Y Rabin cogi¨® el tel¨¦fono

Isaac Rabin, el primer ministro, se puso al tel¨¦fono porque Israel, se dice, es una gran familia donde la muerte en atentado de un jud¨ªo concierne a todos y a cada uno y llega a ser un asunto nacional. Claro que pueden ocurrir cosas como ¨¦sta. La viuda de Nathan Azaria, asesinado a cuchilladas por un palestino, telefone¨® a la presidencia del Consejo de Ministros, en Jerusal¨¦n, y pidi¨® hablar con el primer ministro. Rabin se puso al tel¨¦fono y Edna Azaria le dijo: "Se?or primer ministro, soy la mujer de Nathan. Si no haces saltar su casa [la del palestino], lo har¨¦ yo misma. No me cuentes historias. Debes hacerla saltar. Y no me digas: 'La Corte Suprema...'. Si t¨² no la haces saltar, no ser¨¢s m¨¢s nuestro jefe de Gobierno y yo enviar¨¦ gente para hacerlo. Ent¨¦rate". "Te comprendo, pero no puedo hacer nada", se?al¨® Rabin, que a?adi¨®: "Est¨¢ prohibido por la ley. Yo, como primer ministro, debo respetar la ley. Tambi¨¦n yo he tenido que esperar 18 horas sin poder expulsar a los 400 palestinos y he de actuar en funci¨®n de las decisiones de la Corte Suprema. De todas formas, el reglamento exige que la recomendaci¨®n para dinamitar una casa debe llegar del comandante general de la regi¨®n", termin¨® el primer ministro. Y la viuda respondi¨®: "Pues entonces dile que lo recomiende. Enseguida. Que lo haga ya...".Edna Nathan, que cont¨® a la prensa que ning¨²n miembro del Gobierno le hab¨ªa presentado sus condolencias, ante los argumentos de Rabin de problemas de trabajo y que estas decisiones corresponden a los jueces, termin¨® diciendo: "?Qu¨¦ primer ministro eres t¨²?".-