Profesores inermes
Docentes de colegios de barrios perif¨¦ricos se quejan de una creciente violencia en las aulas
Aquella madre decidi¨® que la ¨²nica forma de mostrar su queja a la profesora de su hijo de 13 a?os era agarr¨¢ndola por el pelo y sacudi¨¦ndole una buena paliza. Ocurri¨® hace escasas semanas en un colegio de Madrid, y, seg¨²n denuncian los sindicatos docentes, no es la ¨²nica en lo que va de curso. Aunque matizan que es exagerado hablar de violencia generalizada, dicen que la conflictividad crece en centros de EGB y de formaci¨®n profesional de la periferia urbana.
Los sindicatos afirman que, sin llegar siempre a la agresi¨®n f¨ªsica, los insultos, las intimidaciones y las amenazas son cada vez m¨¢s frecuentes. Los profesores subrayan el clima de desidia y abandono al que se enfrentan en algunos de estos centros.?C¨®mo convencer a un adolescente que apenas lee con fluidez de la importancia de Cervantes o de los cl¨¢sicos griegos? ?Qu¨¦ cara poner cuando un chaval te espeta, sin inmutarse, en plena clase, que lo que le cuentas le importa un bledo? "Yo, en broma, a veces le digo a una compa?era: el siguiente paso es hacernos funcionarios de prisiones". Vicente Llorca tiene 35 a?os y es profesor de literatura en un instituto de formaci¨®n profesional de Getafe (Madrid). Su experiencia es ahora algo m¨¢s llevadera, tras unos primeros meses "muy duros", en los que se preguntaba constantemente qu¨¦ hac¨ªa ¨¦l all¨ª.
"Yo la violencia que recibo de ellos es la de los malos modales, las contestaciones bruscas, las interrupciones constantes", contin¨²a. "Es algo de lo que ellos mismos no son conscientes. Pero s¨¦ que algunas de mis compa?eras, por ser mujeres, se han viste en situaciones muy dif¨ªciles".
"El instituto o la escuela no son un mundo aparte", opina Ulises Benito, miembro del Sindicato de Estudiantes. "En muchos centros, los chavales se sienten abandonados. No tienen buenas instalaciones, ni un transporte p¨²blico adecuado. El entorno social es determinante para tener o no expectativas". Benito explica que los alumnos, en general, valoran la labor de sus profesores; pero critica que todav¨ªa muchos de ellos entiendan la ense?anza de una forma autoritaria que choca frontalmente con sus intereses y sus problemas reales.
"Hay que tener claro que un alumno no es algo desencarnado y abstracto y que no se puede dejar eso a un lado cuando entran en el aula", afirma Elvira S¨¢nchez, profesora de filosof¨ªa en un instituto de bachillerato de Legan¨¦s. "Se trata de tener mano izquierda, de no ridiculizarlos, de no ponerte fuera de su mundo. Cuando se tiene 16 a?os y no hay dinero ni para tomarse una ca?a es muy duro", comenta. Aunque insiste en que ella se maneja bien, Elvira reconoce que, en alguna ocasi¨®n, ha optado por irse de clase. "Entonces bajan a buscarme y me piden perd¨®n si han estado muy groseros".
Insultos
En otros casos, la falta de motivaci¨®n puede derivar en insultos, cuando no en intimidaciones graves. Y no s¨®lo por parte de los chicos, sino de sus padres. Los sindicatos de ense?anza han mostrado en los ¨²ltimos d¨ªas su preocupaci¨®n por el aumento de quejas y denuncias por agresiones contra los docentes. "Hace 15 a?os, la agresi¨®n f¨ªsica a un profesor era un peque?o esc¨¢ndalo, por lo infrecuente", explica Jes¨²s S¨¢nchez, presidente del sindicato CESIF. "Ahora, cada vez recibimos m¨¢s quejas relacionadas con este tipo de conflictos".En el curso 1991-92 y en lo que va del actual, se han producido cuatro denuncias por agresiones contra profesores, seg¨²n la Direcci¨®n Provincial de Educaci¨®n de Madrid. "Se trata de casos muy espor¨¢dicos, en una poblaci¨®n de 56.000 profesores madrile?os", se?alan fuentes oficiales.
Sindicatos y profesores afirman, sin embargo, que los casos de violencias son cada vez m¨¢s frecuentes, aunque la mayor¨ªa se resuelvan en el consejo escolar del propio centro y no lleguen a denunciarse en la comisar¨ªa. UGT ha recibido, en lo que va de curso, siete denuncias de profesores agredidos por padres: tres en Andaluc¨ªa, dos en Madrid, una en Galicia y otra en Catalu?a. "Muchas no llegan a saberse porque la situaci¨®n en que se producen es demasiado violenta", afirma Luis Beamonte, secretario de ense?anza p¨²blica de este sindicato.
La mayor¨ªa de las agresiones se producen contra profesoras. El miedo a las represalias, la sensaci¨®n de humillaci¨®n y frustraci¨®n hacen dif¨ªcil que en muchos casos las denuncias se hagan p¨²blicas. Las dos ¨²ltimas agresiones ocurridas en Madrid tuvieron como protagonistas a dos profesoras de EGB, apaleadas por familiares de alumnos a los que hab¨ªan reprendido.
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