Empresarios con el agua al cuello
P¨¦rdidas y quiebras debilitan el entusiasmo de la patronal ante el triunfo de la derecha
ENVIADO ESPECIAL, Aunque la econom¨ªa francesa creci¨® un 1,8% durante 1992, una de las tasas m¨¢s elevadas de la Comunidad Europea, las grandes empresas comienzan a declarar estos d¨ªas p¨¦rdidas desconocidas desde la crisis generalizada de 1975, que puso fin a los llamados treinta gloriosos a?os de pleno empleo en Francia. Los presidentes y directores generales (le bancos y empresas industriales estiman, seg¨²n una opini¨®n mayoritaria, que la econom¨ªa se halla ante una crisis de largo alcance. En este contexto, el entusiasmo de la patronal ante el eventual ascenso de la derecha al poder se ha enfriado.
La presentaci¨®n de los resultados de la Compagnie de Suez, primer grupo financiero europeo, estaba prevista para las 17 , 30 del mi¨¦rcoles 3 de marzo. En el n¨²mero 1 de la parisiense Rue d'Astorg, G¨¦rard Worms, presidente de Suez, nada m¨¢s sentarse ante un grupo nutrido de periodistas, comenz¨® a sangrar: las cifras provisionales (le p¨¦rdidas en 1992, las primeras (le su historia, alcanzar¨¢n 1.900 millones de francos (unos 40.000 millones de pesetas). La virtud de estos n¨²meros rojos, seg¨²n explic¨® el presidente, es que los efectos de la crisis no han sido "maquillados" y, seguramente, todav¨ªa tendr¨¢n un nuevo impacto en 1993.Horas despu¨¦s del anuncio (le Suez, el grupo inform¨¢tico Bull filtraba sus p¨¦rdidas de 4.700 millones de francos (m¨¢s de 100.000 millones de pesetas), y la Sociedad Nacional de Ferrocarriles daba cuenta de las suyas: 3.000 millones de francos (66.000 millones de pesetas). La desaceleraci¨®n econ¨®mica ha creado un efecto domin¨® bajo el cual caen las principales fichas del capitalismo franc¨¦s. En el sector bancario, la Banque Nationale (le Paris, tercer banco del pa¨ªs, anunciaba una ca¨ªda de beneficios del 27,5%, para cerrar 1992 con unos beneficios netos (le 2. 100 millones de francos (unos 43.000 millones de pesetas).
El trasvase autom¨¢tico de la desaceleraci¨®n a los resultados de las empresas ha sido una gran sorpresa, entre otras cosas porque la econom¨ªa francesa se mantuvo a flote los primeros nueve meses de 1992, registrando s¨®lo durante los ¨²ltimos tres meses del a?o un retroceso del 0,5%, lo que situ¨® la tasa de crecimiento en el 1,8%.
La posibilidad cierta de que la econom¨ªa no crezca durante 1993 ha generalizado las alarmas, y ya se advierte un ambiente de histeria. "El estado de nuestras econom¨ªas [en Europa] es peor que el de 1973, cuando se cuadruplicaron los precios del petr¨®leo. No hay signo de mejora hasta l994", afirma, en versi¨®n catastrofista, Jean-Ren¨¦ Fourtou, presidente del grupo qu¨ªmico Rh?ne-Poulenc.
Paul Dubrule, copresidente del grupo de servicios Accor, con intereses hoteleros en todo el mundo, se?ala: "La crisis en Francia es a¨²n m¨¢s grave ?le lo que se habla. Tenemos indicios que siempre han probado ser muy fiables. Los niveles de ocupaci¨®n en hoteles de negocios han estado en enero y febrero de 1993 por debajo de los m¨ªnimos de 1991, es decir, durante la guerra del Golfo. Los datos de marzo son muy malos".
