La ofensiva croata amenaza con reavivar la guerra con Serbia

El presidente de Croacia, Franjo Tudjman, asegur¨® al caer la tarde de ayer que la ofensiva por tierra, mar y aire en la regi¨®n de Krajina (de mayor¨ªa serbia y bajo la protecci¨®n de la ONU) hab¨ªa concluido, tras hacerse sus tropas con el control de la carretera que une el norte y el sur del pa¨ªs. Seg¨²n Tudjman, al menos 120 serbios y 10 croatas han muerto desde el inicio de los combates, el pasado viernes. Los serbios de la zona amenazan con bombardear Zagreb; sus poderosos protectores de Belgrado prometen ayudarles con el Ej¨¦rcito, lo que implica la reanudaci¨®n de la guerra abierta entre Serbia y Croacia.

A¨²n es pronto para determinar si el reciente estallido b¨¦lico en la antigua Yugoslavia va a conformarse con ser una batalla de fin de semana o amenaza con convertirse en una segunda parte de la guerra entre croatas y serbios por el control de las zonas lim¨ªtrofes en Croacia. Los combates, iniciados hace dos a?os, se hab¨ªan calmado en 1992, mientras se reactivaba el volc¨¢n balc¨¢nico con la actual guerra entre serbios por un lado y musulmanes y croatas por otro en Bosnia.Las fuerzas croatas conquistaron ayer el estrat¨¦gico enclave de Crno, a tres kil¨®metros de Zadar, de 135.000 habitantes, en la costa d¨¢lmata del Adri¨¢tico. Seg¨²n Tudjman, la ofensiva no persegu¨ªa la reconquista total de los territorios perdidos y bajo control de los cascos azules desde hace un a?o, sino s¨®lo la reconstrucci¨®n del puente de Maslenica, que une el enlace con Zadar y "cortaba Croacia en dos".

Los irregulares serbios de la zona amenazaron con bombardear la capital croata, Zagreb, desde las posiciones que dominan a tan s¨®lo 50 kil¨®metros de la misma. Por su parte, el general serbio Zivota Panic declaraba que si las fuerzas de la ONU no pueden garantizar la seguridad de la poblaci¨®n de Krajina ser¨¢n sus fuerzas quienes lo hagan.

Paralelamente, fuentes de los servicios de espionaje norteamericanos, citadas por The New York Times, afirmaban que 135 campos, con 70.000 prisioneros, siguen abiertos en la antigua Yugoslavia, la gran mayor¨ªa de ellos bajo control serbio.

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