El socialdem¨®crata Brazauskas, claro favorito para la presidencia lituana
ENVIADO ESPECIALLos lituanos votan hoy en las primeras elecciones presidenciales desde hace m¨¢s de 65 a?os. El resultado, seg¨²n todos los pron¨®sticos, est¨¢ claro. Algirdas Brazauskas, el pol¨ªtico que dirigi¨® la ruptura del partido comunista local con Mosc¨² y su conversi¨®n a la socialdemocracia, lleva las de ganar. Una encuesta realizada esta semana le daba un 55% de los votos, frente al 30% para su ¨²nico contendiente: Stasys Lozoraitis, un emigrado lituano de 68 a?os de edad que ha vivido la mayor parte de su vida en el extranjero y en la actualidad es embajador lituano en Washington.
La victoria del Partido Laborista Democr¨¢tico (PLD, ex comunista) no ser¨¢ una sorpresa esta vez. S¨ª lo fue en las elecciones parlamentarias de octubre y noviembre del a?o pasado, en las que gan¨® la mayor¨ªa absoluta de los esca?os, infligiendo una aplastante derrota a la derecha nacionalista encabezada por el padre de la independencia, Vytautas Landsbergis.
Siete pol¨ªticos presentaron inicialmente su candidatura a la presidencia, pero a mediados de enero ya quedaban s¨®lo dos: Brazauskas y Lozoraitis. ?ste reuni¨® en torno a s¨ª a toda la oposici¨®n al PLD, desde los socialistas hasta la ultraderecha.
El hecho de que Lozoraitis haya vivido la mayor parte de su vida en el extranjero le ha supuesto una gran desventaja. El jefe de su campa?a electoral es un norteamericano de origen lituano que ha actuado pensando m¨¢s en la psicolog¨ªa de los norteamericanos que en la de los lituanos. De ah¨ª que lo que hubieran sido aciertos en EE UU se convirt¨ªeran en, errores en Lituania.
El caso m¨¢s claro fue la utilizaci¨®n de la esposa de Brazauskas para tratar de hundir al carism¨¢tico l¨ªder laborista. Julya -una psiquiatra con fama de desiquilibrada mental que ya no ejerce su profesi¨®n- acus¨® rec¨ªentemente a su marido de infidelidad conyugal. Tal denuncia tuvo una repercusi¨®n positiva en la campa?a de Brazauskas: admiraci¨®n por la virilidad de un hombre de 60 a?os que suscita compasi¨®n por haber soportado 33 a?os a una mujer como Julya.
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