La cooperaci¨®n regional, base de la paz
El autor considera que el establecimiento de acuerdos econ¨®micos bilaterales en los asuntos de mayor potencial de cooperaci¨®n -como energ¨ªa, turismo, agua o medio ambiente- crear¨¢n medidas de confianza que facilitar¨¢n la firma de acuerdos de paz bilaterales y garantizar¨¢n una paz estable en Oriente Pr¨®ximo.
Los esfuerzos internacionales (estadounidenses, europeos y japoneses), as¨ª como el inter¨¦s y esfuerzo por parte de los pa¨ªses ¨¢rabes, de los palestinos y de Israel, conducir¨¢n, a pesar de las evidentes dificultades de fondo y de forma, a la reanudaci¨®n dentro de unas semanas del proceso de paz que comenz¨® en Madrid.Las negociaciones hasta ahora han transcurrido a dos niveles: bilateral y multilateral. En el primero, Israel negocia independientemente con Siria, L¨ªbano, Jordania y con los palestinos. A nivel multilateral, las negociaciones se desarrollan a 13 bandas, con la participaci¨®n de otros Estados de la regi¨®n como Egipto, los pa¨ªses del Golfo,. pa¨ªses del Magreb y Turqu¨ªa. Adem¨¢s participan Jap¨®n, Estados Unidos y pa¨ªses miembros de la CEE, EFTA y otros en los cinco grupos de trabajo en los cuales se dividen las conversaciones multilaterales: control de armamento, seguridad regional, agua, desarrollo econ¨®mico regional, medio ambiente y refugiados.
La existencia de estos dos niveles de negociaci¨®n se basa en el razonamiento de que los tratados de paz bilaterales por s¨ª solos no son suficientes para garantizar la paz y la estabilidad regional. Es urgente negociar a fondo los problemas regionales que requieren una aproximaci¨®n global. Por ejemplo, un acuerdo sirio-israel¨ª que pretendamos que sea estable debe basarse en arreglos regionales. Problemas sin resolver como la divisi¨®n de los recursos de agua, la proliferaci¨®n de armamento o los refugiados pueden ser la causa del fracaso de cualquier acuerdo bilateral. Por lo tanto es necesario avanzar en ambos niveles paralelamente, de modo que cada uno de ellos respalde al otro.
La idea principal, la filosof¨ªa, que ha inspirado las propuestas de cooperaci¨®n econ¨®mica, es la de sugerir proyectos econ¨®micos que una vez realizados creen intereses econ¨®micos que puedan facilitar las condiciones de convivencia pac¨ªfica entre Israel, los palestinos y los pa¨ªses ¨¢rabes.
Condiciones de confianza
Tras la Segunda Guerra Mundial, los proyectos econ¨®micos entre Francia y Alemania fueron la base para futuras formas de cooperaci¨®n econ¨®mica, social, pol¨ªtica y cultural. El ejemplo cl¨¢sico en Oriente Pr¨®ximo es el caso de la colaboraci¨®n a ambos lados del mar Muerto. Hoy existe una paz de facto entre jordanos e israel¨ªes. Hasta al creaci¨®n de la empresa jordana de explotaci¨®n de recursos minerales del mar Muerto, situada en la orilla jordana de dicho mar, la empresa israel¨ª Dead Sea Works era atacada diariamente por misiles lanzados desde Jordania. Tras la creaci¨®n de la empresa jordana, el Gobierno jordano lleg¨® a la conclusi¨®n de que, por su propio inter¨¦s, deben mantener la paz y la tranquilidad. En otras palabras, creemos que llevando a cabo proyectos econ¨®micos conjuntos, capaces de generar desarrollo industrial y beneficios econ¨®micos, podr¨ªamos crear condiciones de confianza que influir¨¢n positivamente en el clima pol¨ªtico de los a?os venideros.
Lo m¨¢s importante en este momento es que las conversaciones de paz contin¨²en. Aunque el camino ser¨¢ largo y dif¨ªcil, la posibilidad de alcanzar acuerdos que conduzcan a una paz estable en la regi¨®n merece este esfuerzo. Por ello es importante que estas negociaciones sigan desarroll¨¢ndose siguiendo los criterios fijados y acordados antes y durante la sesi¨®n inaugural de Madrid. Una desviaci¨®n de estos criterios podr¨ªa poner en peligro la continuaci¨®n del proceso.
