"No buscaba placer, era una obsesi¨®n"
La sexoadicci¨®n, que afecta a un 5% de espa?oles, empieza a tratarse como enfermedad
"No buscaba placer. Era una obsesi¨®n. Hacer el amor no era lo importante", dice Luis M., ingeniero de 36 a?os que reconoce que su afici¨®n al sexo le llev¨®, a recorrer los lugares m¨¢s extra?os. Nunca pens¨® causar da?o a su familia y terminar divorciado. Ahora asiste a terapias sexuales y espera iniciar una nueva vida. Como ¨¦l, un 5% de los espa?oles, seg¨²n el sex¨®logo Efigenio Amez¨²a, padece esta patolog¨ªa, que produce graves trastornos personales, laborales y sociales. Nuevas investigaciones est¨¢n en desarrollo para ayudarles a reinsertarse en la sociedad.
Cuando Luis M. ley¨® que el actor norteamericano Michael Douglas hab¨ªa ingresado en una cl¨ªnica para recuperarse de su afici¨®n al sexo, este ingeniero comprendi¨® que sus s¨ªntomas eran iguales a los del artista. Luis recuerda que su problema se inici¨® hace cinco a?os, cuando, sin darse cuenta, sal¨ªa de su casa imaginando historias er¨®ticas que llegaban a avergonzarle. "No pensaba en otra cosa. Deseaba salir de la oficina para ir en busca de sexo. Me excitaba s¨®lo la idea. Hice el amor no s¨¦ cu¨¢ntas veces. No me satisfac¨ªa nada y siempre quer¨ªa rn¨¢s", comenta un tanto apesadumbrado, porque asegura que por esta causa su matrimonio termin¨®.Ahora asiste a terapias sexuales que le han ayudado a comprender su enfermedad. "Lo importante es reconocerlo. Debemos poner de nuestra parte para recuperarnos y salir adelante".
Para el sex¨®logo Efigenio Amez¨²a, director del Instituto de Sexolog¨ªa de Madrid, la sexoadicci¨®n es una patolog¨ªa social, que en nuestro pa¨ªs afecta a un 5% de los espa?oles. "La sexoadicci¨®n es un producto del sexo-consumo. Lo hemos tra¨ªdo nosotros. El paciente s¨®lo cree que est¨¢ cumpliendo con las normativas que le han impuesto", apostilla mientras explica que se desarrolla en individuos con alg¨²n tipo de vulnerabilidad, que adem¨¢s tienen problemas familiares y sociales. "No podemos hablar de un rasgo determinado. Son personas que han tenido carencias en su vida y que desarrollan esta patolog¨ªa sin darse cuenta. No tienen muy claro que esa obsesi¨®n llega a dominar su vida".
Ofertas de consumo
Amez¨²a se?ala que la adicci¨®n al sexo es una insatisfacci¨®n que se manifiesta en las personas en forma de ansiedad y que puede afectar a cualquiera. "Muchos reconocen que todo se debe a una insatisfacci¨®n y a la cantidad de ofertas que el sexo-consumo ofrece a trav¨¦s de los medios de informaci¨®n", apostilla mientras critica que haya sido la sociedad la que ha producido un auge de esta patolog¨ªa. "El paciente se margina, nuestra labor es ayudarle a integrarse en la sociedad".
El soci¨®logo Fernando Calvo P¨¦rez asegura que la sexoadicci¨®n se apoya en la clandestinidad porque plantea problemas de convivencia y lleva al paciente a depender de esta actividad. "La insatisfacci¨®n es cada d¨ªa m¨¢s profunda en esta sociedad materialista e incomunicada. Dif¨ªcilmente las personas que la padecen pueden comprender que su comportamiento no es normal", afirma a la vez que reconoce que este problema mezcla diferentes elementos que inciden en el comportamiento sexual. "Es una obsesi¨®n que de ninguna manera busca placer. Es una aventura peligrosa que s¨®lo se reconoce cuando produce da?o a otras personas".
Calvo P¨¦rez se?ala que la adicci¨®n al sexo hace descubrir al paciente facetas que no conoc¨ªa bajo una actitud de enmascaramiento. "No quiero decir que no existiera. Desde siempre ha estado presente en nuestra sociedad". S¨®lo que ahora, puntaliza el experto, est¨¢ produciendo que quienes la padecen pierdan su trabajo, su matrimonio y hasta su misma libertad. "Es una obsesi¨®n. Un deseo que no pueden dominar". Recomienda como tratamiento terapias individuales y ayudas de pareja. "No quiere decir que se vayan a curar, pero hay que ayudarles a su reinserci¨®n social".
Por su parte, Rafael Gonz¨¢lez Mas, psiquiatra y presidente de la Sociedad Europea de Biosociolog¨ªa, asegura que se trata de un fen¨®meno nuevo desconocido en Espa?a y que puede explicar el caso de un violador que salga de la c¨¢rcel y vuelva a cometer el mismo delito. "Se le ha estudiado si se porta bien o mal, y nunca se analiza que este individuo puede padecer la sexoadicci¨®n y que requiera otro tipo de ayuda". Gonz¨¢lez Mas se muestra contrario a castigar este tipo de delitos. "Tendr¨ªamos que castigar el incesto y otros comportamientos que no son normales. Nunca se van a corregir si no les ayudamos".
Un inter¨¦s creado
"El mundo se mueve por dinero y sexo", opina la psic¨®loga Mar¨ªa del Carmen L¨®pez, "entonces no podemos sorprendernos ante la sexoadicci¨®n. Es. producto de la evoluci¨®n que ha tenido la sociedad espa?ola. La hemos impuesto", dice.La pornograf¨ªa est¨¢ legalizada en Espa?a, y su comercio, regulado desde 1982. "Lo importante no es moralizar el problema, sino ayudarlos porque lo ¨²nico que han hecho los sexoadictos es manifestar sus deseos", subraya la psic¨®loga. Sin embargo, se muestra critica con el hecho de que todav¨ªa algunos profesionales no est¨¢n preparados, a su juicio, para tratar a estos pacientes" "Somos indiferentes al problema".
El psiquiatra Rafa¨¦l Gonz¨¢lez Mas sugiere que las autoridades sanitarias informen a la sociedad de la sexoadicci¨®n "como se habla del sida". "Debemos promover campa?as desde la escuela y hacer notar que estas actitudes no tienen por qu¨¦, ser toleradas".
El psiquiatra insiste en que lo m¨¢s importante es localizar a los pacientes y ayudarles a superar su enfermedad, adem¨¢s de establecer normas legales "que le obliguen a someterse a un tratamiento psiqui¨¢trico y les mantenga vigilados".
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