Si B¨¦r¨¦govoy hubiera le¨ªdo "comics"...
Los ecologistas ironizan sobre Mayo del 68 y acaban con los viejos esquemas
Los verdes no se sienten continuadores de la generaci¨®n de Mayo del 68, que llev¨® al mundo la imagen de una juventud airada frente a la sociedad del consumo. De hecho, ironizan sobre esa etiqueta que les quieren colgar. Se sienten herederos de un fen¨®meno m¨¢s cultural que pol¨ªtico, que se ha ido gestando en los a?os setenta y ochenta. Como dice Guy Hasco¨¦t, uno de los estrategas de Los Verdes- en el norte de Francia, si el primer ministro, Pierre B¨¦r¨¦govoy, "hubiera le¨ªdo los comics de los a?os setenta, sabr¨ªa de qu¨¦ hablarnos. Pero no sabe ni que existen".
Son j¨®venes, radicales y pragm¨¢ticos, y su visi¨®n del actual sistema pol¨ªtico se asemeja a la imagen de un edificio dinamitado que, una vez producida la explosi¨®n, se mantiene unas fracciones de segundo en pie para derrumbarse despu¨¦s en una nube de polvo. "Eso es el big bang de Michel Rocard. El big ya se ha producido [el derrumbe del socialismo] y ahora vendr¨¢ el bang de la derecha", a?ade Hasco¨¦t.En la regi¨®n del Norte-Paso de Calais, los ecologistas han llegado a la presidencia del Consejo Regional por la impotencia de la izquierda socialista y comunista, tradicionalmente mayoritaria en la regi¨®n, en formar una mayor¨ªa. Pese a que los ecologistas s¨®lo consiguieron el 12% de los votos, el 6% para Generaci¨®n Ecolog¨ªa y el 6% para Los Verdes, que son los dos grupos que componen el movimiento ecologista, los socialistas les cedieron la presidencia para formar la mayor¨ªa de progreso tan querida del partido de Fran?ois Mitterrand.
Su presencia activa en la regi¨®n tiene ya 20 a?os, aunque en estas dos ¨²ltimas d¨¦cadas, el movimiento ha sufrido m¨²ltiples transformaciones. Ahora se afianzan desde el Gobierno regional, donde se han ganado el respeto de los partidos tradicionales por su capacidad de trabajo.
Direcci¨®n colectiva
Al frente de Los Verdes en la regi¨®n se encuentra Dominique Plancke, de 35 a?os, adjunto del alcalde de Lille, candidato a las pr¨®ximas elecciones legislativas y militante verde desde la fundaci¨®n de ese movimiento, en 1984. Junto a ¨¦l, Marie Blandin, de 38 a?os, presidenta del Consejo Regional, y Guy Hasco¨¦t, de 32 a?os, miembro del consejo y vicepresidente de Los Verdes, forman la direcci¨®n de este grupo, bastante distinto al de Generaci¨®n Ecolog¨ªa, y m¨¢s fiel a los or¨ªgenes pacifistas y antinucleares de este movimiento.
Porque estos veteranos militantes rechazan entrar en el etiquetado convencional de izquierda / derecha del sistema parlamentario. "El movimiento ecologista tiene valores propios que no se encontraban ni en el pensamiento actual de la izquierda ni en el de la derecha: el antimilitarismo, la defensa del medio ambiente, el planteamiento Norte-Sur. Pero tambi¨¦n desde el punto de vista t¨¢ctico, entrar en la izquierda habr¨ªa sido como tener el c¨¢ncer antes de los 20 a?os. Morir sin haber vivido", afirma Hasco¨¦t.
Su grupo, sin embargo, ha mantenido conversaciones con el Partido Socialista, sobre las que ironiza: "En una reuni¨®n de trabajo con el primer ministro, Pierre B¨¦r¨¦govoy, nos quedamos, no dir¨¦ aterrados, sino sorprendidos por lo poco que esa gente tiene los pies en la tierra. B¨¦r¨¦govoy dec¨ªa que esto era como en el 68, y que pasar¨ªa como en el 69, que se iba a calmar. Ya se sabe: el tiempo de una primavera; los j¨®venes se agitan, tiran unos cuantos adoquines y se calman". "Y no se dan cuenta", prosigue, "de que lo que est¨¢n viendo realizarse es 20 a?os de historia cultural acumulada, que ¨¦sta es una generaci¨®n que llega ahora a las puertas de los 40 a?os, con todas las energ¨ªas disponibles para buscar su sitio en la vida, y que tiene una l¨®gica, unos valores que ellos nunca han comprendido. Yo dir¨ªa que si el se?or B¨¦r¨¦govoy hubiera le¨ªdo los comics de los a?os setenta hubiera comprendido lo que le esperaba en los ochenta. Pero no sabe ni que existen".
Su opini¨®n no es mucho mejor de la derecha que va a ganar las pr¨®ximas elecciones legislativas. "Est¨¢n muy contentos porque dicen que van a ganar, y cuando se les observa, son los mismos de siempre que se han pasado estos a?os en el frigor¨ªfico, en el congelador. Ahora querr¨¢n hacer un gran pacto nacional para enriquecer a sus amiguetes oficialmente. Pero cuando lleven un tiempo en el poder, la gente se acordar¨¢ de c¨®mo eran y se pegar¨¢n un tortazo mayor del que se van a pegar ahora los socialistas. ?se va ser el Big Bang del que habla Rocard. Cuando concluya va a despeinar tanto a la izquierda como a la derecha tradicional", a?ade Hasco¨¦t.
Pero el mundo de los ecologistas tampoco est¨¢ libre de contradicciones. Su movimiento se divide en dos campos, cuya uni¨®n actual es m¨¢s interesada que real. Los Verdes, que dirige Antoine Waechter, miran con desconfianza a la Generaci¨®n Ecolog¨ªa, que preside el ex ministro socialista Brice Lalonde. Los Verdes afirman que el movimiento de Lalonde no era, en su comienzo, m¨¢s que una operaci¨®n personal de relaciones p¨²blicas.
El efecto del ¨¦xito
Pero su ¨¦xito, dicen, lo ha transformado en un verdadero movimiento verde, ya que ha atra¨ªdo a mucha gente que de otra forma no se hubiera acercado a los ecologistas, presentados, a veces, como demasiado radicales. Los Verdes consideran que la experiencia de trabajo en com¨²n en estas elecciones legislativas permitir¨¢ acercar posiciones entre los dos movimientos.
Ellos, por lo menos ¨¦stos
Norte-Paso de Calais, no tienen prisa. Quieren hacer pol¨ªtica, trabajar en ¨¢mbitos municipales y regionales, con los pies en la tierra a la que dicen amar tanto. Son, afirman, radicales en el mejor sentido de la palabra: enraizados en los nuevos movimientos sociales pacifistas, antirracistas, antinucleares, pero con voluntad de llevar sus ideas al bolet¨ªn oficial. Es decir, radicales, pero tambi¨¦n pragm¨¢ticos.
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