Xenofobia
Once asociaciones no gubernamentales han emprendido una campa?a contra el racismo y la xenofobia. La causa es nobil¨ªsima, pues cualquier tipo de rechazo a las personas por su raza, nacionalidad o condici¨®n, atenta contra la dignidad humana y repugna a las gentes de bien.Distinto es que exista en Espa?a un racismo generalizado y hagan falta campa?as para erradicarlo. Se producen atentados racistas y brotes xen¨®fobos -es cierto-, mas ser¨ªa injusto atribuirlos a una parte significativa de la poblaci¨®n. Tambi¨¦n hay violaciones y cr¨ªmenes horrendos, y eso no quiere decir que este pa¨ªs sea violador y asesino.
De todos modos, las campa?as no siempre son inocentes. Muy apropiadas cuando se trata de orientar los comportamientos ciudadanos ante determinados problemas coyunturales -la sequ¨ªa, por ejemplo-, acaban convirti¨¦ndose en un falaz instrumento manipulador, si sus eficaces t¨¦cnicas de penetraci¨®n se utilizan para modificar las convicciones y los sentimientos profundos de la sociedad civil.
A veces hasta corren el riesgo de provocar en ciertos sectores -normalmente, los menos informados- unos efectos colaterales negativos de alcance imprevisible. Ah¨ª est¨¢ la campa?a del Gobierno sobre el Tratado de Maastricht, que divulga mediante historietas de dibujos animados. Una de ellas presenta la agresi¨®n de un extranjero a un pac¨ªfico ciudadano, y ¨¦ste lo rechaza uni¨¦ndose a otros bajo la misma bandera. Una forma ingeniosa de explicar las ventajas de la unidad europea, no cabe duda, pero lo que en realidad comunica el mensaje es que los extranjeros pueden ser peligrosos y conviene no fiarse; con lo cual se est¨¢ fomentando una inquietud xen¨®foba, que la ciudadan¨ªa ya ten¨ªa superada.
Algunas campa?as equivalen a hacer un pan como unas obleas, que llaman. Cuidado con ellas.
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