Sadam Husein retira sus misiles sin abandonar su deseo de seguir desafiando a las potencias occidentales
Los desaf¨ªos de Irak retornaron pomposamente ayer al inofensivo campo de la ret¨®rica. Temerosos de un nuevo rev¨¦s a manos de los aliados, el Gobierno de Bagdad ha replegado sus misiles a posiciones donde ya no constituyen una amenaza para la aviaci¨®n de EE UU, Francia y Reino Unido que desde el pasado mes de agosto patrullan el espacio iraqu¨ª al sur de] paralelo 32. La crisis, de momento, parece haber pasado, pero el balance de los ¨²ltimos d¨ªas sugiere que el presidente Sadam Husein no ha renunciado a la tentaci¨®n de convertirse en una fastidiosa inc¨®gnita para la nueva Administraci¨®n norteamericana y sus aliados.
En Bagdad segu¨ªa reinando ayer la calma. Abandonando una pr¨¢ctica usual en estas circunstancias, el presidente iraqu¨ª no apareci¨® en televisi¨®n ni habl¨® por la radio. Dej¨® el asunto en manos de su secretario de prensa, Abdul-Jabar Mohsen, y en la habitual estridencia de sus editorialistas. El tono y el contenido del mensaje de Bagdad fueron una reafirmaci¨®n de que en Irak puede faltar todo menos el entusiasmo oficial por la monoton¨ªa.Ya no se habla de la madre de todas las batallas ni del inexorable avance del Islam para salvar a Irak de los endemoniados imperialistas de Occidente. Mohsen, el principal portavoz palaciego, acu?¨® ayer la ligera variaci¨®n de "la lucha honorable" para la cual, seg¨²n dijo, todos los iraqu¨ªes tienen que estar preparados porque la guerra contra Estados Unidos no ha acabado.
Ninguna de las defensas iraqu¨ªes abri¨® fuego cuando los aviones aliados intensificaron sus misiones para verificar si los misiles de Sadam segu¨ªan o no en los mismos lugares que hasta hace 48 horas. Eso s¨ª, Mohsen recurri¨® a la pluma con ferocidad, aunque omitiendo deliberadamente toda menci¨®n a los misiles.
"A los iraqu¨ªes no nos queda otra cosa que resistir y pelear por nuestra supervivencia y mantener nuestro desafio", dijo en el editorial que escribi¨® para el diario gubernamental Al- Yumhuriya. Y para dar un toque truculento a las supuestas intenciones de George Bush y Bill Clinton, Mohsen traz¨® paralelos discutibles con las calamidades m¨¢s frescas en la memoria universal. Los aliados, denunci¨®, "quieren despedazar Irak y transformarlo en una nueva Bosnia-Herzegovina, un nuevo L¨ªbano o Afganist¨¢n a fin de controlar sus recursos petroleros"."Bush, apoyado por ¨¢rabes traidores quiere destruir al pueblo iraqu¨ª, su leg¨ªtimo poder de defensa, acabar con la soberan¨ªa nacional", escrib¨ªa Molisen, que se burlaba de un Bush que deja la Casa Blanca sin haber podido con Sadam. Tambi¨¦n arremet¨ªa contra el presidente ruso, Bor¨ªs Yeltsin, que ha apoyado en todo momento la inicitiva norteaniericana sobre los misiles, al que presentaba como un ejemplo de "idiota, tanto en lo que hace como en c¨®mo lo dice"."Necesitamos lograr el m¨¢s elevado grado de preparaci¨®n para una lucha, honorable y sagrada cuyo inicio ser¨¢ decidido por nuestro liderazgo", escribi¨® Mohsen. La deducci¨®n l¨®gica: en contra de las manifestaciones de jefes militares en los ¨²ltimos d¨ªas, Irak todav¨ªa no est¨¢ del todo preparado para el enfrentamiento del que Sadam ha jurado salir victorioso.Evitar un enfrentamientoDe alguna manera, el. editorial vino a corroborar lo que el viceprimer ministro Tarek Aziz ha venido diciendo en tono m¨¢s cauteloso: Irak no desea un nuevo enfrentamiento con los aliados sino s¨®lo ejercer su derecho a movilizar sus defensas al sur del paralelo 32, en la "zona de exclusi¨®n a¨¦rea" impuesta por los aliados para proteger a. los rebeldes shi¨ªes de la furia represiva desatada por Bagdad en represalia contra el levantamiento de: esa minor¨ªa religiosa tras el fin de operaci¨®n Tormenta del Desierto.La prensa y la radio aireaban propaganda a todo volumen. "Aunque la muerte sea inevitable, ser¨ªa una verg¨¹enza ser un cobarde", titulaba Babel, el peri¨®dico de Uday, el hijo de Sadam.En las capitales ¨¢rabes existe cierta sospecha de que la movilizaci¨®n de armamento iraqu¨ª no obedec¨ªa a la supuesta intenci¨®n de Sadam de poner a prueba la determinaci¨®n de los aliados sino que, m¨¢s bien, se trataba de amedrentar a sus enconados opositores shi¨ªes. Una t¨¢ctica similar parece estar siendo aplicada al norte del paralelo 36, donde, para alivio, de los kurdos, las fuerzas iraqu¨ªes permanecen paralizada gracias a la intensa vigilancia aliada.
En un ¨¢mbito m¨¢s amplio se maneja la teor¨ªa de que Bagdad lo que quiere es impedir que el desaf¨ªo shi¨ª y kurdo merme la confianza popular en la estabilidad del r¨¦gimen autocr¨¢tico.Una demostraci¨®n de fuerza, por m¨¢s que sea simb¨®lica o est¨¦ril, ayuda a ahuyentar la impresi¨®n de que, dos a?os despu¨¦s de su estrepitosa derrota en la guerra del Golfo, Sadam se siente lo suficientemente repuesto como para alarmar a las grandes potencias. "Dir¨ªase que la constante del r¨¦gimen iraqu¨ª es no dar respiro a Estados Unidos ni a la ONU", comentaba ayer un diplom¨¢tico occidental a la agencia France Presse. Parece como si fuese una guerrilla".Para algunos analistas, lo que Sadam busca con af¨¢n es demostrar que sigue siendo un incordio para Estados Unidos y que esa campa?a le puede ayudar a distraer la atenci¨®n de los iraqu¨ªes agobiados por la catastr¨®fica situaci¨®n econ¨®mica interna.
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