Andorra: adi¨®s al poder absoluto
Andorra pudo pronunciarse ayer sobre sus instituciones por primera vez en su larga ¨¦poca de neutralidad al servicio de Europa. El refer¨¦ndum constitucional cuenta menos que su novedad fundamental: el reconocimiento de la soberan¨ªa del pueblo andorrano -tan mimado econ¨®micamente como maltratado institucionalmente- por parte de sus ¨²ltimos se?ores feudales, el presidente de la Rep¨²blica Francesa y el obispo espa?ol de La Seu d' Urgell, adem¨¢s de Francia, la Iglesia cat¨®lica y en cierta medida Espa?a. Atr¨¢s queda el poder absoluto, legislativo, judicial, ejecutivo y religioso de los copr¨ªncipes.Esta transici¨®n democr¨¢tica en un pa¨ªs de la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica ha sido propugnada por el Grupo andorrano Europa. "?Quisiera Andorra ser el d¨¦cimo Estado federal de Austria?", pregunt¨® ir¨®nicamente en 1978 Bruno Kreisky ante Willy Brandt y la periodista Doreya Awny durante la reuni¨®n de la Internacional Socialista que se celebr¨® en el hotel Meridien de Par¨ªs. La Viennaconnection, broma de Margit Schmidt, secretaria personal del canciller,_sentenci¨® el cambio andorrano, que hubiera sido imposible sin la intervenci¨®n de las instituciones europeas. Por ello, el Informe sobre la situaci¨®n internacional de Andorra, del profesor vien¨¦s Karl Zemanek, pudo hacerse realidad. El informe hab¨ªa sido sugerido por Kreisky, tolerado por el copr¨ªncipe Val¨¦ry Giscard d'Estaing, alentado por el cardenal secretario de Estado Agostino Casaroli ("el camino ser¨¢ largo, pero yo les aseguro que llegar¨¢n') asumido por el Muy Ilustre Consejo General de los Valles y reivindicado a posterior? por el obispo de La Seu d'Urgell.
Un estudio objetivo en clave jur¨ªdica internacional que no era franc¨¦s, ni espa?ol, ni catal¨¢n, pon¨ªa de relieve la actualidad andorrana del reparto posc¨¢taro que se llev¨® a efecto en el siglo XIII. Mostraba un se?or¨ªo fosilizado sobre 463 kil¨®metros cuadrados; con pocos habitantes y un n¨²mero de electores diez veces inferior al de aqu¨¦llos, sin derecho de asociaci¨®n y mal repartidos en parroquias; s¨²bita prosperidad despu¨¦s de la estrechez econ¨®mica; espejismo de ser un para¨ªso terrenal debido a la inexistencia del fisco y a no haber padecido nunca una guerra. Ese mismo territorio ten¨ªa tambi¨¦n todos los elementos para evolucionar y convertirse en Estado, pero chocaban con la voluntad de un eclesi¨¢stico catal¨¢n, ciudadano particular espa?ol de derecho privado, encorsetado en su armadura medieval por temor a que una estructura de Estado contempor¨¢neo acabara con su anacr¨®nico poder temporal. Atentamente distante, est¨¢ el prestigioso jefe del Estado franc¨¦s, satisfecho desde su rango del nivel institucional andorrano para que contin¨²e sin emancipaci¨®n aut¨®ctona, aunque sin descartarla. Y todo esto globalmente inm¨®vil, localmente revuelto, enfrentado con ecos de todo tipo en Barcelona, Roma, Par¨ªs, Madrid, y preservado de los grandes medios de comunicaci¨®n.
Al margen de la ideolog¨ªaEl Grupo andorrano Europa se defini¨®, en mayo de 1987, al margen de cualquier ideolog¨ªa. Est¨¢ a favor del Estado de derecho reconocido internacionalmente y de la aplicaci¨®n de los derechos humanos. Entre las muestras de solidaridad europea recibidas destacan la Declaraci¨®n de la Internacional Liberal en Lisboa; un art¨ªculo de Jos¨¦ Mario Armero publicado en Ya; el progirama Informe Semanal, de TVE, cuando estaba dirigida por P?lar Mir¨®; el voto obtenido por el diputado Ram¨®n Espasa en la Comisi¨®n de Exteriores del Congreso de los Diputados, y la resoluci¨®n del diputado dan¨¦s Bjorn Elmquist.
Hicieron falta tres a?os para que la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa pidiera por unanimidad la democracia para Andorra. Otto de Habsburgo-Lorena y Carmen D¨ªez de Rivera empezaron trabajando en su favor en el Parlamento Europeo. D¨ªez de Rivera sabe lo suyo de transiciones democr¨¢ticas y el archiduque conoc¨ªa la Nova Reforma de las instituciones andorranas, que se inici¨® en 1866 pero qued¨® inacabada.
Cuando se plante¨® la cuesti¨®n de la democracia andorrana en el Parlamento Europeo, Antoni Guti¨¦rrez, Jos¨¦ Luis Valverde, ?ngel Colom, Ken Coates, Wilhem Bertens y varios diputados europeos prosiguieron su trabajo para conseguir su implantaci¨®n. Inevitablemente, el poso feudal andorrano condicionaba a la instituci¨®n de Estrasburgo; para compensarlo, el Grupo andorrano Europa present¨® all¨ª la exposici¨®n Andorra, dels andorrans.
