable irredento cuando funcionan mal los servicios p¨²blicos. No a ser sujeto siempre bajo sospecha de ser incumplidor, impuntual, poco atento, irresponsable y casi candidato permanente al despido si las leyes no le protegieran como una suerte de fuero privilegiado (la estabilidad en el empleo p¨²blico es garant¨ªa de imparcialidad, objetividad y profesionalidad en el desempe?o de la funci¨®n).

S¨ª al orgullo de haber accedido a la funci¨®n p¨²blica por m¨¦ritos propios, en libre concurrencia con miles de aspirantes. S¨ª a la satisfacci¨®n por la funci¨®n desempe?ada al servicio del bien com¨²n y, como es norma y no excepci¨®n, por el deber cumplido. S¨ª a asumir solidariamente sacrificios cuando la sociedad lo exige. No a que eso sea lo ¨²nico que podamos esperar de nuestra profesi¨®n.

S¨ª a una funci¨®n p¨²blica enriquecida por las exigencias de la sociedad. A la profesionalizaci¨®n y dignificaci¨®n de la condici¨®n de empleado p¨²blico, elemento indispensable de una Administraci¨®n moderna y eficaz.-