Feministas vascas reclaman la abolici¨®n del 'servicio familiar obligatorio'
?Dejar¨ªas de cuidar a tu padre cuando llegue a viejo o est¨¦ impedido? ?Qui¨¦n debe responsabilizarse del cuidado de los mayores? ?Est¨¢ la respuesta en el Estado? ?Por qu¨¦ siendo eltrabajo de las amas de casa tan necesario se ha hecho invisible y no se remunera? Las preguntas se agolpan hoy, 8 de marzo, en las cabezas de muchas mujeres. Desde la Asamblea de Mujeres Feministas de Euskadi se ha querido, lanzar el debate a la sociedad espa?ola con un sugerente lema: "No al servicio familiar obligatorio; insumisi¨®n". Un mensaje de desobediencia y dos destinatarios: el Estado y los seis millones de amas de casa.
Lourdes tiene 42 a?os. Era profesora de EGB, pero un buen d¨ªa se cas¨® y, ?lvaro, su marido, la oblig¨® a dejar su trabajo. "Para traer el dinero a casa me basto yo solito", argument¨®. ?l, un locuaz y aguerrido ejecutivo de la publicidad, ha llegado hoy a casa "muy cansado, como siempre". Se sienta en la butaca, ojea las p¨¢ginas de deportes del peri¨®dico y ordena: "Lourdes, las zapatillas" . La parodia ha servido para ilustrar el cartel de la campa?a de las feministas del Pa¨ªs Vasco.El envejecimiento de la poblaci¨®n en las sociedades desarrolladas y el desmantelamiento del Estado de bienestar en algunos de los pa¨ªses que lo han disfrutado han recargado el problema de determinados cuidados en la unidad familiar. Mar¨ªa ?ngeles Dur¨¢n, miembro del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC), ha desenmascarado con sus estudios qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s del concepto de unidad familiar: "Los datos son claros. El 70% de las mujeres hacen el papel de cabezas de familia y s¨®lo el 10% de los discapacitados recibe una ayuda sustancial -medida en horas- de instituciones sanitarias. El 90% restante recae en la mujer, la madre o la esposa". Dur¨¢n asegura: "Las mujeres somos trabajo, pero no somos dinero. Aportamos a la colectividad, pero no en forma de dinero". Es lo que se ha venido llamando los "costes invisibles" del trabajo dom¨¦stico.
Crear alternativas
Las feministas vascas consideran esto "inadmisible" y han querido remover las conciencias de los seis millones de amas de casa y de todas las espa?olas. "Hay que aprender a decir no y por eso llamamos a la insumisi¨®n al servicio familiar obligatorio", dicen. El debate, sin embargo, es m¨¢s complejo y enunciado as¨ª corre el riesgo de quedarse cojo o, incluso, que genere cr¨ªticas de insolidaridad, seg¨²n reconocen en privado algunas de ellas. Desde la antropolog¨ªa social, la catalana Mar¨ªa Mor¨®n apunta algunos de los peligros de la sugerente campa?a: "Las amas de casa han creado mecanismos de supervivencia. Tienen su peque?a parcelita de poder, luego decirles que dejen de cuidar es dejarles sin nada. Hay que crear alternativas, otros est¨ªmulos internos y externos y mecanismos de autoestima fuera del hogar. No se les puede proponer el vac¨ªo".Las feministas son conscientes de que es necesario elaborar un discurso positivo y reivindicativo. Pero ?qui¨¦n es el interlocutor en toda esta compleja historia? Algunas mujeres creen que es el Estado el que debe hacerse cargo de los cuidados, para lo que ser¨ªa necesario una redistribuci¨®n de los recursos m¨¢s acorde con las necesidades sociales. La soci¨®loga Dur¨¢n apunta tambi¨¦n alternativas como una educaci¨®n desde muy temprano que "incluya el reparto igualitario de cargas" o incluso un c¨®digo civil que recoja que "los cuidados, derechos y deberes deben ser igualitarios entre hombres y mujeres".
En el fondo del debate est¨¢ la exigencia de las nuevas generaciones de mujeres de tener derecho a elegir. "Elegir si queremos desarrollar un proyecto aut¨®nomo al margen y por encima de la familia. Que nadie nos condene de antemano con el cuento ese de que el cuidado es un valor femenino y no caigamos en el error de la culpabilizaci¨®n", afirma una feminista. Pero tambi¨¦n est¨¢n las expectativas de las amas de casa. Una encuesta del CSIC entre este grupo revelaba que el 75% de la amas de casa sin empleo menores de 45 a?os -la mayor¨ªa con hijos- "aceptar¨ªa el empleo que se les ofreciese", seg¨²n Dur¨¢n. Lo cierto es que los datos confirman que en todas las sociedades europeas en la que se ha disfrutado del Estado del bienestar las mujeres han conquistado parcelas en el mundo laboral.
Mientras tanto, los seis millones de amas de casa espa?olas lidian diariamente con la parodia del cartel feministas o con escenas bastante peores, como malos tratos o violaciones. El sindicato UGT ha denunciado "el alarmante nivel de violencia contra la mujer que existe en todos los ¨¢mbitos y la escasa respuesta que dan a este problema la sociedad, y sobre todo, los hombres".
Declaraci¨®n institucional
Congreso, sindicatos y partidos pol¨ªticos, han insistido un a?o m¨¢s, en su llamamiento en favor de la no discriminaci¨®n de las mujeres, que constituyen, seg¨²n los diputados espa?oles "la mitad de las inteligencias y de las capacidades potenciales de la Humanidad", seg¨²n una declaraci¨®n institucional aprobada por el Congreso, que recuerda que la igualdad formal entre mujeres y hombres es un derecho fundamental del ser humano, y se?ala que la falta de representaci¨®n de la mujer en puestos de decisi¨®n supone una p¨¦rdida para la sociedad", informa Efe.La poblaci¨®n activa femenina, a finales de 1991, ascend¨ªa a un total de 5.302.300 mujeres, seg¨²n datos del Instituto de la Mujer, lo que representa el 33,3% de la poblaci¨®n total activa.
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