Mientras, en Andorra, las reacciones eran las propias en una situaci¨®n semejante. La frase episcopal "Andorra es diferente, fuera injerencias" lleg¨® de Espa?a; la expresi¨®n "terroristas intelectuales", la pronunci¨® la oligarqu¨ªa con econom¨ªa amparada feudalmente; el resto se conform¨®: "Tienen raz¨®n; nada lograr¨¢n; as¨ª fue, as¨ª ser¨¢". Influyeron el desconocimiento local de la unidad europea y el peso at¨¢vico de las derrotas populares, como cuando gendarmes franceses al mando de ambos copr¨ªncipes entraron a la brava en Andorra en 1933 para destituir el Muy Ilustre Consejo General de los Valles, que proclamaba la soberan¨ªa. Pero el Grupo andorrano Europa inform¨® de sus intenciones a los electores andorranos, a los parlamentarios espa?oles y franceses, a los miembros de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa y del Parlamento Europeo, al episcopado espa?ol, a los jefes de Estado y de Gobierno de pa¨ªses de la Conferencia de Cooperaci¨®n y Seguridad en Europa, y a otras personalidades, como el presidente de la Generalitat de Catalu?a Josep Tarradellas. Actuamos. Logramos inmediatamente, en nuestra tierra, entre nuestros compatriotas, ser escuchados, le¨ªdos, seguidos, aunque en la ilegalidad (pero ?hay ilegalidad bajo poder absoluto?); sin embargo, fuimos obstaculizados profesionalmente, molestados familiarmente y distorsionados period¨ªsticamente.
La dignidad nacional
Nos tomaban en serio. Nunca se regala la dignidad nacional. Incluso, involuntariamente, nos divirtieron. El ¨²nico pol¨ªtico europeo que denunci¨® el poder temporal en los mismos valles, Otto de Habsburgo, fue controlado por la polic¨ªa andorrana por orden de un copr¨ªncipe. Pudo decirse: "?Se?or!, qu¨¦ gracia: Hitler os conden¨® a muerte, Stalin os expuls¨® de Austria, nunca os hab¨ªa perseguido un obispo cat¨®lico!". Pero cuando surgieron otras amenazas, el joven notario de Ponts -antiguo condado de Urgel- dud¨® ante tres andorranos que retrasaban su cena. Su secretaria le convenci¨®, firmamos la petici¨®n de protecci¨®n para "nuestras personas, nuestras familias, intereses morales y materiales", y el notario madrile?o Miguel Mestanza Frajero la entreg¨® en el palacio de la Zarzuela. Una vez fue aceptado el documento, -se les notific¨® a los copr¨ªncipes y la prensa del obispo lo public¨®. Corri¨® como p¨®lvora que el Grupo andorrano Europa quedaba protegido por don Juan Carlos de Borb¨®n y Borb¨®n, a la vez que resurg¨ªa su majestad como conde de Urgel y se recordaba que su heredero es se?or de Balaguer. M¨¢s tarde se supo que el t¨ªtulo de obispo -copr¨ªncipe no conserva validez can¨®nica -su ¨²nica legitimidad es la cesi¨®n que Ermengol VI de Urgel hizo a la Mitra en 113 3 para salvar su alma, ni el actual eclesi¨¢stico-se?or temporal posee la potestad apost¨®lica necesaria para ejercer poderes feudales porque ya no recibe esta gracia pontificia.
La devoluci¨®n del poder pol¨ªtico del obispo qued¨® como legitima soluci¨®n ante la imposibilidad de que un jefe de Estado eclesi¨¢stico recibiera el reconocimiento europeo cuando Andorra fuera Estado de derecho y sus copr¨ªncipes estuviesen equilibrados en el marco internacional.
Los se?ores feudales otorgaron su peculiar c¨®digo penal y aceptaron la Declaraci¨®n Universal de los Derechos del Hombre, "en lo que no sea contrario a la tradici¨®n andorrana".
En 1988 Grupo andorrano Europa public¨® una Constituci¨®n para recrear la palabra y exorcizar el tema. Germin¨®. Dentro del r¨¦gimen, pol¨ªticos opuestos a nuestro grupo aceptaron estudiar el asunto. Democracia Andorrana era ya el primer partido pol¨ªtico autorizado por v¨ªa contencioso-administrativa. Gente avasallada se defend¨ªa. El Grupo Oikos se inici¨® con la ecolog¨ªa. Surgieron diversos grupos sin relaci¨®n con nosotros. Andorra se desmadraba. Pero estuvimos esperando el desarrollo de un proyecto constitucional surgido de la pol¨ªtica local, por lento y singular que fuera. En septiembre de 1991, el presidente franc¨¦s, Fran?ois Mitterrand, que durante 10 a?os se hab¨ªa opuesto al cambio andorrano, de repente asumi¨®, impuso la salida constitucional. La Mi tra, desequilibrada por la mutaci¨®n francesa, cedi¨®, suspirando por un prodigio paralizador, como hab¨ªa sido la no reelecci¨®n de Val¨¦ry Giscard d'Estaing, favorable a la reforma administrativa andorrana. Pero esta vez nada asist¨ªa al inmovilismo, y sin con senso popular preconstitucional, quiz¨¢ irrealizable, el copr¨ªncipe Fran?ois Mitterrand persisti¨® hasta llegar al refer¨¦ndum de ayer. .?Francia, como se supon¨ªa, consider¨® que Andorra no val¨ªa un esc¨¢ndalo europeo, ni siquiera un affaire interior franc¨¦s?
En el Grupo andorrano Europa hay dos centenares de europeos de buena voluntad democr¨¢tica, varios eclesi¨¢sticos, tambi¨¦n asociaciones, decididos a que los valles neutros de Andorra tengan, en palabras de Beatrice Rangoni Machiavelli, la misma libertad que salvaron para el resto de Europa.
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