La paz estable en nuestra regi¨®n, como en cualquier otra, pasa necesariamente por el desarrollo econ¨®mico y por el establecimiento de intereses econ¨®micos, comerciales, tur¨ªsticos, tecnol¨®gicos, cient¨ªficos y culturales conjuntos entre Estados vecinos. Dotar con estos contenidos los futuros acuerdos har¨ªan ver a los ciudadanos de los pa¨ªses ¨¢rabes, y de Israel las ventajas reales de la paz. Lo que debemos conquistar en la regi¨®n no es s¨®lo una paz fr¨ªa y contractual, sino una verdadera paz que involucre a las sociedades y Estados en proyectos y desaf¨ªos conjuntos.
Los aspectos principales que deber¨ªan contemplar los acuerdos en sus primeras etapas son: a) Asegurar una transici¨®n paulatina de una econom¨ªa basada esencialmente en intereses de seguridad a otra adaptada a tiempos de paz; b) Que los programas de desarrollo nacionales se complementen entre s¨ª, en lugar de competir unos con otros; c) Perfilar proyectos comunes encaminados a elevar el nivel de vida de los habitantes de la regi¨®n.
Dos f¨®rmulas
Se han propuesto dos f¨®rmulas diferentes para la creaci¨®n de v¨ªnculos econ¨®micos entre los pa¨ªses de la regi¨®n. La primera, propuesta por algunos pa¨ªses europeos, est¨¢ encaminada a crear un n¨²cleo de econom¨ªa integrada entre Israel, Jordania y los palestinos, eliminando las barreras comerciales entre las partes y estableciendo una interdependencia de sus econom¨ªas. De este modo se consolidar¨ªa la paz y los estrechos v¨ªnculos econ¨®micos har¨¢n imposible el estallido de una nueva guerra.
La segunda f¨®rmula propone la creaci¨®n de un comercio y econom¨ªa integrados en toda la regi¨®n mediante la conexi¨®n a redes el¨¦ctricas, el establecimiento de l¨ªneas f¨¦rreas, ramificando los oleoductos existentes hacia todos los pa¨ªses del ¨¢rea o creando un banco regional.
Para Israel, lo principal es que los acuerdos econ¨®micos y de desarrollo que se establezcan est¨¦n encaminados a crear medidas de confianza que faciliten la firma de acuerdos de paz bilaterales y que sirvan de garant¨ªa de una paz estable. Para ello creemos que debemos crear un comit¨¦ de desarrollo regional formado por profesionales que se centre en aquellos asuntos con mayor potencial de cooperaci¨®n fruct¨ªfera (energ¨ªa, turismo, telecomunicaciones, agua, medio ambiente, etc¨¦tera), de modo que se establezcan medidas de progreso y de confianza para un Oriente Pr¨®ximo en tiempos de paz.
Un posible punto de partida podr¨ªa ser la ampliaci¨®n a otros pa¨ªses de la regi¨®n -con los que compartimos los problemas de escasez de agua y desertizaci¨®n- del proyecto conjunto egipcio-israel¨ª para el desarrollo de zonas ¨¢ridas y semi¨¢ridas que estamos desarrollando en el marco del Middle Regional Cooperation Program (MERC).
Otros aspectos relacionados con el desarrollo agropecuario, el aprovechamiento del agua y la lucha contra la desertizaci¨®n, que podr¨ªan abordarse conjuntamente en el marco de acuerdos regionales, son: a) Ahorro y optimizaci¨®n del consumo de agua mediante t¨¦cnicas de riego e introduciendo especies vegetales, con pocas necesidades de agua; b) Defensa de la flora y fauna y prevenci¨®n frente a las plagas que afectan a la agricultura; c) Aplicaci¨®n de t¨¦cnicas de ingenier¨ªa gen¨¦tica para la mejora de las especies agr¨ªcolas y ganaderas; d) Creaci¨®n de un banco de genes de especies meditarr¨¢neas; e) Mantenimiento de la calidad de las aguas del golfo de Aqaba mediante un acuerdo entre los pa¨ªses ribere?os. La puesta en marcha de estos proyectos podr¨ªan sentar las bases para el establecimiento de una agencia regional para el agua y el medio ambiente, siguiendo el ejemplo de la Comunidad Europea para el carb¨®n y acero (CECA), creada en Europa despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial.
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