Metralla contra una embarazada en Sarajevo
Una joven bosnia, salvada por su feto
La granada cay¨® en el jard¨ªn de la casa, a escasos metros de donde Mirzeta Fejzic estaba lavando la ropa. Las esquirlas de metralla hicieron impacto en el cuerpo de la mujer. Fue trasladada urgentemente al hospital Kosevo, de Sarajevo, donde fue intervenida durante dos horas. Mirzeta, de 28 a?os, se salvar¨¢ probablemente, pero el feto lleg¨® muerto al quir¨®fano. Estaba embarazada de ocho meses y medio. Ocurri¨® a las cinco de la tarde del lunes, una tarde cualquiera de Sarajevo, con la ¨²nica particularidad que esta vez el artillero decidi¨® apuntar con su mortero asesino hacia el barrio de Grdonj.Mirzeta se enter¨¦ ayer por la ma?ana de que hab¨ªa perdido el hijo por una de las mujeres de la limpieza del hospital. Nadie quiere decirle que el beb¨¦ le salv¨® la vida. So?aba con tener una ni?a y hab¨ªa decidido ya el nombre que le pondr¨ªa: Amina. Tras la operaci¨®n preguntaba insistentemente a la comadrona si era ni?a. "Todav¨ªa no lo sabemos, tenemos que comprobarlo", le respond¨ªan. No sabe que el beb¨¦ que llevaba en el vientre era un ni?o.
"Nunca hab¨ªa estado en el hospital ni hab¨ªa sido atacada. Quisiera que esto acabara ya, pero me temo que s¨®lo es el principio. Esto no tiene fin", susurra Mirzeta en la cama de una improvisada sala de cuidados intensivos del hospital Kosevo. Hay otras dos mujeres ingresadas en la misma instancia. Mirzeta habla con un hilo de voz, pero con una lucidez impresionante.
La comadrona y las enfermeras escuchan con atenci¨®n sus palabras. Recuerda que su hijo de seis a?os naci¨® en Bijeljina, una de las primeras ciudades bosnias ocupadas por las fuerzas serbias cuando desencadenaron la guerra. "Cuando se produjo la famosa masacre, mi hijo estaba en Bijeljina. Tuve muchos problemas para traerlo a Sarajevo. Siempre hab¨ªamos vivido juntos serbios y musulmanes. Me sent¨ªa una ciudadana de Bosnia", dice.
"Espero recuperarme, espero", repite. Los m¨¦dicos son moderadamente optimistas. "Ha perdido mucha sangre y puede haber complicaciones. Tenemos que esperar unos siete d¨ªas para ver c¨®mo evoluciona", explica el doctor Alimo Kapetanovic, quien practic¨® la operaci¨®n. "La granada afect¨® seriamente el est¨®mago, que presentaba un agujero de unos 10 cent¨ªmetros. Encontramos varias piezas de metralla. La mujer estaba bajo estado de choque. Tuvimos que extirparle el ¨²tero y aplicar numerosas suturas en los intestinos. El mayor riesgo ahora son las infecciones".
El doctor Kapetanovic no tiene ninguna duda de que si Mirzeta no hubiera estado embarazada ahora estar¨ªa muerta, perjura que nunca se lo dir¨¢. "En vez de matarla a ella, la metraIla encontr¨® al beb¨¦. Fue su coraza", se?ala.Vuelve el p¨¢nico
"Esto no ha ocurrido en ninguna guerra", claman varios m¨¦dicos del equipo del doctor Kapetanovic, quien asegura que nunca en su carrera profesional, desde el inicio de la guerra, hab¨ªa tenido un caso similar entre sus manos. "Un colega m¨ªo atendi¨® hace tres meses a una mujer embarazada de seis meses que result¨® herida por una granada. Perdi¨® el ni?o y debi¨® amput¨¢rsele una pierna
A las dos de la tarde, el marido de Mirzeta s¨®lo ha podido hacer una visita fugaz al hospital. Es combatiente y debe acudir a una posici¨®n de la defensa de Sarajevo.
Ayer fue un d¨ªa especialmente tenso en la ciudad. Han ca¨ªdo varias granadas de mortero y los francotiradores se muestran muy activos en su pr¨¢ctica de disparar contra todo aquello que se mueve. Uno de los proyectiles ha estallado cerca del cuartel general de los cascos azules. Un civil muerto y seis heridos. El p¨¢nico vuelve a reinar en la ciudad. No se ven colas de gente para comprar pan o aguardando pacientemente con sus bidones para llenarlos de agua. Los viandantes corren nerviosos por las calles a diferencia de las ¨²ltimas semanas, en las que parec¨ªan haber recuperado una cierta calma.
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