Los indios norteamericanos conf¨ªan en que Clinton libere a uno de sus l¨ªderes
El American Indian Movement (AIM), que trata de organizar a las tribus de Norteam¨¦rica, encara 1993 -A?o de los Pueblos Ind¨ªgenas- con la esperanza de que el nuevo presidente, Bill Clinton, libere a uno de sus l¨ªderes m¨¢s carism¨¢ticos. Se trata del anishinabe-lakota Leonard Peltier, que en 1977 recibi¨® dos cadenas perpetuas por el asesinato, durante un tiroteo en 1975, de dos agentes del FBI en la reserva siux-lakota de Pine Ridge. En la refriega muri¨® tambi¨¦n un indio, pero por esa muerte nadie fue acusado.
Oliver Stone tiene en. proyecto una pel¨ªcula sobre el personaje. Robert Redford ha producido un reportaje, Incident at Oglala. Peter Mathiesen, autor de Jugando en los campos del Se?or, ve ahora reeditado su In the spirit of Crazy Horse, que se inspira en el tema y apareci¨® en 1983 para luego desaparece de las librer¨ªas a ra¨ªz de denuncias seg¨²n la legislaci¨®n antilibelo.En Espa?a, una organizaci¨®n pol¨ªtica, el Movimiento Indio, est¨¢ montando para febrero y marzo una campa?a de firmas para pedirla libertad de Leonard Peltier. Uno de sus miembros, Pupsu Igualiki?a residente en Suecia, ha pasado por Madrid de regreso de Estados Unidos. "Los hermanos norteamericanos", dice, "conf¨ªan en que el inter¨¦s que Al Gore, vicepresidente electo, siente por el medio ambiente permita que el problema indio salga a la luz, y Peltier sea liberado". Su compa?ero, coordinador de la organizaci¨®n en Espa?a, Mario Agreda -ser¨ªgrafo de profesi¨®n, que en su momento denunci¨® que la lambada era un plagio de un ritmo ind¨ªgena-, no es sin embargo optimista: "Clinton ha criticado a Bush por perdonar a quienes intervinieron en el Irancontra, y por ello no creo que perdone as¨ª a Peltier".
Negros de la llanura
Si ahora en Dakota del Sur los indios son conocidos, en jerga racista, como "negros de la llanura", en la ¨¦poca del tiroteo Pine Ridge era un poco, en t¨¦rminos de violencia, el Soweto de las reservas en las que se ve confinada la poblaci¨®n india estadounidense. No hay que olvidar que dos a?os antes se produce la ocupaci¨®n india de Wounded Knee, un paraje hist¨®rico para las tribus derrotadas por los blancos, donde en 1890 la caballer¨ªa masacr¨® a 300 siux, en su mayor¨ªa mujeres, ni?os y ancianos. Tras el gesto reivindicativo de la ocupaci¨®n, las organizaciones indias empiezan a ser vigiladas. En Pine Ridge, el jefe Dick Wilson era visto en 1975 como corrupto por un combativo sector que ten¨ªa crecientes problemas con los agentes federales que se infiltraban en el ¨¢rea. Seg¨²n fuentes de la organizaci¨®n no gubernamental espa?ola Amigos de los Indios, de 1972 a 1976 se produjeron m¨¢s de 60 asesinatos de indios en Pine Ridge, que siguen sin resolverse.
Peltier era militante del AIM desde los a?os 60, y sus partidarios vieron en el tiroteo y en la condena una conspiraci¨®n para eliminarle. Otros tres acusados fueron finalmente declarados inocentes. Peltier huy¨® a Canad¨¢ y solicit¨® asilo pol¨ªtico. Pero EE UU pidi¨® la extradici¨®n, aportando el testimonio de una india que dec¨ªa haberle visto participar en los asesinatos; el testimonio fue reputado falso por los defensores de Peltier, y en 1985 fiscales del Gobierno confirmaron que no era verdadero y que no pod¨ªan "probar qui¨¦n mat¨® a los agentes": seg¨²n eso, Peltier habr¨ªa "ayudado y alentado". Los abogados de Peltier han solicitado cuatro veces sin ¨¦xito un nuevo juicio.
Peltier, que en la celda mantiene viva una gran pasi¨®n por la pintura, fue este verano acusado de iniciar los disturbios que ocasionaron un muerto en su prisi¨®n (Leavertworth, Kansas). Se pens¨® en trasladarle a Marion, Illinois, c¨¢rcel de alta seguridad. El Comit¨¦ de Defensa de Leonard Peltier consigui¨® impedirlo, y sigue planteando que es un "preso de conciencia". La Asociaci¨®n Pro Derechos Humanos de Madrid le concedi¨® en 1986 su premio.
Una visi¨®n radical
El Movimiento Indio cree poder utilizar casos como el de Peltier para llamar la atenci¨®n sobre su lucha, "centrada en lo ineludible, el poder". Las organizaciones no gubernamentales (ONG), a su juicio, "no llaman a las cosas por su nombre: genocidio y explotaci¨®n, y eligen paternalistamente con qu¨¦ indios trabajar". La concesi¨®n del premio Nobel de la Paz a Rigoberta Mench¨² la ven como un logro de la Iglesia: "No necesitamos ni las sectas, ni la teolog¨ªa de la liberaci¨®n, sino liberaci¨®n de la teolog¨ªa: el Sol no cabe en un templo", se?ala Mario Agreda. Tambi¨¦n consideran que organizaciones como el Consejo Mundial de los Pueblos Indios, o el Consejo Indio Suramericano, funcionan, pese a su oposici¨®n a la ret¨®rica del 92, "con estructuras occidentales, presidente, y secretario, y sirven s¨®lo de propaganda, como ese Fondo Ind¨ªgena con que los gobiernos americanos, que son quienes nos oprimen, reciben dinero europeo y crean un nuevo funcionariado". En cuanto a la proclamaci¨®n por parte de la ONU de 1993 como A?o Internacional de los Pueblos Ind¨ªgenas, lo ven como algo coyuntural, sin real incidencia: "Quisimos que la ONU declarase ese A?o en 1992".Peltier, insisten, es s¨®lo un caso. "En Chile el gobierno de Patricio Aldwyn encarcela a los indios mapuches que ocuparon tierras que eran suyas; en Bolivia el fiscal de La Paz acaba de acusar de terrorismo a 39 aymaras; en M¨¦xico, aunque en Europa no se enteren, ocurren asesinatos como el del l¨ªder Elpidio Dom¨ªnguez, a quien le dieron 18 cuchilladas", dice Agreda.
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