La 'familia aliada' vuelve a Casablanca

Varios descendientes de la familia aliada, familiares de Roosevelt, Churchill, De Gaulle y Eisenhower, se dar¨¢n cita esta semana en Marruecos para conmemorar el 50? aniversario de la Conferencia de Anfa o Casablanca, celebrada en enero de 1943, en un momento crucial de la II Guerra Mundial. Destacados pol¨ªticos, diplom¨¢ticos, historiadores y periodistas intervendr¨¢n tambi¨¦n en los coloquios y otros diversos actos culturales que se desarrollar¨¢n durante cinco d¨ªas en las ciudades de Casablanca, Fez, Rabat y Marraquech.

Esta ma?ana la historia se detendr¨¢ por un momento en el gobierno civil de Casablanca, escenario del primer acto de esta conmemoraci¨®n hist¨®rica, para recordar que el 14 de enero de 1943 se reunieron en la ciudad el entonces presidente de EE UU, Frankl1n D. Roosevelt; el primer ministro brit¨¢nico, Winston Churchill, y el jefe de las fuerzas de la Francia Libre, el general Charles De Gaulle, rodeados de los responsables de sus diferentes Estados Mayores. Josef Stalin, el presidente de la Uni¨®n de Rep¨²blicas Socialistas Sovi¨¦ticas, hab¨ªa declinado la cordial invitaci¨®n alegando que en aquellos graves momentos no pod¨ªa abandonar su pa¨ªs.

La Conferencia de Casablanca se celebraba en un momento ¨¢lgido de la II Guerra Mundial, pocas semanas despu¨¦s de que los aliados desembarcaran en Marruecos, en la llamada operaci¨®n Torch, y Argelia, mientras las tropas acorazadas del general alem¨¢n Rommel, el zorro del desierto, intentaba sobreponerse a la derrota sufrida en El Alamein, en Egipto, retrocediendo sin cesar hacia T¨²nez. En el frente del Este continuaba la batalla de Stalingrado y la Uni¨®n Sovi¨¦tica reclamaba impaciente la apertura de un segundo frente en Europa, para atrapar a Hitler entre dos fuegos.

Hegemon¨ªa de EE UU

En Casablanca los tres estadistas tomaron importantes acuerdos militares que hicieron posible la liberaci¨®n del Norte de ?frica y los desembarcos de Sicilia y Normand¨ªa. Pero, sobre todo, esta conferencia sirvi¨® para establecer el papel hegem¨®nico de los Estados Unidos y poner en marcha los grandes principios democr¨¢ticos contenidos en la Carta del Atl¨¢ntico de 1941. Para Marruecos esta reuni¨®n tiene una especial significaci¨®n, ya que en ella el presidente Roosevelt anunci¨® al sult¨¢n Sidi Mohamed . Ben Yusef, futuro Mohamed V, el fin de la era colonial, su inevitable independencia y, con ella, la de los dem¨¢s pa¨ªses del Magreb. De todas estas cosas se ha blar¨¢ en los pr¨®ximos cinco d¨ªas en las ciudades de Casablanca, Rabat, Fez y Marraquech, donde se desarrollar¨¢n debates y coloquios sobre este acontecimiento hist¨®rico y sobre el proceso pol¨ªtico desencadenado en el Magreb. Los grandes protagonistas de este encuentro ser¨¢n los familiares de los principales dirigentes aliados, que ayudar¨¢n con sus recuerdos a conmemorar la historia. As¨ª se han comprometido a estar presentes en Casablanca entre otros Laura Roosevelt, la nieta del ex presidente am¨¦rica no; Charles De Gaulle, el nieto del ex presidente franc¨¦s; Mary Jean Elsenhower, descendiente del general y m¨¢s tarde presidente de los Estados Unidos, o el hijo de Larry Hopkins, consejero de Roosevelt.

Todos estos actos han sido organizados y promovidos por la fundaci¨®n Franklin Roosevelt Library, con la cooperaci¨®n de los gobiernos marroqu¨ªes y americanos. La Administraci¨®n de Francia y el Reino Unido participar¨¢n tambi¨¦n en los actos de conmemoraci¨®n, seg¨²n ha asegurado un responsable de prensa de la misi¨®n cultural americana.

Recepci¨®n real

Casablanca, convertida desde hace poco menos de un mes en la primera capital africana del Mac Donalds, vivir¨¢ estos d¨ªas un nuevo desembarco norteamericano, cuando atraque en su bah¨ªa el nav¨ªo de guerra estadounidense Belknap y los componentes de la banda de m¨²sica Galaxy inicien una serie de conciertos.Los actos culminar¨¢n en Fez, residencia actual del rey Hassan II, quien seg¨²n el programa recibir¨¢ a los responsables de esta reuni¨®n y a sus principales participantes. Este encuentro le permitir¨¢ al monarca recordar que es el ¨²nico superviviente de aquella cena a la que asisti¨® cuando s¨®lo contaba 13 a?os. "Despu¨¦s de la guerra la situaci¨®n cambiar¨¢, sobre todo la cuesti¨®n colonial", afirm¨® con contundencia Roosevelt, mientras jugaba con el tenedor. Recordar¨¢ sin duda Hassan II, el carraspeo impertinente de Churchill, que pensando quiz¨¢s en el imperio brit¨¢nico intentaba desesperadamente dar un giro a la conversaci¨®n.