Rusia: la hora de las jaur¨ªas
Un revuelo inusitado en una c¨¦ntrica plaza de Mosc¨². Es el 20 de enero a mediod¨ªa, ya en 1993. Junto a la estaci¨®n de metro Universidad, el tr¨¢fico se detiene. Los peatones apresuran el paso y dan un largo rodeo. Y es que, al borde de la calzada, una jaur¨ªa de perros ladra amenazante. Es ¨¦sta una escena cotidiana repetida en otras ciudades rusas. A veces hay ataques y heridos. Los perros no son muy grandes ni parecen feroces. Pero est¨¢n hambrientos y vagan por las calles en jaur¨ªa. Han sido abandonados por sus due?os. No s¨®lo porque no hay comida para compartir, sino porque, ante la delirante inseguridad ciudadana, la gente ha echado de casa a sus perros falderos para sustituirlos por perros de presa, que les den seguridad en el salvaje mundo cotidiano de la nueva Rusia.La econom¨ªa y la sociedad han seguido deterior¨¢ndose en los ¨²ltimos meses. Los trabajadores que fueron forzados a tomar vacaciones sin sueldo durante varios meses en el pasado verano han regresado a sus puestos, al haber recibido las grandes empresas estatales nuevos cr¨¦ditos del banco central.
Pero dicha pol¨ªtica de expansi¨®n monetaria en un a?o en que la producci¨®n ha ca¨ªdo en un 20% ha puesto a Rusia en el camino de la hiperinflaci¨®n: en enero de 1993 la tasa de inflaci¨®n se sit¨²a en el 50% mensual. Para el conjunto de 1992 el aumento de salarios no lleg¨® a la mitad del aumento de precios. El n¨²mero de desempleados reales es muy alto.
Las estrategias de supervivencia individual se asemejan cada vez m¨¢s a la vida en la jungla. De la venta y reventa infinita de cualquier bien y servicio se ha pasado al robo generalizado, a la extorsi¨®n sistem¨¢tica a los peque?os negocios, al control de los mercados, de la vivienda, de los hoteles, de parte del sistema financiero, de muchos medios de comunicaci¨®n y de los grupos de influencia pol¨ªtica por redes mafiosas organizadas, muchas veces sobre la base de grupos ¨¦tnicos: los azer¨ªes, los chechenos, los georgianos, etc¨¦tera. El Ayuntamiento de Mosc¨² est¨¢ fuertemente penetrado por dichas mafias y su control del proceso de privatizaci¨®n del patrimonio inmobiliario de la ciudad ha dado lugar a enfrentamientos violentos entre los distintos grupos, algunos de ellos saldados a tiros.
En esas condiciones, la poblaci¨®n sigue con creciente indiferencia la lucha que se desarrolla en la c¨²spide del poder, entre el presidente y el Parlamento, con el Gobierno como campo de batalla. As¨ª, recientemente, en la regi¨®n de Krasnodar, en el sur de Rusia, una elecci¨®n legislativa parcial tuvo que ser anulada por no contar con la participaci¨®n preceptiva m¨ªnima del 50% de los electores. Y de haber sido v¨¢lida la elecci¨®n el ganador hubiera sido el candidato comunista.