Ca¨ªda de la demanda
Cuando se le pregunta al presidente y director general de IBM Francia, Claude Andreuzza, por los malos resultados de la compa?¨ªa, responde: "Puedes tener muchos escenarios, pero es pr¨¢cticamente imposible prever que la demanda caer¨¢ con tanta rapidez como ha ocurrido en 1992. Hemos sufrido una disminuci¨®n del 30% en el mercado de miniordenadores. Y otras compa?¨ªas del sector, en otros pa¨ªses, han pasado por la misma situaci¨®n. Ahora, al menos, hemos terminado con la vaca sagrada de la reestructuraci¨®n. Podemos reestructurar a fondo con la colaboraci¨®n de los cuadros y trabajadores de la empresa".?Crisis coyuntural, crisis del modelo? El milagro econ¨®mico franc¨¦s, o la "desinflaci¨®n competitiva", seg¨²n el director del Tesoro, Jean-Claude Trichet, se basa en cuatro puntos: una pol¨ªtica monetaria antiinflacionista; una pol¨ªtica de finanzas p¨²blicas equilibrada; una pol¨ªtica de control de los costes en la econom¨ªa que asegura al sector productivo la mejor competitividad posible y un programa de reformas estructurales para conseguir el m¨¢ximo dinamismo y desarrollar la competencia.
Aunque las cifras macroecon¨®micas de estos a?os indican una mejor¨ªa, la desaceleraci¨®n iniciada en 1992 comienza a producir unos efectos tan devastadores como para poner en duda la solidez de los nuevos equilibrios. El super¨¢vit comercial de 1992 (30.000 millones de francos, unos 660.000 millones de pesetas) ya no podr¨¢ repetirse en 1993, y el d¨¦ficit de todas las administraciones p¨²blicas alcanz¨® el 3,8% del PIB.
Seg¨²n Trichet, los avances en el mercado internacional "constituyen, para una gran parte, la reconquista de p¨¦rdidas anteriores y el. retorno a una situaci¨®n m¨¢s normal". Desde 1987, seg¨²n cifras del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INSEE), la competitividad de productos franceses en los mercados europeos avanz¨® un 3% anual, lo que ha permitido recuperar posiciones perdidas en Europa, aunque en relaci¨®n al mercado mundial, la industria manufacturera francesa perdi¨® mercado por alrededor del 22% (1975-1991). Seg¨²n el Centro de Observaci¨®n Econ¨®mica (COE), la competitividad ha dejado de progresar a partir del segundo trimestre de 1992.
El primer ministro, Pierre B¨¦r¨¦govoy, sostiene que las empresas francesas ya han hecho una parte importante del ajuste, lo cual permitir¨ªa aprovechar a fondo la recuperaci¨®n econ¨®mica cuando ¨¦sta tenga lugar. Sin embargo, las exportaciones francesas se enfrentan ahora a la competencia de precios de otros pa¨ªses que devaluaron sus monedas (Reino Unido, Italia, Espa?a, Irlanda y Portugal). Por el lado del mercado interno, la situaci¨®n no parece m¨¢s halag¨¹e?a. "Yo no soy economista, pero s¨¦ que con unos tipos de inter¨¦s del 10 o 12% no hay quien invierta en este pa¨ªs. El hecho es que no podemos quedarnos con los brazos cruzados", dice el copresidente de Accor.
Detr¨¢s de los bastidores macroecon¨®micos, los empresarios siguen con preocupaci¨®n la estad¨ªstica de suspensiones de pagos y quiebra de empresas en los ¨²ltimos meses. Seg¨²n un estudio de la Banque Nationale de Paris, las quiebras suponen un coste de 100.000 millones de francos (2,2 billones de pesetas), cifra equivalente a los gastos anuales por indemnizaci¨®n de los trabajadores en desempleo. Y aunque la industria francesa mantiene sus baluartes tradicionales, vinculados al Estado (telecomunicaciones, electr¨®nica, nuclear y otros), no parece haber escapado a la tendencia internacional de terciarizaci¨®n occidental.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.