Pese a ello, en el conjunto del pa¨ªs, Yeltsin contin¨²a siendo el ¨²nico l¨ªder en el que a¨²n se deposita una cierta confianza, aunque su popularidad se haya erosionado fuertemente en los ¨²ltimos meses. Pero, como es sabido, Yeltsin tuvo que aceptar en diciembre un compromiso inestable con el Parlamento, a¨²n controlado por fuerzas hostiles a la reforma, teniendo que prescindir de su primer mi nistro Gaidar y de su mejor es tratega pol¨ªtico, Burbulis. En realidad, el presidente ruso pensaba disolver el Parlamento, promulgar por refer¨¦ndum una nueva Constituci¨®n y forzar de inmediato nuevas elecciones, manteniendo entretanto el Gobierno reformista. Pero s¨®lo un 20% de diputados permaneci¨® fiel a Yeltsin. Y, sobre todo, el 10 de diciembre, el ministro de la Defensa y el ministro del In terior comparecieron ante el Parlamento para expresar su apoyo a dicha instituci¨®n. Ante ello, Yeltsin tuvo que aceptar como nuevo primer ministro a Chernomirdin, te¨®ricamente apoyado por el sector de gran des empresas estatales, y dar al Parlamento un mayor control sobre las reformas. Pero se trata s¨®lo de un par¨¦ntesis pol¨ªtico. Se ha convocado para el 11 de abril un refer¨¦ndum en el que se votar¨¢ sobre una serie de complejas cuestiones para redactar una nueva Constituci¨®n sobre la base de la respuesta popular a estas preguntas. Tras el refer¨¦ndum podr¨ªa procederse a nuevas elecciones, tanto presidenciales como parlamentarias. Pero, en realidad, no es evidente que el refer¨¦ndum llegue a celebrarse ni que voten en ¨¦l un 50% de los ciudadanos. El nuevo Gobierno est¨¢ cada vez m¨¢s paralizado, porque en ¨¦l siguen siendo fuertes los reformistas, que controlan varios ministe rios econ¨®micos. El primer decreto de Chernomirdin en enero, imponiendo regulaciones administrativas de los precios de varios productos, fue rechazado por sus propios ministros, sin que ello provocara crisis ministerial.
Y es que la clave para entender los conflictos y estrategias en la Rusia actual no es pol¨ªtico-ideol¨®gica, sino econ¨®mico personal. Lo que se est¨¢ jugando es qui¨¦n controla la riqueza del pa¨ªs, por el medio que sea. Y como los resortes del Estado son los que dan acceso a los re cursos econ¨®micos, las luchas pol¨ªticas se concentran en la obtenci¨®n de dichos recursos para clanes personales. Por eso, todos los grupos coincidieron en la cr¨ªtica y oposici¨®n feroz contra el peque?o grupo de dem¨®cratas-tecn¨®cratas en los que se apoyaba el presidente. La eliminaci¨®n o cooptaci¨®n del Gobierno Gaidar era/es el ¨²ltimo obst¨¢culo que hab¨ªa que despejar para proceder al gran saqueo de Rusia, en el que participan la antigua nomenklatura comunista convertida en especuladores financieros, parlamentarios de todas las tendencias, l¨ªderes municipales y regionales, dirigentes de las grandes empresas, nuevos comerciantes del sector cooperativo y sectores criminales de las poderosas mafias.
En el fondo, la construcci¨®n del capitalismo en Rusia no es tan diferente de lo que fue su origen hist¨®rico en Occidente. La acumulaci¨®n primitiva tambi¨¦n se hizo en nuestros pa¨ªses mediante el pillaje y la violencia, mediante la expulsi¨®n de los campesinos de sus tierras, la forzada proletarizaci¨®n de la poblaci¨®n, la corrupci¨®n de los funcionarios y polic¨ªas y la extorsi¨®n del peque?o empresario por los monopolios apoyados en el poder del Estado, aunque luego se fuera decantando en el transcurrir hist¨®rico el discreto encanto de la burgues¨ªa. Por ello, a¨²n queda la esperanza de que a trav¨¦s de la difusi¨®n social de los mecanismos de mercado y la emergencia de una conciencia ciudadana se vaya constituyendo ese capitalismo democr¨¢tico de miles y miles de nuevas empresas que constitu¨ªa en realidad el proyecto del equipo Gaidar-Burbulis. Pero tambi¨¦n puede suceder que, tras el semigolpe institucional que se ha producido en diciembre, la brutal competencia entre los distintos clanes econ¨®micos provoque la reacci¨®n exasperada de una poblaci¨®n atizada por la demagogia nacional-comunista, cada d¨ªa m¨¢s fuerte y m¨¢s presente en todo el pa¨ªs. Si eso ocurre, tras la noche del comunismo llegar¨¢ la hora de las jaur¨ªas.
es catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
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